Detalles del robo más importante de los últimos tiempos en Balcarce. El golpe a la empresa Finca Balcarce en el que autores desconocidos se llevaron casi 20 millones de pesos.
En Balcarce, sus habitantes están acostumbrados a la tranquilidad, a la armonía, a la calma de los que se ven todos los días. Tiene, por supuesto, la tensión de cualquier comunidad pequeña, porque eso de “pueblo chico, infierno grande” no es algo que una ciudad de 40 mil habitantes pueda evitar. Pero en el fondo es una ciudad sin furia. Por eso un robo de casi 20 millones de pesos resuena más fuerte que el rugido de los motores que alguna vez sacudieron La Barrosa.
Contrario a lo que muchos puedan imaginar, la magnitud del robo a la empresa papera de José “Bocha” Ciantini, un ídolo del automovilismo local, se mantuvo contenido durante casi toda la semana pasada. Primero se habló del robo a modo de rumor y recién el miércoles casi jueves trascendió oficialmente que los audaces ladrones que habían entrado al predio de la ruta 226 donde funciona Finca Balcarce se habían llevado 12 millones de pesos, 300.000 dólares y objetos de alto valor.
“¿Veinte qué? ¿Veinte palos? Y sí, la papa mueve mucho, eh…”, dice un hombre convencido casi al mismo tiempo que otro descree: “¿quién va a tener tanta guita en una caja fuerte? Acá hay algo raro”.
Lo que es raro es que Balcarce haya sido el escenario de un robo de película ahora investigado por la Policía y la Justicia en varios frentes abiertos. Una historia que comenzó el domingo a la madrugada, hace exactamente una semana, en el kilómetro 65,400 de la ruta que bordea a la ciudad de Fangio.
En la fachada del predio de Finca Balcarce se emplazan los galpones y oficinas de lo que antes fue BC (Balcarce Construcción), también de la familia Ciantini y que forman parte del aglomerado de instalaciones de uno de los emprendimientos más importantes de la ciudad. Al sur limita el lugar con la ruta 226, al este con las viejas vías del ferrocarril y al norte un poco más allá del conocido cartográficamente como “Río Pantanoso”, sector del predio donde se levanta la casa particular de Ciantini y las dependencias administrativas de Finca Balcarce.
Hacia allí se dirigieron los ladrones en la madrugada del domingo tras cortar el alambrado perimetral con alguna herramienta adecuada. “Sin dudas sabían dónde estaba la caja fuerte. Conocían el lugar”, confía un investigador a LA CAPITAL.
El ingreso
Los asaltantes llegaron en un automóvil que probablemente dejaron lejos de la ruta con un conductor alerta a cualquier contratiempo. Esa es la hipótesis principal que se impone a otras.
A las 2.30 de la madrugada habrían ingresado al predio que no cuenta con vigilancia sino con un casero, el cual no tiene mayores posibilidades de defenderse ante una situación de ese tipo. De todos modos, jamás se enteró de lo que estaba sucediendo.
En la cerrada noche al menos dos delincuentes entraron y se dirigieron hacia las instalaciones donde funcionan las oficinas, las que se encuentran muy cerca del sector de comedor diario de los empleados. Vale decir que por las características de la empresa, existe una gran cantidad de personas por ese sector cuando está operativa. Hay zona de carga y descarga de camiones, hay tránsito permanente y una importante cantidad de operarios. Mucha gente conoce el lugar.
Lo cierto es que los intrusos llegaron con herramientas -otras las tomaron del lugar- e ingresaron a la oficina donde estaba la caja fuerte tras cubrir las cámaras de seguridad. “En todo el predio hay cámaras, pero algunas no funcionan y otras están cubiertas con telarañas. No parece un sistema de seguridad apropiado para una firma que guarda tanto dinero en efectivo en sus oficinas”, señala otra fuente consultada.
Los ladrones no tuvieron mayores problemas en llegar hasta la caja fuerte tras quitar una traba de una de las puertas, aunque en ese momento se activó la alarma monitoreada por primera vez. Eran las 2.40 y la agencia de seguridad que detecta esa anomalía tiene su central en Mar del Plata. Algo salió mal en el protocolo de comunicación, porque la empresa de monitoreo envió gente al lugar que, es fácil imaginar, mucho no pudo hacer desde el exterior: la empresa tiene 350 metros desde la ruta hasta donde están las oficinas.
El principal fallo y que ahora investiga la Justicia a través de la ayudante fiscal Laura Molina es que desde la agencia de monitoreo no se dio aviso de la activación de la alarma a los números de contacto. Eso les dio a los delincuentes más tiempo para trabajar.
El robo
La labor con el soplete para vulnerar la caja fuerte llevó más de una hora. Los al menos dos delincuentes -eran dos porque una cámara de seguridad registró sus sombras pasando hacia las oficinas- pudieron vulnerar la caja de seguridad y encontrarse con 12 millones de pesos y cerca de 300.000 dólares, según los propios denunciantes.
Una de los dilemas que más inquietan a los investigadores es si los ladrones tenían claro que allí había tanto dinero o si se encontraron con semejante cantidad. “Podría ser gente de Balcarce que entró sabiendo que había dinero y ahora debe estar en un gran problema. Porque una cosa es robar algo de plata y otra cosa es esto…”, conjetura una fuente.
Una vez obtenido el dinero y cargado de un modo no determinado -en un par de bolsos puede acarrearse el botín sin problemas- los ladrones se retiraron de las oficinas. Se desconoce si de allí escaparon o si fueron ellos los mismos que se trasladaron hasta la casa familiar y se alzaron con más valores, como un costoso reloj.
En la huida, que sin lugar a dudas se realizó por la vía que bordea al este el predio, los perpetradores del más audaz golpe en Balcarce que se recuerde perdieron una bolsa con dinero. En su interior había cerca de 200 mil pesos y cheques. El apuro por desaparecer les impidió ver lo que acababan de perder. Tampoco se preocuparon demasiado en regresar, sabedores de lo que sí cargaban.