El reflote de la BUP se dio en medio del intento del oficialismo por eliminar las PASO. De tener luz verde y con modificaciones, el proyecto debería regresar a la Cámara de Diputados.
Por Gonzalo Delmonte
La discusión por la Boleta Única de Papel (BUP) podría reactivarse esta semana en el Senado de la Nación, luego de haberse enfriado por algunos días ante una agenda de proyectos que presionan la comodidad de la Casa Rosada y del Palacio de Hacienda como, por ejemplo, la reforma jubilatoria.
Según pudo consignar Noticias Argentinas, en las últimas horas tantearon el panorama desde Balcarce 50 para concretar un encuentro entre el jefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi, y los presidentes de los bloques dialoguistas.
La reunión no está confirmada, pero, de avanzar, podría ser esta semana.
El oficialismo senatorial está muy cerca de abrochar la BUP si es que le conceden a la senadora Mónica Silva (Río Negro) la eliminación del casillero que permite la elección de la boleta completa.
Cuando el consenso parecía un hecho, hace una semana Silva se fotografió con referentes kirchneristas que apoyaron su dictamen, lo aceleró las suspicacias en los pasillos de la Cámara alta.
La reunión plenaria del pasado 10 de enero concluyó con la firma de un dictamen de mayoría que tuvo el acompañamiento del bloques federales, La Libertad Avanza, el PRO y la Unión Cívica Radical (UCR).
Por otro lado, Silva impulsó otro de minoría con el apoyo del kirchnerismo y del senador Carlos Arce (Misiones).
Tanto Silva como Arce, sumada la senadora Sonia Rojas Decut (Misiones), forman parte de la denominada “oposición dialoguista” y son clave para el oficialismo a la hora de la construcción del quorum y de las mayorías mínimas constitucionales que se necesitan, dependiendo el caso, para aprobar un proyecto.
Sin el apoyo de estos tres senadores, el poroteo con respecto a la BUP queda empardado en 36 votos para cada lado y sin posibilidad de que la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, pueda desempatar al tratarse de un electoral.
Por esta razón, la BUP duerme desde el verano.
Hace poco más de dos semanas, fuentes consultadas por NA cercanas a Silva reafirmaron la postura de la senadora con terminales en el gobernador Alberto Weretilneck. De hecho, el movimiento de Silva con dirigentes K fue leído como un gesto de Weretilneck en su puja -que ya ganó- por la planta de licuefacción de Gas Natural Licuado (GNL) de YPF y Petronas.
“Vamos a sostener la necesidad de eliminar el botón de boleta completa”, le dijeron a NA ante la consulta. La frase dejaba entrever la intención de convergencia. Es decir, si el dictamen de mayoría incorpora la modificación que pide Silva, las posibilidades de que la BUP llegue al hemiciclo son casi un hecho.
De no llegar a un acuerdo, el oficialismo podría optar por la construcción de una nueva mayoría e ir por los votos de Arce y Rojas Decut, relegando a Silva con su dictamen. El gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, tiene buena sintonía con la Casa Rosada y, principalmente, con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El reflote de la BUP se dio en medio del intento de Francos por eliminar las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Esta idea no tiene consenso -casi- en ningún bloque y en el Senado le ofrecen esta salida al ministro coordinador.
De tener luz verde y con modificaciones, el proyecto de la BUP debería regresar a la Cámara de Diputados.
NA.