Es uno de los dos hombres que están incriminados en el crimen de Gabriel Aramayo (30), un delivery al que le quisieron robar la moto bajo la modalidad "piraña". Por el hecho ya habían sido aprehendidos dos adolescentes.
Uno de los acusados de asaltar y matar a Gabriel Aramayo (30), el pasado 9 de junio en Polonia y Ortiz de Zárate, se entregó este jueves en Tribunales, mientras la policía continúa la búsqueda de Franco Gabriel Altamiranda Díaz (22).
Sergio Urbistondo, un hombre de 34 años que era buscado por la policía desde hace varias semanas, en el marco de la investigación llevada a cabo por el fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Marcelo Yanez Urrutia, se entregó esta mañana acompañado por su defensor Osvaldo Verdi. El imputado aceptó declarar pero negó absolutamente los cargos en su contra.
Fuentes consultadas por LA CAPITAL señalaron que Urbistondo dijo que es inocente y que estuvo en el lugar del ataque contra Aramayo pero minutos después de ocurrido el mismo. Como justificación de su presencia en ese sitio, mencionó que había concurrido para buscar a su hijo, que en ese momento estaba en la calle. Además, le mostró al fiscal su total disposición para la realización de los distintos peritajes y ruedas de reconocimiento, pero una vez finalizada la diligencia se dispuso que permanezca detenido.
Cabe destacar que por el hecho ya habían sido aprehendidos días atrás dos menores, de 14 y 16 años. Para el instructor judicial, ambos están incriminados -junto al nuevo detenido y a otro que aún evitó su captura- en el intento de robo que derivó en el homicidio de Aramayo.
En un comienzo, el principal acusado por el crimen había sido un joven apodado “Pirulo”, quien luego de ser detenido y declarar, recuperó su libertad tras probarse que no había tenido vinculación con el caso. De todas formas, su aporte de distintos datos y descripciones sirvió para que la Justicia pudiera avanzar en el esclarecimiento del hecho y la acusación sobre dos adolescentes y dos hombres.
Según la información reunida en la causa que recayó en el fiscal Yanez Urrutia -precisamente por existir menores involucrados-, el 9 de junio pasado Aramayo regresaba de noche a su casa desde su trabajo como delivery cuando sufrió un intento de robo “piraña” en Polonia y Ortiz de Zárate. A pesar de que los ladrones no alcanzaron a sustraerle la moto, como presuntamente buscaban, lo golpearon violentamente y ese traumatismo en el cráneo le causó a posteriori la muerte en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) al que se había trasladado por sus propios medios tras el ataque.
Altamiranda (lleva el mismo apellido que “Pirulo”) fue señalado como uno de los partícipes del fatal asalto y por el momento permanece con paradero desconocido. La misma semana en la que Aramayo fue asesinado, Altamiranda recibió una pena a 3 años de prisión por robo automotor.
El 5 de noviembre pasado, personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local efectuó tres allanamientos para localizar a los adolescentes y trasladarlos al Centro de Admisión y Derivación (CAD) de Batán.
Tanto el joven de 16 años como el de 14 recibieron el “derecho a ser escuchados” -no pueden declarar de otra manera por convenios internacional de protección a la niñez-, pero se negaron a hacerlo. Entonces, el fiscal Yanez Urrutia ordenó una medida se seguridad para ambos, ya que existen pruebas suficientes que los colocan como parte del grupo que atacó a Aramayo para robarle.
Aunque el adolescente de 16 años ya tiene edad punible, cuando sucedió el crimen aún no los había cumplido, lo que hace que no pueda recibir una condena. Lo único que está en condiciones de hacer un fiscal en este tipo de casos es mantener una medida de seguridad que, como máximo plazo, se extiende por una semana. Luego, en general, los acusados son restituidos a su hogar, en medio de la asistencia de trabajadoras sociales y otros actores de control juvenil.
Lo que se destaca en este episodio judicial es que el mismo menor había intervenido de manera directa en el asesinato de Lucas Miracco (17), ocurrido el 7 de octubre de 2019. En esa ocasión Miracco fue perseguido desde la zona de Juan B. Justo y Dorrego, hasta que en el cruce de las calles Cerrito y 51 recibió un disparo de arma de fuego desde una motocicleta. Este rodado era conducido por el mismo menor que actualmente tiene 16 años y es acusado de participar en el crimen de Aramayo junto a otros sospechosos como el que se entregó este jueves en Tribunales y el que aún sigue prófugo.