Boca le ganó a River por 4 a 2 en gran partido. Carlitos fue la figura excluyente, en el arranque electrizante de su equipo y en el vuelco del partido que el equipo de Guillermo perdía por 2 a 1 en el Monumental.
por Vito Amalfitano
Desde Buenos Aires
Carlitos no te vayas / Carlitos vení… Hubiera cantado la gente de Boca si este espectáculo inolvidable hubiera contado con lo único que le faltó, el público visitante. Tevez empezó la semana poniendo en duda su continuidad, o por un pase millonario a China o por un eventual retiro. Si esperaba un “mimo” para que el clamor le pida su continuidad, se lo dio él mismo con una actuación memorable.
Fue el dueño absoluto de un gran Superclásico, que Boca perdía por 2 a 1 y ganó 4 a 2 en el Monumental para quedar bien arriba en el torneo de Primera División del fútbol argentino.
Salvo en una final, siempre llegan con necesidades diferentes. Pero, paradójicamente, nunca deja de ser una final. Un partido aparte. Esta vez no fue la excepción a la regla. River arribó con el objetivo de entonarse para un desafío más importante y que trasciende el año, la final de la Copa Argentina ante Central para conseguir un lugar en la Copa 2017. Boca, en cambio, vino a buscar en el Monumental la última bocanada del aire que empezó a respirar tras la victorias en los clásicos frente a San Lorenzo y Racing en el cierre de un año que era para el olvido, sin logros en el presente y con un futuro cercado por la eliminación de toda posibilidad deportiva de jugar la Libertadores, que es siempre su norte.
Pero ese oxígeno final para una nochebuena feliz de Boca se lo dio todo Carlos Tevez. Quien lo puso arriba a Boca y después provocó un vuelco notable en un Superclásico emocionante. No hubo silencio atroz, pese al estupor de la resolución del partido, y sí, por el contrario, aplausos para River, un poco por su actuación hasta la salida de D’Alessandro, bastante mas porque todavía queda la gran chance de llegar a la Libertadores el jueves.
El Superclásico de ayer lo empezó a comandar Carlos Tevez desde el comienzo, aun más que Boca. Le tomó el tiempo al partido enseguida y encontró el espacio justo, para llevarse a Leonardo Ponzio y, al partir desde atrás, desnudar y provocar todas las falencias defensivas de River.
En dos arranques electrizantes Carlitos se hizo dueño del arranque del trámite. E n el primero, a los 7 minutos, se llevó a los volantes de River desde la mitad de la cancha y con decisión y cierta libertad avanzó y metió el pase para dejar a Cristian Pavón cara a cara con el arquero Augusto Batalla, quien resolvió bien el mano a mano.
Pero a los 14′ Tevez arrancó desde un par de metros más adelante y tres cuartos metió el cambio, se llevó a Ponzio y a Nacho Fernández y con un lectura impecable de cómo estaba parada la defensa de River en línea, “relojeó” a un costado a Gino Peruzzi, engañó, y metió el pase para cortar esa fila estática de la retaguardia del rival y dejar a Walter Bou también en posición de gol, con la diferencia que el centrodelantero no perdonó con toque a un costado de la salida de Batalla para convertir el 1 a 0.
River respondió en ofensiva con dos buenas apariciones de Driussi. Una de ellas derivó en un taco de Alario que tapó con su espalda Insaurralde y otra fue un cabezazo propio desviado. El propio Alario exigió una segura respuesta del arquero debutante Axel Werner. Enseguida el “9” ensayó una gran jugada individual y llegó justo Insaurralde a cortar.
Pero nunca Boca equipo estuvo a la altura de Tevez y entonces dejó venir y crecer a River. Andrés D’Alessandro tomó el comando en la última parte del primer tiempo y también fue más que su propio equipo y él, sí bien acompañado por Driussi y Alario, fue el encargado de transparentar los gruesos errores defensivos que también presentó Boca.
Así el propio D’Alessandro, a los 34′, empezó una gran jugada en tres cuartos que después terminó con un centro desde la derecha que despejó en forma pésima Peruzzi para dejarle servida la pelota a Driussi, quien de volea, con gran gesto técnico, puso el empate 1 a 1.
D’Alessandro y su fútbol encendieron a todo River, y ahora él llevó a pasear a Fernando Gago y todos los volantes de Boca como antes lo había hecho Tevez con Ponzio y compañía.
A los 40′ la pelota le quedó con mucha libertad a Jorge Moreira para mandar el centro desde la derecha y Alario cabeceó de forma impecable para convertir el 2 a 1.
Al cabo, en un primer tiempo que no dio respiro, se vio de lo mejor de un Superclásico en mucho tiempo, pero con evidente supremacía de los ataques sobre las endebles defensas.
El propio Alario se perdió el tercero solo frente al arco a los 2′ del complemento después de otro regalo defensivo de Boca. Enseguida Gonzalo Martínez ensayó una muy buena jugada personal y su remate se fue apenas desviado. Volvió a estar cerca River con un cabezazo de Alario y una entrada de “Pity” que tapó Werner y respondió Boca con otra cortada de Tevez que resolvió mal Pavón.
Igual River lo tenía en bandeja por las notables fallas en la contención y la defensa de Boca, pero el banquete al final lo sirvió el arquero Augusto Batalla, quien salió con displicencia a cortar un pelotazo que no traía consecuencias desde el medio de Boca y se confió, se excedió y permitió la reacción y el “timing” de Tevez para cortar y quedar solo para definir y poner el 2 a 2 a los 17′.
Tres minutos había salido D’Alessandro, quizá por una decisión del entrenador Marcelo Gallardo para preservarlo de cara a la final de la Copa Argentina del jueves. Así River se quedó sin su usina de fútbol. A Boca le quedó Tevez. Y Carlitos hizo un gol increíble a los 36’ con un remate espectacular a la altura del vértice derecho del área al ángulo opuesto, después de una gran apilada de Ricardo Centurión y un pase de transición de Pavón, quien se redimió de malas resoluciones anteriores.
Enseguida Alario se perdió el empate. Cabeceó solo, pero le sirvió el balón a Werner. Otro regalo del arquero no lo aprovechó Mina con un cabezazo desviado. Los cambios de Gallardo le quitaron fútbol, también por la salida de Driussi, y no le dieron seguridades, por el contrario, se las quitó. Un error del pibe Iván Rossi, justamente el reemplazante de D’Alessandro, le dejó servida la pelota a Ricardo Centurión para el cuarto gol en el tiempo adicional.
Fue un partido de antología. Lo ganaba River y se lo llevó Boca, porque lo tuvo a Tevez todo el partido. Fue su Superclásico, y el del fútbol, de acá a la China.
Boca arrancó con todo. El gol de Bou.
Driussi, que sigue derecho, anotó el empate.
River pasó al frente con el cabezazo de Alario.
Tevez aprovechó un error del arquero Batalla.
Tevez mostró su clase y marcó un golazo.
Centurión puso cifras definitivas.