El último reporte del Colegio de Escribanos bonaerense arrojó un dato que, si bien no sorprende, no resulta por ello menos desalentador: la compraventa de inmuebles en la Provincia cayó un 54,7% si se compara enero de 2018 con el mismo período de este año.
LA PLATA (Corresponsal).- “No quedan dudas de que la situación del sector es realmente complicada, se vende muy poco”, dijo Marcelo Babenco, presidente de la Cámara Inmobiliaria de la provincia de Buenos Aires (CIBA).
“El año pasado hubo un ‘boom’, que nació en 2017 y terminó en julio de 2018, todo como consecuencia del advenimiento de los créditos hipotecarios; tengamos en cuenta que en todo el país se otorgaron 120 mil. Pero a partir de julio con el aumento del dólar -que de repente se fue a 40 pesos- se produjo un crack inmobiliario”, explicó Babenco a LA CAPITAL.
“Desde ese momento no se solicitaron más créditos. Basta con decir que en enero de 2019 en toda la Provincia se otorgaron 250 créditos hipotecarios cuando el mismo mes del año pasado habían sido 3 mil y pico”, agregó.
Babenco, martillero y corredor público marplatense recibido en la Universidad Nacional de La Plata, se lamentó además de que “la mayoría de los inversores aprovecha el sistema financiero de los últimos 4 ó 5 meses que le está rindiendo muchísima plata y prefiere apostar al plazo fijo, a las Leliqs o las Lebac -que le dan un 60, 70 u 80% al año- y no invertir en el rubro inmobiliario”.
– En este escenario, ¿se han cerrado inmobiliarias?
– Sin dudas. En los últimos 6 meses, las pequeñas inmobiliarias -que son el 95%- al no tener ventas y no dedicarse a los alquileres, han tenido que salir a trabajar de otra cosa. Conozco colegas que a la mañana atienden la inmobiliaria y a la tarde hacen ellos mismos los ‘services’ de los departamentos que alquilan -pintarlos, arreglarles un techo- como para tener un ingreso acorde y poder llegar a fin de mes.
– ¿Y cómo está el tema de los alquileres de locales para comercios?
– También estamos en un momento crítico. En este tema se da un fenómeno en el que todos, sin excepción, le echan la culpa al propietario o a la inmobiliaria por el precio del alquiler. Y el tema no pasa por ahí. La inmobiliaria o el propietario comprenden la situación económica del país, saben que las ventas han bajado y que han subido las tarifas de los servicios y, al no querer que el inquilino se vaya, tratan de negociar con él: mantener el alquiler, o incluso rebajarlo. El gran problema del sector comercial son la recesión, la inflación y la carga impositiva, más las cargas sociales que se pagan por tener un empleado. Tengamos en cuenta que el año pasado el costo de vida fue del 48% y los sueldos promedio aumentaron un 28%, entonces la gente no va a comprar a los negocios si no son artículos de primera necesidad.
La no aprobación del proyecto de alquileres
“Nosotros luchamos mucho desde el sector para que no fuera aprobado en el Congreso de la Nación el proyecto que perdió estado parlamentario el año pasado porque perjudicaba a todos: a propietarios, a inquilinos y a inmobiliarios”, dijo Babenco al referirse a la iniciativa que ampliaba los beneficios para aquellos que alquilan una propiedad y que se ‘cayó’ por falta de tratamiento legislativo.
El presidente de la CIBA consideró que la propuesta que ingresó de la mano de la senadora nacional Silvana García Larraburu (Frente para la Victoria) -y que había obtenido la media sanción del Senado en noviembre de 2016- “no tenía ni pies ni cabeza: no había sido estudiada, consensuada y había sido redactada por una sola de las partes -los inquilinos- sin consultar con el resto”.
La semana pasada, las cámaras inmobiliarias de distintas provincias se reunieron para formalizar la presentación de una contrapropuesta -diseñada principalmente por los martilleros bonaerenses- que ahora deberá ser analizada por los legisladores de la Nación.
“Creemos que no pasa sólo por no cobrar los honorarios al inquilino, pasa por un tema mucho más complejo”, sostuvo Babenco.
En ese sentido, enumeró: “Hay que otorgar beneficios impositivos para la creación de viviendas para alquilar; ayudar al inquilino para que el Estado le salga de garante, además de otorgar beneficios para el alquiler social”.
En el nuevo proyecto se propone asimismo que las actualizaciones de los precios “sean un mix entre el costo de vida y el costo del salario”.
“Y el Estado también tiene que colaborar, no se le puede pedir únicamente al propietario que baje los alquileres”, cerró el presidente de la CIBA.