La expulsión de Advíncula lo condicionó y enseguida Cruzeiro le dio vuelta la serie. Después llegó a la igualdad y hasta pudo ganarlo. También lo sostuvo Romero, quien esta vez no tapó ningún penal. Premio consuelo: jugará el Mundial de Clubes.
Boca padeció 20 minutos de terror en Belo Horizonte, pero después sacó pecho y llevó la serie ante Cruzeiro a los penales, donde esta vez “Chiquito” Romero no se convirtió en héroe y Merentiel falló la última ejecución de la serie. Así, el “xeneize” quedó eliminado en los octavos de final de la Copa Sudamericana, unas horas después que se confirmó su presencia en el Mundial de Clubes 2025.
Cruzeiro se impuso 2 a 1 en los noventa minutos (3-3 fue el global) y 5-4 en la definición.
Advíncula conspiró contra Boca y lo dejó en inferioridad por una plancha a los 9 segundos de juego que derivó en su expulsión.
La situación, insólita, tuvo consecuencias dramáticas en el corto plazo. Figal entró para reforzar la defensa y cometió el error para el primer gol de Cruzeiro. Le robaron la pelota cuando intentó gambetear en la salida hacia adentro, Pereira exigió a Romero con un remate de afuera del área y Henrique convirtió en el rebote.
Kevin Zenón desperdició de forma increíble el empate cuando estaba con el arco de frente (la pelota le picó mal y remató a cualquier parte) y, enseguida, Cruzeiro metió el segudo: Marcos Rojo rechazó de cabeza hacia el medio y Walace le pegó de primera con derecha; la pelota se desvió e ingresó. Boca reclamó que el tiro de esquina previo no había sido tal.
El equipo de Diego Martínez advirtió que su rival era una cosa hacia adelante y otra hacia atrás. Y si bien pudo quedar 0-3 con una chilena de Lautaro Díaz (tapó Romero y la pelota dio en el palo), lo complicó cada vez que se lo propuso. Y encontró el descuento -y empate en el global- justo antes del entretiempo con una media vuelta de Milton Giménez y una floja respuesta de Cássio.
En el complemento, el “xeneize” mejoró su posicionamiento en el campo y manejó la pelota en muchos momentos del partido. Cuando no la tuvo, juntó sus líneas para otorgar menos espacios. Después de un desborde de Medina, Giménez se anticipó, pero elevó mucho su definición.
Claro que en el último cuarto de hora el conjunto brasileño apretó. Y Romero evitó el gol -otra vez con la complicidad del palo- con una estupenda volada hacia atrás ante un intento de “emboquillada” de Pereira. Sobre la hora, el arquero respondió con el pie derecha ante un cabezazo que tenía destino de red. Ya en descuento, Boca tuvo el triunfo, pero Merentiel resolvió mal y permitió el rechazo en la línea de un defensor.
Así, los penales desnivelaron la historia.