Sol Pombo y Diego García Conde participarán de diferentes actividades comunitarias En Ecuador. Llevarán pintura colectiva y en vivo a varios festivales culturales. Luego, desembarcarán en las afueras de Lima (Perú).
Motivados por encontrar las huellas de un arte colectivo que existía antes de la colonización, los artistas marplatenses Sol Pombo y Diego García Conde idearon un proyecto de pintura en vivo con el que viajarán el mes que viene a Ecuador y a Perú. Se trata de “Azabache: arte en vivo” y bajo esta propuesta que nació en 2012, en Mar del Plata, ya anduvieron por diferentes ciudades americanas.
En Colombia participaron del Festival Medellín Negro, dedicado a la literatura negra, en España anduvieron por Gijón, en la Semana Negra -allí estuvieron junto a la gran escritora Rosa Montero-, a Lima viajaron varias veces y en Bruselas, Bélgica, se contactaron con la comunidad boliviana radicada en Europa. García Conde estuvo, en soledad, en Francia e Inglaterra, siempre con el impulso de llevar su pintura a ámbitos de cultura comunitaria.
Pombo y García Conde están convencidos de que las capitales -globalización mediante- se parecen bastante. Y que las verdaderas manifestaciones artísticas laten con fuerza en el interior, en la América latina profunda. Por esos caminos andan estos dos marplatenses que, de tanto pintar juntos, lograron crear una obra colectiva que nada tiene que ver con las obras pictóricas que gestan en soledad.
Por esa búsqueda de las raíces interiores del arte latinoamericano, aceptó el dúo viajar a Riobamba, al Festival de Literatura y Artes Plásticas que se realizará en esa ciudad de Ecuador. Antes pasarán por Quito, Cuenca y en ese mismo viaje llegarán a Lima. Allí participarán con sus imágenes en un Festival de Arte Barrial de Circo y Teatro que se desarrolla en las afueras de esa capital.
“No vamos a buscar el arte hegemónico, el de las grandes capitales, Riobamba, por ejemplo, es un lugar del interior de Ecuador. Vamos a los lugares menos contaminados por la globalización. Buscamos lo más ancestral”, indicó García Conde, quien es licenciado en Ciencias de la Comunicación y enseña Semiología.
Y agregó que en esas experiencias comunitarias, su arte acompaña otras manifestaciones expresivas, como música o literatura. “Te encontrás con las convicciones más auténticas, con comunidades que le dan lugar a la tierra… son experiencias que te transportan personalmente”.
Y recordó que, a contrapelo de la colonización que empezó a poner el énfasis en el individuo como ser aislado del mundo, los orígenes pre hispánicos remiten a la fuerza de lo colectivo, de lo grupal, una impronta que se traslada también al arte.
Para lograr un trabajo conjunto que haga simbiosis con el lugar, ambos llegan unos días antes al sitio al que van a pintar. Con el espíritu hecho “esponja”, intentan capturar los colores, los olores, las texturas, las formas del espacio que visitan para luego llevar esos elementos a la tela. “Llegamos bien perceptivos, tratando de dejar de lado los filtros” que suelen anteponer los viajeros ante los lugares nuevos, contó el docente.