Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.
Comienza la cuenta regresiva para poder determinar si existe petróleo a 320 kilómetros de la costa de Mar del Plata, concretamente en el pozo Argerich I, que comenzará a ser perforado a mediados de abril. En las últimas horas, los principales actores de la exploración offshore mantuvieron encuentros en Mar del Plata -en la mayoría de los casos, bajo un cerrado hermetismo y lejos de la prensa-. Según pudo reconstruir esta sección, a través de distintos testimonios en off de muchos de los participantes de esas reuniones, se estima que en la segunda quincena de abril podrían comenzar los trabajos a cargo del drillship o barco perforador Valaris DS-17 que se encuentra actualmente en Brasil, en la Cuenca de Bacalhau. En el Argerich, trabajarán cerca de 200 personas -habrá dos buques soportes- al tiempo que se destinarán dos helicópteros, con base en Mar del Plata, para el recambio del personal cada dos semanas.
Se estima que a partir del inicio de las tareas, en dos meses la perforación llegará hasta el llamado zócalo, sector de roca virgen, a 3.000 metros de la superficie. Extraídas las muestras, los análisis, las pruebas electromagnéticas y los estudios de los geólogos y especialistas, deberán esperarse varios meses para conocer el potencial hidrocarburífero. “Quizás para octubre o noviembre de 2024 se podrá establecer qué se encontró”, expresó una de las fuentes que detalló que el costo de esta primera operatoria superará los cien millones de dólares. Las principales compañías involucradas -Equinor, YPF y Shell- intentan ser absolutamente cautelosas en cuanto a los resultados que puedan arrojar las tareas a desarrollar en el corto plazo. No obstante, el bloque CAN-100 presenta una similitud con los descubrimientos que se realizaron en Namibia. De hecho, muchos especialistas han realizado un paralelismo más que alentador en el contexto geológico.
En cuanto a los tiempos, los especialistas refieren que, en caso de encontrarse petróleo, la extracción recién arrancaría en cuatro, cinco o más años. “Son proyectos a largo plazo, y siempre ponemos como ejemplo lo de Vaca Muerta, que se inició en 2012 y estamos viendo una etapa de exportación 12 años más tarde”, se ejemplificó. Quien también estuvo en estas horas en Mar del Plata fue el ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, quien indicó que “hoy hay una presunción de que hay recurso, hay una probabilidad muy alta”. “Es del 30% y uno diría ‘ah, solo 30%’, pero en general los proyectos con 2 o 3% tienen una estimación de que pueden ser buenos pozos, con 30% obviamente es mucho más importante. Además, geológicamente son las mismas áreas de lo que se descubrió en Guyana, lo que se está descubriendo en Namibia y hay una gran probabilidad de que exista petróleo”, explicó.
También estuvieron en la ciudad directivos de Equinor, empresa noruega comprometida con el desarrollo de petróleo, gas y energías renovables en más de 20 países alrededor del mundo. Cabe recordar que desde 2019, Equinor obtuvo permisos de exploración en ocho bloques costa afuera en el Mar Argentino, distribuidos en las cuencas norte y sur. En seis de ellos, Equinor es el operador y participamos como socios en los dos restantes. La decisión de perforar costa afuera de Argentina fue tomada en base a estudios detallados del potencial del subsuelo. Equinor, YPF y Shell recopilaron una gran base de datos sísmicos y realizaron extensas evaluaciones del subsuelo. Un relevamiento sísmico 3D de 2.200 kilómetros cuadrados, adquirido en 2007 por YPF, fue reprocesado en 2021 y proporcionó datos de alta calidad. En tanto, los resultados de la sísmica que finalizó la semana pasada se están analizando en Noruega y Gran Bretaña. “Todo salió de acuerdo a lo previsto. Y de hecho hubo que suspender la actividad en reiteradas oportunidades cuando se produjeron avistajes de ballenas y otras especies. Ahora llega el tiempo de analizar toda esa valiosa información recogida”, se refirió.
