Dirigentes agropecuarios dieron un panorama del sector, teniendo en cuenta niveles de cosecha, superficie, rindes y la próxima gruesa. Si bien existen señales positivas, coincidieron que la alta presión impositiva y costos de insumos impactan contra una actividad clave en el desarrollo económico de la Argentina.
MIRAMAR (Corresponsal).- El sector agropecuario va cerrando la cosecha de trigo y cebada en diferentes sectores del distrito de General Alvarado, empezando a pensar y apostar al período de gruesa dentro de un clima irregular con ausencia de precipitaciones, esas que durante el invierno durante la abundancia, complicaron la actividad en el campo.
En ese sentido LA CAPITAL, entrevistó a los dirigentes Mario Raiteri (Coninagro) y Raúl Pérez Marino (Sociedad Rural), quienes expresaron sus sensaciones sobre la situación actual de un “motor clave” en el desarrollo
económico de la Argentina.
“Los medianos y pequeños productores temen que las políticas actuales pretendan ser un remake prolijo de los ‘90 para el agro. Las situaciones climáticas atravesadas por nuestra región sudeste durante el año pasado
(inundaciones y anegamientos) impidieron cumplir con la siembra de trigo y cebada programada. Junto con la de gruesa (maíz, girasol, soja) y la producción zonal de papa, se realizaron en su mayoría bajo condiciones que lejos estuvieron de ser óptimas”, sostuvo Raiteri.
“Las escasas lluvias escasas en lo que va de enero encendieron una alerta en los pequeños y medianos productores que ven cómo sus expectativas de buenos rindes van desapareciendo a medida que se realizan las cosechas, el
trigo a nivel nacional alcanzó las 18 millones de toneladas. El girasol tuvo un aumento en la superficie de siembra producto de un interesante precio, siendo uno de los cultivos menos afectado por las inclemencias del tiempo.
Los verdeos de verano, sorgo y las pasturas complican la terminación y el mantenimiento de la ganadería bovina de nuestra región”, agregó.
Por su parte, Pérez Marino expresó: “Se esperan rendimientos aceptables de acuerdo a lo previsto por los productores dentro de una superficie que inicialmente fue menor a la que se mostraba como extensión de siembra por cuestiones del clima. Esas hectáreas fueron reemplazadas por el girasol
que muestra buen desarrollo”.
“El nivel de lluvias que tenemos hasta ahora no está por encima de lo necesario sino justo. Esperamos que la producción de gruesa no se vea afectada”, agregó.
Rentabilidad
El hecho que el dólar se haya movido generó un incremento en los precios de los cereales incluyendo la soja que impacta a nivel internacional aunque los costos de los insumos y gasoil también se elevaron impactando de lleno
en la etapa de siembra, transporte y la posterior rentabilidad.
“La distorsión de precios entre lo que pagan los consumidores en los supermercados y lo que reciben realmente los productores, los altos fletes para llevar la producción y ausencia de desarrollo del ferrocarril van complicando la rentabilidad. Esto amenaza con comenzar un nuevo período de concentración en detrimento de los medianos y pequeños productores que impulsan las economías locales generando arraigo, empleo y distribución de la riqueza producida”, opinó el referente de Coninagro.
“La presión fiscal es bastante fuerte, sobre todo a nivel provincial con el impuesto inmobiliario y el incremento previsto para este año. Entendemos desde el sector que este gobierno recibió un país fundido desde el punto de
vista económico e infraestructura. Vemos que intentan mejorar esta situación y el campo se da cuenta”, manifestó el titular de Sociedad Rural.
Diálogo y ganadería
La dirigencia intenta lograr una relación más profunda con el gobierno para tratar que los cambios políticos impacten lo menor posible ya que se entiende que el campo es vital en la recuperación del país.
“Desde nuestra entidad valoramos los espacios de diálogo que Nación y Provincia nos brindan y a ellos llevamos nuestras propuestas que se encuentran en el documento que elaboramos ‘El campo y la política III’,
pero hay demora en resolver problemáticas”, puntualizó Raiteri.
Por último Pérez Marino, se mostró optimista por la recuperación que evidencia la ganadería en General Alvarado. “Vemos un crecimiento desde 2010 hasta ahora con una recuperación del stock en el orden del 25 o 30%.
Hay mucho por hacer, faltan algunas señales con respecto al futuro ganadero pero la apertura del mercado con China es algo sumamente importante para exportar carne fresca con hueso. El cierre de las exportaciones por parte del kirchnerismo en 2005 generó un desastre y los ciclos biológicos no se pueden modificar, eso lleva tiempo”, concluyó.