El incendio afectó más de mil hectáreas. Se quemó la sierra, sembrados, alambrados y maquinaria. Más de setenta bomberos de la región controlaron las llamas.
La Sierra “La Chata” fue consumida por las llamas como consecuencia de un gran incendio que se inició en el mediodía de este jueves y aún existen focos abiertos. El gran trabajo de más de setenta bomberos de la región logró que se puedan controlar las llamas aunque todavía hay dos móviles de guardia enfriando el sector.
Así se lo confirmó a LA CAPITAL el jefe del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de Balcarce, comandante mayor Fernando Alessio, quien reconoció que durante los primeros días del año están “trabajando al mil por ciento”.
Es que las condiciones climáticas en el sudeste bonaerense predisponen a que ocurran incendios con cierta facilidad y que en pocos minutos se propagan ocasionando llamas que arrasan lo que encuentran a su paso. Altas temperaturas, vientos constantes e intensos y baja humedad relativa son factores predominantes al momento de desatarse un siniestro en plena recolección de granos.
Esta vez fue un desperfecto en una enfardadora que se encontraba trabajando en inmediaciones de Sierra “La Chata” –ubicada entre Balcarce y Necochea- lo que originó el foco ígneo. Pese a los intentos que realizó el trabajador rural que operaba el implemento agrícola el viento hizo lo suyo para que el fuego sea incontrolable.
Cuando los bomberos voluntarios de Balcarce recorrieron los 30 kilómetros para llegar entre la ruta provincial 55 y un camino vecinal de tierra el incendio había alcanzado dos frentes en una amplia superficie.
Rápidamente concurrieron otras dos autobombas del cuartel local pero atendiendo la magnitud de las llamas es que el comandante Alessio solicitó la ayuda entre sus pares de la zona. Así es como llegaron a lo largo de la tarde del jueves unidades de Coronel Vidal, Mechongué, Pirán, Ayacucho y Sierra de los Padres.
El fuego logró alcanzar la totalidad de la serranía, alambrados, un tractor, una enfardadora, rolos de fardo, pasturas, montes y rastrojos.
Tal fueron las consecuencias del siniestro que además de las unidades y del trabajo manual de los bomberos se debió recurrir a un avión hidrante provisto de la Comisión de Control de Fuego.
Esta sumatoria de acciones permitió que en la madrugada de este viernes que las llamas finalmente avances de dos direcciones controladas por dos cuerpos de bomberos que aún permanecen en el sector.