El jefe del Cuerpo Activo de Bomberos de Balcarce nos dijo “no somos superhéroes”. Sin embargo, aseguró que asumen riesgos pero que se dividen entre la adrenalina y la frialdad en una emergencia.
por Sebastián Plaza
(BALCARCE, Corresponsal).- Hoy se festeja el “Día del bombero voluntario argentino” y LA CAPITAL compartió las vivencias del jefe del Cuerpo Activo de Bomberos de Balcarce. El comandante mayor Fernando Alessio (46) comenzó como cadete a los 13 años y hace pocos días se convirtió en el director de capacitación provincial.
Actualmente maneja la preparación de aproximadamente 6500 servidores públicos que pertenecen a 160 cuarteles bonaerenses. También es el jefe de uno de los cuarteles modelos de la argentina que tiene 24 unidades y 70 hombres dispuestos para la emergencia.
Reconoció que cada 2 de junio es un día “especial” porque aflora el orgullo de ser bombero y se resalta la protección que tiene una comunidad al contar con un cuartel.
“Son muchas las horas que se trabajan para atender las emergencias y cumplir con el orden interno para brindar un buen servicio. Esto es formarse como bombero profesional -a pesar de ser voluntarios- y contar con los mejores equipos para estar en condiciones ante cada salida”, expresó el servidor público.
Alessio aseguró que “cada bombero de la argentina sabe que esta actividad le ocupa más de la mitad de su vida. Con el correr de los años se dan cuenta que te ocupó muchísimo tiempo esta vocación de ser bombero”.
Pese a las horas que se le saca a la familia, los amigos y el trabajo volvería a elegir esta profesión que tiene más de vocación y heroísmo que otra cosa.
En este marco, recordó que sus inicios estuvieron ligados con la fundación del cuartel aunque indirectamente porque faltaban años para que él naciera al momento de su inauguración.
“Fue un caso raro el mío. En el año ’50 se producen dos incendios muy importantes: uno fue la carpintería y una casa de mi abuelo (Felipe) y el otro a los pocos meses en la bodega Gual. En ese momento tuvieron que esperar que llegaran los bomberos de Mar del Plata. Por supuesto que tardaron más que en la actualidad y las pérdidas fueron totales. Quedó todo en ruinas”, aseguró.
A partir de allí, fue su padre (Toto) y su tío (Felipe H) quienes junto a otros vecinos tuvieron la iniciativa de poder frenar las pérdidas y la problemática de los incendios.
El 6 de enero de 1951 se creó el Cuerpo de Bomberos de Balcarce. El socio de su padre, Juan Palante, fue uno de los impulsores. Recién en 1966, luego de colectas y colaboraciones, se inauguró el cuartel. Su padre, también carpintero –al igual que él- tuvo mucho que ver en el armado de la carpintería del edificio y en el diseño y carrozado de la segunda unidad del cuertal, un Chevrolet 46.
Con el tiempo su padre llegó a ser vicepresidente de la asociación de bomberos. “Tengo el honor de ver en el salón más importante del cuartel que contiene a las unidades una plaqueta con su nombre porque lleva su nombre como reconocimiento a la trayectoria por más de 35 años en la institución”, apuntó.
El día que nació Fernando, su papá lo hizo socio de los bomberos y ese sería el libreto de su vida, más que un carné ocasional, ya que desde purrete lo acompañaría y jugaría entre autobombas.
“Vivía en el cuartel. Lo que más recuerdo es que se hacían fiestas muy convocantes con tertulia y yo terminaba durmiendo entre los instrumentos de la banda. Si bien no sabía tocar ningún instrumento más de una vez intenté entrar a la banda porque me enloquecía la ropa de gala”, recordó.
Asimismo, tiene vivos diferentes momentos de la institución. Tuvo que esperar hasta los 13 para ingresar como cadete y hasta los 18 para ser bombero hasta hoy con sus 46 años.