El ultraderechista sufre una hemorragia interna, tres perforaciones en el intestino delgado, una lesión grave en el intestino grueso y otra en una vena del abdomen.
por Anella Reta y Jorge Svartzman
JUIZ DE FORA, Brasil.- El candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro permanece el viernes en un hospital de Minas Gerais, al día siguiente de haber recibido una puñalada que pudo costarle la vida pero que podría acercarlo a la presidencia de Brasil.
“Un mensaje para esos bandidos (…): acaban de elegir al nuevo presidente y será en la primera vuelta”, declaró uno de sus hijos, Flávio Bolsonaro, tras visitar poco después de medianoche a su padre en la Santa Casa de Misericordia de Juiz de Fora.
Bolsonaro, líder en las encuestas para la primera vuelta del 7 de octubre, fue ingresado el jueves por la tarde con un cuadro vital comprometido: hemorragia interna, tres perforaciones en el intestino delgado, una lesión grave en el intestino grueso y otra en una vena del abdomen.
Tras ser intervenido, su estado era “estable por el momento”, indicó por la noche el último parte médico.
Su familia quiere trasladarlo al Hospital Sirio-Libanés de San Pablo, pero un examen de profesionales de ambas instituciones concluyó que “el paciente carece por el momento de estabilidad hemodinámica para ser trasladado”, indicó la Santa Casa.
El excapitán del Ejército y diputado, de 63 años, fue atacado cuando sus seguidores lo llevaban en andas durante una caminata de campaña.
El presunto autor, detenido rápidamente, fue identificado como Adélio Bispo de Oliveira, un exmilitante del partido de izquierda PSOL, que explicó a la policía haber actuado en cumplimiento de “una misión divina, una misión de Dios”.
Un puñado de simpatizantes de Bolsonaro permaneció frente al hospital hasta altas horas de la noche, alentando a su líder al grito de “¡Va a ganar!”. Uno de ellos, Caio Bellote, de 28 años, duda de que se tratase del ataque de un hombre aislado: “Creemos que fue una acción partidaria, premeditada, de militantes políticos”, afirmó.
El hashtag #ForzaBolsonaro lideraba varias horas después del ataque los trending topics de Twitter en Brasil y sus partidarios recurrían a una imaginería patriótica, anticomunista y religiosa, por ejemplo con un Jesús guiando la mano de los médicos que operaban a su líder.
Dios, armas y mercados
Bolsonaro se lanzó a la campaña de las elecciones más polarizadas e inciertas de la historia reciente de Brasil como candidato del pequeño Partido Social Liberal (PSL) y el lema “Brasil por encima de todos, Dios por encima de todo”.
Su retórica de mano dura contra la criminalidad reforzó su núcleo de incondicionales en un país con casi 13 millones de desocupados y con los partidos que dominaron a vida política desde el fin del régimen militar (1964-85) totalmente desprestigiados por las revelaciones de la investigación Lava Jato, sobre licitaciones fraguadas en Petrobras.
Bolsonaro, que tradicionalmente era identificado con posiciones nacionalistas, se recicló en los últimos meses en el ultraliberalismo, bajo la asesoría del economista Paulo Guedes, un “Chicago Boy”.
Muchos inversores empezaron a encontrarle virtudes, ante la baja popularidad de los candidatos más tradicionales partidarios de las políticas de austeridad fiscal que reclaman los mercados.
Bolsonaro logró presentarse como el principal rival del expresidente Luiz de izquierda Inácio Lula da Silva, actualmente encarcelado por corrupción, que acaba de ser excluido de la contienda por la justicia electoral.
Hasta ese momento, Bolsonaro estaba segundo en los sondeos pero con la mitad de la intención de votos del exlíder sindical.
Ahora quedó primero, con 22% de intenciones de voto, 10 puntos más que sus más inmediatos seguidores, el centro-izquierdista Ciro Gomes y la ecologista Marina Silva, que lo derrotarían sin embargo en una segunda vuelta, según una encuesta Ibope divulgada el miércoles.
El atentado, sin embargo, puede redistribuir las cartas.
Bolsonaro tendrá por ejemplo una presencia mediática que compensará ampliamente, al menos por unos días, los escasos 8 segundos de propaganda televisiva gratuita que le confiere el actual sistema de atribución, basado en el número de escaños de cada partido en la Cámara de Diputados.
“Este incidente aumenta las posibilidades electorales de Bolsonaro. Estaba perdiendo votos, de repente se convierte en una víctima casi tan grande como Lula”, dijo a la agencia financiera Bloomberg el analista Richard Back, jefe de estrategia política de la consultora XP Investments.
Los principales núcleos de resistencia a Bolsonaro se encuentran entre los sectores más vapuleados por sus exabruptos racistas, misóginos u homófobos.
Una encuesta Datafolha del mes pasado señalaba que solo un 13% de las mujeres estaba dispuesta a votar por él.
Pero la irrupción de la violencia también podría perjudicar a un líder identificado con la polarización del país.
“Hay que considerar la posibilidad de que el episodio radicalice aún más la disputa, lo que asustaría a los electores indecisos y los llevaría a buscar candidatos moderados”, dijo a la AFP el analista Thiago Vidal, de la consultora Prospectiva.
AFP-NA