Se trata de la cuarta edición de “Navidar”, iniciativa que cada año organiza la ONG Nada es Imposible para ayudar a familias humildes de la ciudad y personas en situación de calle.
Por cuarto año consecutivo, la ONG Nada es Imposible lleva adelante la campaña “Navidar”, una colecta de cajas navideñas llenas de alimentos para acercar a familias de escasos recursos de la ciudad de cara a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Los voluntarios lanzaron la campaña hace varias semanas y con la ayuda y solidaridad de la comunidad marplatense se confeccionaron alrededor de 200 cajas que desde hace unos días ya están siendo entregadas.
La campaña tiene una particularidad: busca romper el estigma de la donación por caridad, para transformarlo en la oportunidad de ayudar. Para ello, la consigna de la iniciativa “Navidar” invita a armar una caja con alimentos pero sugiere hacerlo “con amigos, en familia o con compañeros de trabajo”, participar del armado de la misma, decorarla, ponerle un papel de regalo y una tarjeta navideña, pequeños detalles que personalizan la ayuda.
“Es una campaña que disfrutamos mucho hacer cada año, sobre todo al entregar las cajas. La gente se emociona mucho al recibirlas”, contó Ariel Adera, voluntario de Nada es Imposible, a LA CAPITAL.
Las cajas se estuvieron recibiendo de 9 a 20 en las sedes de Cem English -Alvarado 1346, Falucho 3444, La Rioja 2065 y Constitución 5111-, y también en la tienda de mascotas ubicada en Edison 1327.
Decir que la campaña fue un éxito sería en algún punto paradójico en el actual contexto de crisis, pero sí funcionó bien. Una gran cantidad de familias de Mar del Plata se sumaron a la iniciativa y acercaron su ayuda, un pequeño gesto que verdaderamente consigue transformar la mesa navideña de quien de otra manera no podría llenarla este 24 de diciembre a la noche.
Gracias a las más de 200 cajas llevadas por vecinos a Nada es Imposible, los voluntarios de esta ONG ya están distribuyendo la ayuda en distintos barrios y puntos de la ciudad, como en La Zulema, entre la gente en situación de calle cerca del Hospital Materno Infantil, en comedores como “Brazos Abiertos”, en escuelas y a familias sin recursos de distintas zonas.
La ayuda, en ese sentido, no distingue barrios; llega a donde más se necesita, dentro de lo posible y el esfuerzo que hacen los voluntarios antes de las fiestas.
“Lo que más me gusta a los voluntarios es ir de casa en casa, tocar las puertas y sorprender a la gente”, apuntó Adera en plena recorrida, para poder llegar a repartir la mayor cantidad posible en estas horas previas a la Nochebuena.