La noticia que revolucionó al municipio ayer por la noche se vivió diferente en la zona de Gascón al 1800. Indignación, incertidumbre y charlas en la vereda más extensas de lo habitual, la respuesta de los vecinos.
Las conversaciones entre los vecinos, con distancia y barbijo mediante, duraron hoy un poco más de lo habitual. También la charla casual en el almacén y la pandería de confianza. El barrio del macrocentro donde el joven cordobés que dio positivo de coronavirus se hospedó desde el sábado vive momentos de incertidumbre. La pregunta que se repiten todos: ¿por dónde estuvo? ¿a dónde fue a comprar? ¿quién se lo habrá cruzado?
Si bien un contacto casual no implica riesgo de contagio de COVID-19, todas las miradas están hoy en la zona de Gascón al 1800, donde el hombre infectado de 23 años reconoció haber hecho algunas compras, cuando debía haber estado confinado a la espera del resultado de su hisopado. Testeo que pagó y accedió voluntariamente a realizar, ya que la otra alternativa implicaba 14 días de aislamiento y él, según señaló en el retén, iba a estar por un plazo menor en la ciudad.
La dirección del edificio donde los jóvenes estuvieron hospedados no trascendió a los medios de comunicación, pero basta con recorrer las inmediaciones de Gascón, entre Arenales y Lamadrid, para que los vecinos lo señalen. Acto seguido, buscan cambiar el rol con la periodista para consultar ellos sus inquietudes: “¿se sabe si contagió a alguien?”, es la pregunta que, aunque con mucha serenidad, se repite.
Desde el Municipio destacaron que el joven, pese a haber mentido en primera instancia, se mostró “abierto al diálogo” una vez descubierta la verdad y fue preciso con la información epidemiológica otorgada, la cual permitió no sólo reconstruir las pocas salidas realizadas por la pareja sino también poner en marcha un protocolo para determinar los contactos establecidos desde su llegada a la ciudad. Este intercambio llevó al aislamiento estricto a solo tres personas: todas familiares de su novia.
Esta información tranquiliza a los vecinos de la zona, que hoy, en una recorrida que realizó LA CAPITAL, se los pudo ver debatir afuera de los edificios y comercios la noticia que revolucionó a un municipio que hacía nueve días no registraba caso alguno de coronavirus.
“Yo no lo podía creer. Cuando vi que decían que estaba parando en Gascón al 1800 dije ¡no, acá!”, contó un hombre mayor, vecino de un edificio cercano, mientras se agarraba la cabeza con sus dos manos, como cuando su equipo de fútbol erra un gol en el último minuto. También lanzó la pregunta que todos en la ciudad se hacen: “¿Cómo puede ser que nadie se dio cuenta que mentía?”. A su lado, un portero asentía con la cabeza.
LA CAPITAL intentó sin éxito comunicarse con la encargada del edificio donde se hospedó la pareja. Nadie atendió en el departamento que los vecinos de la zona señalaron como el alquilado por el cordobés, tampoco los vecinos de las propiedades lindantes. En cambio, sí respondió al timbre una vecina del mismo piso, quien se mostró cauta pero ávida de conocer más información.
“La verdad es que no sabemos mucho. Al parecer estaban en este piso, creemos saber quiénes eran porque somos pocos, pero no sabemos más, no lo tenemos confirmado”, señaló la mujer. A los pocos minutos, por la puerta principal de entrada salió una joven que prefirió no hablar con la prensa, pero en sus manos llevaba un vaporizador con alcohol. Una medida de precaución, quizá, al circular por los espacios comunes del edificio.
En los comercios de la zona hay tranquilidad. Si bien la indignación por la irresponsabilidad ajena rápidamente se deja ver, todos coinciden en que las medidas sanitarias tomadas son más que suficientes para evitar cualquier posible contagio. Además, subrayan una realidad de una ciudad aún en cuarentena y cerrada a turistas: “En el barrio nos conocemos todos, ya sabes quiénes son los que te vienen a comprar”, indicaron en un almacén ubicado en la misma vereda del edificio.
De todas maneras, su dueño reconoció que, una vez conocida la noticia, buscó en las cámaras de seguridad. “Acá no vino, estamos seguros. Conocemos a todos, pero por las dudas revisé todas las imágenes desde el sábado y no apareció nunca una persona con las características señaladas”, indicó, mientras vecinas de la zona se acercaban a conocer más sobre la noticia.
Así y todo el comerciante no pudo evitar manifestar su rechazo hacia la actitud del joven. “En el edificio hay clientes nuestros que son de riesgo, que hace cien días que no salen y nosotros coordinamos para llevarles las compras. Hay muchas personas grandes, enfermas. Es increíble que una persona pueda mentir y entrar a la ciudad tan fácilmente”, señaló, indignado. Afuera del local, dos mujeres que esperaban su turno para entrar y escuchaban las consultas de este medio no dejaban de asentir con la cabeza y repetir lo que casi una ciudad entera piensa sobre la irresponsable travesía del joven cordobés: “¡Una locura!”