Peñarol recibe a Bahía Básket, el viernes desde las 21.
Atrás quedó el invicto como local, tras una noche para el olvido de Devin Thomas, quien estuvo al borde del “corte”. Se le dio una nueva oportunidad y habrá que ver cómo responde. Con la necesidad de ganar para no seguir perdiendo terreno, y porque enfrente estará un rival directo en la búsqueda del objetivo primario (mantener la categoría), Peñarol recibirá a Bahía Básket.
Será este sábado desde las 21, en el Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”, por una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol. Los de Garay y Santiago del Estero suman tres caídas consecutivas (dos veces ante el “calamar” y otra en La Bombonerita, ante Boca Juniors).
Tras la mencionada caída ante Platense, el “milrayitas” quedó con récord negativo de 3 victorias y 5 derrotas, por detrás en tabla de su adversario de hoy, que también cuenta con saldo negativo: dos triunfos y tres caídas.
Mientras intenta mejorar su performance defensiva, a los dirigidos por Gabriel Piccato les cuesta anotar. Su promedio de 74,4 puntos convertidos por encuentro lo sitúan entre los tres peores de la competencia.
Del otro lado, por lo menos hasta aquí, Bahía Básket está en las antípodas de la identidad. Los de José Luis Pisani poseen la mejor ofensiva de la Liga (92,0 puntos a favor) y, también, la peor defensa (permiten 90,4 puntos de sus oponentes).
Los sureños juegan partidos de muchas posesiones y apuestan mucho al tiro de tres puntos. Sus tres bases son extranjeros: los estadounidenses Jon Rodney Lynch, Travis Weatherington y el brasileño Caio de Souza Pacheco. Es un equipo joven e intenso, con la particularidad de que tiene ¡siete! extranjeros: a los tres nombrados se suman los brasileños Pedro Ianguas y Rafael Paulichi, el estadounidense Drew Martin y el panameño Jamaal Levy.
Más allá del “Thomas-Gate”, alternó buenas y malas ante Platense. Y necesariamente, en casa, su rendimiento tiene que ser más sólido. Tendrá que estar muy atento hoy, porque la velocidad y explosividad de Bahía Básket lo puede conducir a una vorágine de la que tal vez le resulte difícil evadirse. En ese contexto, tendrá que ser inteligente y ejecutar con precisión.