El remero marplatense fue declarado en rebeldía por negarse a regresar de Tafí del Valle por una confusa determinación de la dirigencia.
Por Marcelo Solari
Todavía en Tafí del Valle, Tucumán, el marplatense Brian Rosso responde al llamado telefónico de LA CAPITAL para contar su versión de un capítulo más entre los inentendibles -y a veces inexplicables- desencuentros entre la dirigencia y los deportistas argentinos (lamentablemente se aplica a cualquiera deporte, no solamente al remo).
Hace un par de días, el especialista en single scull, quien concentra con una parte del seleccionado argentino de remo en la localidad tucumana, recibió un pasaje con la orden de regresar a Nordelta, donde se encuentra el resto del seleccionado.
Los motivos esgrimidos por la dirigencia apuntan a que “Brian Rosso hace lo que quiere y no trabaja en equipo”, y que supuestamente esa decisión contaba con el apoyo del manager del equipo y del presidente de la comisión de atletas.
Al margen de que no estaba de acuerdo con la decisión, el marplatense le explicó a la dirigencia que no podía llegar de ninguna manera a San Miguel de Tucumán para abordar el vuelo en cuestión. Y tomó la determinación de continuar con los entrenamientos en Tafí del Valle. Esa postura derivó en la inmediata advertencia de una “sanción grave”, que le impediría competir en el Preolímpico de Río de Janeiro (del 17 al 19 de mayo), clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio.
-¿Qué explicación le encontrás a todo lo que está sucediendo?
-No lo sé. Creo que hay gente (dirigentes) a la que no le gusta que yo tenga repercusión en las redes sociales. Yo publico las cosas que están bien y también lo que no está bien. No soy conflictivo. Soy realista. No me pueden impedir que haga eso. Pero siempre quieren tener el poder sobre los atletas. Evidentemente alguien tiene algo en mi contra. Igual no pensaba hacer publica esta situación. Pero me enojé porque en el Acta dicen cosas falsas. No quería que mancharan mi nombre con mentiras.
-¿Concretamente a qué te referís?
-Dos personas que están mencionadas ahí y dicen estar de acuerdo, en realidad no lo están. Uno es Santiago Fernández (el manager) y el otro, Ariel Suárez (presidente de la comisión de atletas).
-El acta habla de que “hacés lo que querés” y “no cumplías las consignas”. ¿Qué creés que significa?
-Es una frase demasiado agresiva. Sigo un plan de la selección como toda mi vida lo seguí. No soy entrenador para hacer una rutina por mi cuenta, así que cada día miro lo que hay que hacer. Decir que hago lo quiere sugiere que me creo superior o algo por el estilo. Yo entreno lo que ellos me dicen y compito en nombre de ellos. No lo entiendo. Somos 13 remeros en Tafí del Valle y el único apuntado soy yo. Hace 15 años que estoy en el seleccionado, respeto las reglas y jamás recibí un apercibimiento. Nunca me pasó algo semejante.
-¿Te vas a quedar en Tafí del Valle?
-Sí, hasta el domingo, cuando termina este proceso de entrenamientos. Es la primera vez que me pasa. Los dirigentes nunca se comunican con nosotros. Es raro que me hayan llamado para una cosa como ésta. Después de la charla con Daniel Gasparrini (prosecretario de la Asociación Argentina de Remeros Aficionados), nadie volvió a comunicarse conmigo.
-Te ganaste el derecho deportivo de ir al Preolímpico. ¿Qué pensás hacer si se concreta la sanción?
-Nunca me pasó algo así en mi vida. Seguramente tendré que recurrir a un abogado, porque una decisión tan arbitraria no me puede dejar afuera del Preolímpico. Cuando vuelva a Mar del Plata voy a esperar la notificación para que me citen a hacer mi descargo. Algo va a pasar, pero creo que hay dos posibilidades: o me piden disculpas por admitir que se equivocaron o directamente me sancionan.