Personal de la Sub DDI Balcarce y el fiscal Rodolfo Moure trabajaron para desenmascarar a los autores de una singular extorsión, originada en una celda de la cárcel de Batán.
Esta es una de las comunicaciones que efectuaban un padre y su hijo, ambos presos, para hacerse pasar por policías y no “escrachar” a un vecino al que le habían armado una historia turbia en las redes sociales.