Por falta de insumos y profesionales médicos.
En el marco del lapidario informe elaborado por investigadores del Conicet acerca de la gestión del gobierno municipal en materia de salud, vale señalar que en los últimos tres años el funcionamiento de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) estuvo signado por el cierre de algunos y la reducción en las horas de atención de otros; la réplica de esto en el servicio de guardias; el descenso en la cantidad de horas de servicio profesional debido al no pago de horas extra, a la renuncia de profesionales y al no reemplazo de cargos.
Esto, sumado al deterioro en los servicios por falta de insumos y reparación de equipos, generó una situación de “demanda rechazada” y paralela o consecutivamente, de “demanda contenida”: se incluye en demanda rechazada a las personas que procuran ser atendidas, pero no lo logran (falta de profesional, de insumos, de turnos, etc.) y por demanda contenida a aquellas personas que deciden no ir a la consulta porque saben que no va a ser satisfecha su necesidad de atención.
El informe analiza pormenorizadamente la atención en los centros de salud y la demanda de cada una de las áreas de la medicina.
Se registra así una tendencia decreciente en las consultas de los CAPS y un aumento de aquellas efectuadas en los consultorios externos del Hiemi. En promedio, se constata una disminución en un 41% en la cantidad de consultas en los CAPS tomados como totalidad. En 28 de los 33 centros de la salud, la evolución fue decreciente: menos vecinos pudieron atenderse.
En este marco, el caso con mayor visibilidad es el del Centro de Salud N°2. Cerró en el inicio de la gestión y fue trasladado a dependencias del SOIP, lo que ocasionó una caída de 330.659 prestaciones que se habían alcanzado en el 2015 a 87.436, una reducción del 73,56%.
Similar escenario se plantea en el CAPS de Las Américas, cuyo servicio fue trasladado al de Don Emilio en febrero de 2018 y en mayo de 2018 fue cerrado por reformas, afectando a más de 20.000 vecinos.
El CAPS de El Martillo fue reinaugurado en octubre de 2017, pero a los cuatro meses la lluvia dejó en evidencia “lo precario y superficial” de las refacciones. Su guardia no funciona desde diciembre de 2015. En Las Heras funcionaba una guardia los sábados, pero también fue cancelada en noviembre de 2016.
En resumen, la falta de medicamentos e insumos, la menor cantidad de profesionales y horas de atención, la cancelación de especialidades; menos horas de guardias o su anulación, confluyen en la derivación a los hospitales.