El buque de perforación -el Valaris DS17- cuenta con un sistema de posicionamiento dinámico computadorizado que utiliza señales satelitales y transpondedores ubicados en el lecho marino para permanecer en el sitio durante toda la actividad. Una vez en el lugar, comenzará la perforación del lecho marino, instalándose un revestimiento de acero de 36 pulgadas en la capa superior del fondo marino, que luego será cementado. Posteriormente, se realizará una perforación más estrecha y profunda, instalándose un revestimiento de 20 pulgadas para también luego ser cementado. El siguiente paso será la instalación de un preventor de urgencias no controladas, comúnmente llamado BOP por sus siglas en inglés, conectado con una tubería ascendente que conecta, a su vez, el pozo con el buque de perforación. El BOP es un dispositivo conformado por un conjunto de válvulas y arietes conectados al cabezal del pozo que actúa como una barrera para contener la presión en el pozo en caso de una situación de emergencia. Después de instalar el BOP, la perforación, la instalación del revestimiento y la cementación continúan sección por sección hasta que el pozo ingresa en la sección del reservorio, que es el área donde se espera encontrar hidrocarburos.
Según pudo saber este medio, una vez perforada esta sección, se utilizan una serie de herramientas bajadas por cable en el pozo para adquirir información y tomar muestras del yacimiento. Finalmente, una vez adquirida la información, se sella el pozo con una serie de tapones de cemento y se abandona de manera segura y definitiva. Cada tapón de cemento es probado, lo cual evitará de forma permanente cualquier fuga del pozo. Durante la perforación habrá hasta 200 tripulantes trabajando y viviendo en el buque de perforación durante períodos de rotación de hasta cuatro semanas. Los cambios de tripulación requeridos por las operaciones se realizarán en helicóptero mediante vuelos diarios que saldrán desde y hacia el aeropuerto. Se implementarán estrictas medidas de seguridad para el transporte y el control del personal, así como para las cargas que se movilicen desde y hacia el buque de perforación. La base de suministro será el centro de la cadena de suministro donde se recibirán de parte de los proveedores todos los equipos y materiales necesarios. En la base, el equipo y los materiales serán inspeccionados, preparados de manera segura y luego enviados directamente por medio de las embarcaciones de suministro al buque de perforación. Estas embarcaciones son utilizadas para transportar todos los materiales y equipos, tuberías, fluidos de perforación, cemento, residuos y cualquier otro suministro.
Una vez finalizada la perforación, se retirará el BOP a la superficie y el buque de perforación partirá para realizar actividades en otras partes del mundo. Desde su origen en Noruega en los años 70, Equinor ha perforado de forma segura cientos de pozos de exploración en alta mar en algunos de los entornos más duros de Noruega y de todo el mundo. Como uno de los operadores costa afuera más grandes del mundo, la seguridad es prioridad número uno. “Impulsados por nuestro objetivo de posicionarnos como una de las principales empresas energéticas y nuestro firme compromiso con la seguridad, la igualdad y la sostenibilidad, estamos desarrollando la energía del futuro”, señaló la citada empresa en la audiencia pública realizada el 19 de octubre de 2022.
“Supongamos que se encuentre petróleo, que las pruebas y análisis determinen que están las condiciones como para comenzar a extraerlo. ¿Cuáles son los próximos pasos, cementado el pozo tras la perforación que comenzará en abril?”, preguntó el empresario metalúrgico a uno de los especialistas arribados a Mar del Plata. En tal sentido, se indicó que deberá construirse una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO por su sigla en inglés, Flotating Production, Storage and Offloading Unit). “Actúa como plataforma y almacenamiento. La que se va a utilizar en Bacalaho, Brasil, se está construyendo en estos momentos en Corea y Singapur. Es una embarcación de 300 metros de eslora”, se indicó.
Originalmente, todas las plataformas petroleras se asentaban en el lecho marino -el petróleo se produce en alta mar desde finales de la década de 1940-, pero a medida que la exploración se trasladó a aguas más profundas y ubicaciones más distantes, en el década de 1970 se empezaron a utilizar sistemas de producción flotantes. La primera FPSO petrolera se construyó en 1977 en el campo Shell Castellón, situado en el Mediterráneo español. Hoy cerca de 300 buques están desplegados en todo el mundo como FPSO petroleros. Concretamente, un buque FPSO, como el que deberá construirse para realizar las tareas a 320 kilómetros de la costa de Mar del Plata, en caso de hallarse petróleo, está diseñado para recibir hidrocarburos producidos por sí mismo o desde plataformas cercanas o plantilla submarina, procesarlos y almacenar petróleo hasta que pueda descargarse en un buque cisterna o, con menor frecuencia, transportarse a través de un oleoducto. Los FPSO, refieren los especialistas, son las preferidas en las regiones costeras fronterizas porque son fáciles de instalar y no requieren una infraestructura de oleoductos local para exportarse petróleo. Los FPSO pueden ser una conversión de un petrolero (como el caso de Seawise Giant) o pueden ser una embarcación construida especialmente, como sería el caso de Mar del Plata.