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La Fundación Cardiológica Argentina emitió un comunicado en las últimas horas en el que sostuvo que el ayuno intermitente “se trata de una alternativa más” para resolver el problema de la obesidad y de las enfermedades no transmisibles.
El organismo difundió este documento a raíz de las discusiones que se han dado en los últimos días sobre este tema en el ámbito de la comunidad científica y la población en general.
El ayuno intermitente es un método que consiste en simplemente aplazar la ingesta de comida en personas que no tengan un peso inferior al normal y por lo tanto tengan la suficiente grasa almacenada para vivir de ella.
No tiene una duración estándar, por ejemplo se puede ayunar entre la cena y el desayuno (entre 12 o 14 horas), aunque el método más utilizado es el conocido como 16/8. En este caso, hay que ayunar cada día durante 16 horas y puedes comer durante 8 horas.
Según se informó, en los últimos días se conoció un trabajo recientemente publicado en New England Journal of Medicine que demuestra la efectividad del ayuno intermitente para el tratamiento y la prevención de algunas enfermedades como la obesidad, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y ciertos trastornos neurológicos.
Además, en el estudio que se basa en la revisión de más de 70 estudios, realizados en modelos animales, han revelado que el ayuno intermitente puede mejorar la salud a lo largo de la vida.
Sin embargo, para Jorge Tartaglione, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina, “creemos que se trata de una alternativa más, como tantas otras. La evidencia disponible corresponde a estudios realizados en animales. No nos permite evaluar si es algo que pueda ser sostenido en el tiempo“.
Y agregó: “requerirá de muchas más investigaciones poder arrojar una conclusión acerca de la efectividad del ayuno intermitente para ayudar a resolver el problema de la obesidad y las enfermedades no transmisibles”.
Además, el médico comentó que “el contexto actual, donde la obesidad es una epidemia mundial, convoca a un compromiso conjunto de todos los Estados, las Sociedades Científicas y de toda la población para poder combatirla”.
Para concluir, Tartaglione indicó: “Hoy el mundo occidental nos encuentra con un patrón alimentario, de 4 a 6 comidas diarias, que también ha planteado sus interrogantes y limitaciones, un modelo que ha sido adoptado culturalmente sin ninguna evidencia científica que lo sustente. Entonces por qué no preguntarnos acerca de la viabilidad de otras alternativas alimentarias que contribuyan a detener este flagelo que es la obesidad”.
NA.