Emotivo tres a tres con Belgrano. El mediocampista central "pirata" convirtió dos veces, la segunda en tiempo adicionado, para establecer la paridad definitiva. El segundo tiempo salió para todos los gustos.
Dos veces en la noche lluviosa de Sarandí estuvo Arsenal coqueteando con alcanzar la cima en soledad del grupo 1 del torneo de primera división, pero en ambas ocasiones apareció el mediocampista de Belgrano, el cordobés Mario Bolatti, para quitarle de las manos ese sueño y sellar un empate 3 a 3 que frustró al equipo del Viaducto al cabo del único juego que se desarrolló ayer para completar la undécima fecha.
Partido parejo, pese a la lluvia, que se jugó con bastante intensidad y velocidad en el primer tiempo, con un mejor comienzo de Arsenal y luego con un repunte de Belgrano. Los dos tuvieron y desperdiciaron chances para abrir el marcador.
En el arranque del segundo período el gol de Fernando Márquez a los tres minutos acicateó al conjunto local, que fue en pos de una victoria imprescindible para alcanzar un liderazgo impensado.
Por eso el desarrollo se hizo de ida y vuelta y en apenas cinco minutos, los que fueron entre los 5 y los 10, el local lo dio vuelta con sus mejores recursos ofensivos, que pasan por la presión y la eficacia en ataque, algo que plasma habitualmente en los segundos tiempos, ya que de los 18 tantos que lleva a favor en el certamen, solamente uno lo anotó en la etapa inicial.
Sin embargo la historia no estaba escrita ni mucho menos, porque faltaba todavía la aparición de la “estrella” de la noche, el experimentado volante de los cordobeses Mario Bolatti.
El ex Huracán logró empatar con un soberbio remate desde afuera del área a los 16 minutos y abrió un compás de espera para que el “Arse” volviera a soñar con esa punta de su zona que tomaba entre sus manos y acto seguido se le escurría.
Y lo primero volvió a ocurrir sobre los 33 minutos, cuando el ingresado Juan Sánchez Sotelo, su máximo anotador, convirtió de tiro penal para un 3 a 2 que otra vez devolvía al equipo del Viaducto a la cumbre.
De hecho la celebración estaba encaminada cuando apenas restaban 120 de los 240 segundos de descuento que otorgó el árbitro Mauro Vigliano, pero otro centro atrás, como en el primer tanto de su cosecha personal, volvió a encontrar a Bolatti de frente al arco, aunque esta vez reemplazó sutileza por potencia en un toque bajo que volvió a dejar parado al arquero Fernando Pellegrino.
Ese gol le quitó al club de Sarandí el sueño de un liderazgo al que llegó de la mano de Sergio Rondina y un “gerenciamiento” del fútbol que, por esta vez, no pudo transformar en realidad.