Mujeres que transitaron el cáncer de mama se unieron para compartir historias, entrenar y competir en remo. No hay límite de edad para una actividad que promueve "un estilo de vida positivo".
Es frecuente escuchar de quienes atravesaron momentos en los que la salud les jugó una mala pasada, aquello de darle otro sentido a la vida. De aprender a valorar y vivir cambiando el orden de prioridades. De saborear cada minuto de forma de distinta. De reír con ganas y evitar amargarse por cuestiones secundarias.
En ese sentido parece ir la creación en Mar del Plata de Rosas del Mar, un grupo de mujeres que transitaron el cáncer de mama y que hoy se juntan para entrenar, competir y, fundamentalmente, compartir gratos momentos mediante la práctica de un deporte como el remo.
La fundación es reciente y data de fines de enero de este año. Pero ya son 24 las integrantes de un grupo que entrena con un objetivo cercano: entre el 20 y el 21 de marzo participarán de una clínica en Nordelta.
“La fundadora de este grupo acá es Verónica Cufré. Ella se enteró de esta actividad y propuso armar el grupo de remo en Mar del Plata. Es una ciudad que tiene mar y laguna y todavía no estaba esto que está buenísimo y existe en muchísimas ciudades del país”, cuenta la periodista Mariana Gérez, vicepresidente de la agrupación y una de las entusiastas remeras.
“En 2019 padecí cáncer de mama. Hice todo mi tratamiento y una amiga, desde Málaga, me mandó un video y me sugirió que para evitar el linfodema me metiera en la práctica del remo”, confió Verónica Cufré, impulsora de Rosas del Mar en esta ciudad.
“Nosotros tenemos grupos de whatsapp donde intercambiamos información de lo que nos toca vivir pero ahí por ahí la temática es distinta. Esto es otra cosa, es muy motivador, es mirar para adelante”, destaca Gérez en diálogo con LA CAPITAL.
Mariana Gérez en pleno entrenamiento.
Las Rosas del Mar entrenan dos veces por semana en Laguna de los Padres, donde toman clases de remo con Román Palet y de canotaje con Víctor Gorostiaga.
Pero también realizan sesiones de acondicionamiento físico bajo la supervisión de Natalia Yenni en distintos parques de la ciudad. ¿Límite de edad? Ninguno. Hoy en el grupo marplatense hay mujeres con más de 70 años que simplemente tienen ganas de pasarla bien.
“Estamos aprendiendo la técnica porque esto además es muy reciente. Vino Mariel Foraster, del grupo Asociación Civil Nahuel Rosa, de Bariloche, para enseñarnos la técnica. Y ahora vamos a Nordelta para subirnos a un Bote Dragón porque acá no lo tenemos. Las chicas de Rosas de Plata nos van a dar una clínica”, agregó la conductora del noticiero del Canal 10.
“Ahora queremos ver si alguien puede hacer el Bote Dragón en Mar del Plata porque los costos de la importación son casi imposibles. Estamos comenzando recién, conformando la Asociación Civil, recaudando fondos para la compra de chalecos, para folletería, para encarar lo del Bote. Hemos tenido apoyos ya. El Instituto Radiológico nos donó las remeras por ejemplo”, contó Cufré.
“Si alguien puede prestarnos algún kayak de cuatro metros nos suma porque cada vez somos más y nos faltan botes”, pidió.
Verónica Cufré, fundadora del grupo marplatense.
“La intención es conformar un equipo deportivo – recreativo. Empezamos el 18 de enero con 15 integrantes y ya somos 24”, aclaró Verónica sobre la razón de ser del grupo.
“Esto es una motivación para darle para delante, pasarla bien, divertirnos, hacer un deporte… Es algo que además nos hace bien a la salud”, amplió Gérez, quien mencionó como un sueño la posibilidad de pensar en el próximo mundial de la especialidad, que se hará en Nueva Zelanda en 2023.
El origen en Canadá
La primera experiencia de este tipo se registró en Vancouver, de la mano del doctor Donald McKenzie, quien en 1996 formó un grupo de remeras con mujeres que habían sido operadas de cáncer de mama.
El médico optó por el milenario Bote Dragón, una especialidad cuya palada requiere de un verdadero trabajo de equipo.
McKenzie demostró con el tiempo que el entrenamiento del torso y los brazos ayuda además a evitar la generación de linfedema, un efecto que puede aparecer en pacientes operados con vaciamiento axilar.
Desde “Abreast In a Boat”, el primer grupo formado, la actividad creció al punto que en la actualidad existen más de 200 equipos en 24 países distintos, agrupados en la International Breast Cancer Paddlers Commission.
El Bote de Dragón
El Bote Dragón tiene su origen en China hace más de 2.000 años. Son botes de 10 o 20 palistas, adornados con una cabeza de dragón en la proa. Las remeras son guiadas por una timonel en la popa y por la persona que marca el compás desde la proa. Sin dudas un deporte de equipo en su máxima expresión, donde la coordinación entre todas las integrantes de la embarcación es clave.
Una actividad que crece en Argentina
En Argentina hay equipos en Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Río Negro, Tigre y La Plata. Mar del Plata, con la formación en enero de esta año de Rosas del Mar, también tiene ya su grupo de remeras de la vida.
“Somos un grupo de mujeres de diferentes edades que hemos transitado el cáncer de mama en algún momento de nuestra vida. Nos unimos para realizar la práctica de remo que es una actividad grupal, que promueve el apoyo proactivo de todos sus participantes”, señalan en su presentación en redes sociales este grupo de mujeres marplatenses que una vez por semana se reúnen para entrenar en Laguna de los Padres.
Uno de los grupos de remeras en el bello paisaje barilochense.
“Estamos convencidas que un estilo de vida positivo, saludable y el desarrollo de una actividad física pueden generar una vida plena, divertida y activa después del diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama”, agregan.
Aquellas que quieran sumarse o contactarse para colaborar, pueden comunicarse a través de las redes sociales rosasdelmar_mdq (Instagram) ó Rosas del Mar – Mar del Plata (Facebook).