Policiales

Carpetas médicas, una crisis en las filas policiales que impacta en la inseguridad

La Policía de la Provincia de Buenos Aires tiene un gran problema: la baja en su personal por licencias médicas. Cómo repercute en la seguridad. Esta semana el jefe máximo de la fuerza estuvo en Mar del Plata para reorganizar los recursos.

Mar del Plata atraviesa un notorio incremento en el delito y sin recetas que lo reviertan en el corto plazo la mayor esperanza para un paliativo es la prevención. Sin embargo, los recursos para un despliegue operativo de ese tipo chocan contra una epidemia dentro de las filas policiales: el abuso de las licencias médicas, también llamadas carpetas médicas.

La crisis de falta de personal es tan marcada que en absoluto secreto el martes pasado estuvo en Mar del Plata el Jefe de la Policía Bonaerense, comisario general Javier Villar, para intentar reorganizar la tropa. Hizo algunos enroques, pidió a oficiales con domicilio en Mar del Plata y que tenían otros destinos que regresaran, y trató de tener un diagnóstico preciso de cada una de las 15 comisarías del partido de General Pueyrredon. Vale decir que no fue una visita programada con anticipación, sino una precipitada por la seguidilla de homicidios y el aumento alarmante de los hechos criminales, tan graves como los últimos cuatro homicidios y tan importantes en el índice de insatisfacción ciudadana como son los robos.

No es que Villar se fuera a sorprender, pero surgió el tema de las licencias médicas. Las famosas y tan protegidas por la fuerza policial “carpetas médicas”. Famosas porque lo son y protegidas porque lo están.

Se trata de un instrumento legal al que acude una gran cantidad de efectivos policiales y que se obtiene, en muchos casos, sin demasiado rigor científico. Eso produce la licencia automática por 30 días, aunque renovarla periódicamente no es un problema, tan así que suele prolongar por más de un año. ¿Pero no es un derecho del trabajador acceder a tratamiento médico cuando tiene un inconveniente de salud? Sí, y por eso es ley. Lo que sucede es que al no haber demasiado control la “carpeta médica” pasó a ser abusiva dentro de la fuerza policial y hasta una herramienta de negociación.

Comisario general Javier Villar.

El resultado es que hoy en Mar del Plata, según informes extraoficiales porque la cifra se esconde bajo la alfombra, la reducción de personal ronda el 30% del total de los policías de la provincia de Buenos Aires. Eso incluye toda licencia médica, más el personal que regresa No Operativo. Para tener una noción del impacto en el recurso, solo en el Comando de Patrullas hay 120 efectivos con licencia médica sobre un total de 600. Eso deja en 160 el recurso humano por turno, a lo que debe descontarse francos, vacaciones y otros tipos de licencia. Para cubrir los 60 patrulleros se necesitan 120 y en muchas ocasiones no se puede, incrementando el esfuerzo de los que sí trabajan y que, por estrés, tiempo después terminan sacando una carpeta médica.

Entre el 4 de octubre y el 14 de noviembre LA CAPITAL pudo acceder a nueve pedidos de licencia, una mínima parte de los solicitados y otorgados.

Una epidemia

Las licencias médicas en el Estado son un problema para quienes deben gestionar recursos. Y en la policía esto parece estar agravado lo suficiente como para que muchos hablen de “epidemia”.

Sin perder de vista que muchos policías realmente necesitan tratamiento médico, hay un aprovechamiento total de esta herramienta. Aquel comisario que diga que nunca tuvo que “negociar” con un policía para que no renueve la licencia y trabaje bajo sus condiciones de carga horaria, miente. De esa manera, se erosiona el sentido de autoridad, algo que parece caer en picada dentro de la fuerza.

Cuando uno revisa los certificados médicos expedidos por psiquiatras de Mar del Plata, por ejemplo, se ve que siempre se escribe lo mismo “trastorno de ansiedad”. Decenas de policías acuden a un psiquiatra en busca de ese diagnóstico que los pone en licencia automática. Una investigación interna e informal determinó que muchos sacan carpeta médica por razones económicas: no llegan a fin de mes con el sueldo y hacen “changas” en Uber. Porque el policía que entra en licencia, sigue cobrando el 100% de su haber.

Patrulleros en revisión meses atras en el estadio José María Minella. Hoy están afectados al Comando de Patrullas.

Cuando un policía regresa no siempre recibe el uniforme y su arma. Es más, muchos pasan a ser TNO, es decir Tarea No Operativa. No hay dependencias sin TNO, lo que significa que no figuran estadísticamente con licencia, pero no se los puede usar más que para tareas administrativas. En realidad, es recurso perdido.

Pero además del motivo económico que genera las licencias, hay otro más grave. La provincia de Buenos Aires tiene en su policía una tasa importante de suicidios. Por eso es que los profesionales psiquiatras, en muchos casos, prefieren emitir un diagnóstico automático y sacar de la operatividad a los policías. Y están los que realmente atraviesan un trauma, una depresión, un trastorno, y también están los que no.

La Policía Bonaerense tiene en Mar del Plata, en la misma Rambla Casino, su oficina de Sanidad. Allí van los policías con carpeta médica para ser evaluados, pero parece que la evaluación no es suficientemente rigurosa. Al menos eso se desprende de una de las medidas que tomó el comisario general Villar: en los próximos días “bajarán” de La Plata profesionales de la salud para auditar caso por caso en Mar del Plata. Se necesita personal porque la ciudad entró en una dinámica delictual que no gusta a las altas esferas y la eterna mirada hacia un costado ahora se enfocará mejor en el problema de las carpetas médicas. Los trascendidos aseguran que solo 4 de 60 policías de rango con carpetas médicas dudosas aceptaron revertir su situación ante el llamado del jefe de la Bonaerense.

Mientras tanto, la fiscalía de Delitos Económicos ya está ocupada en un expediente judicial en el que se investigará si hay defraudación al Estado con ese tipo de conductas.

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