A Javier Lazarte (19) lo asesinaron en la vereda de un inmueble de Eduardo Peralta Ramos al 3000, donde se realizaban arreglos de vehículos. Además de incendiar la propiedad, los familiares y allegados de la víctima prendieron fuego uno de los automóviles que había dejado un cliente para su reparación.
La Justicia y la policía investigan si en el lugar donde en horas de la madrugada de este miércoles fue asesinado Javier Lazarte (19) se vendía droga al menudeo.
Si bien la causa está en plena etapa preliminar, la fiscal María Florencia Salas y los efectivos que participaron del operativo montado luego del crimen del joven sospechan que ese inmueble de Eduardo Peralta Ramos al 3000, en cuya vereda ocurrió el sangriento hecho, era utilizado para la comercialización de estupefacientes.
En ese marco, vale agregar que la propiedad, que fue incendiada por familiares y allegados de la víctima, también funcionaba como taller mecánico casero donde se realizaban arreglos de vehículos. Inclusive, uno de los automóviles dejado en reparación por un cliente se prendió fuego producto del accionar de los presuntos y enfurecidos vengadores, y quedó carbonizado.
A pesar de todos esos datos que logró obtener LA CAPITAL, las fuentes consultadas fueron herméticas respecto de la identidad del principal sospechoso de haber cometido el homicidio. Cabe recordar que, por el momento, no hay detenidos y es por ello que los pesquisas son sumamente cuidadosos con la información que trasciende, debido a que, aducen, una filtración podría entorpecer el normal desarrollo del caso.
El crimen de Lazarse ocurrió cerca de las 2 de la mañana de este miércoles en Eduardo Peralta Ramos al 3000, cuando en circunstancias que son materia de investigación. La víctima fue sorprendida en plena vía pública por otra persona armada que le disparó a quemarropa, y luego escapó del lugar.
El joven murió casi en el acto, conforme constataron miembros del SAME que arribaron al lugar en una ambulancia. Ahora, tanto la instructora judicial como la policía investigan el hecho, cuyo móvil se desconoce.
De acuerdo a los datos que suministró la policía a la prensa, familiares y allegados de la víctima causaron disturbios y se mostraron reticentes a colaborar con el accionar judicial en el sitio donde había ocurrido el asesinato. Además, incendiaron una vivienda, por lo que debieron acudir los bomberos del cuartel Monolito, quienes sofocaron luego las llamas sin que se registraran heridos.
En el mismo comunicado a los medios emitido por la fuerza, se destacó que el joven asesinado tenía antecedentes penales. Más precisamente, figuraba en su prontuario el delito de “robo agravado por escalamiento en grado de tentativa”.
Además, se informó que de entre sus prendas se secuestró un cuchillo tipo Tramontina, y también una punta metálica -más conocida como “arma blanca tumbera”- con mango de tela, que se hallaba debajo de su cadáver.
Si bien aún no se descartan otras hipótesis, para los investigadores el ataque se habría producido en un contexto de antiguos problemas personales entre víctima y victimario. Y por ello, con el objetivo de dar con el sospechoso, los pesquisas no dieron a conocer su identidad.