El prestigioso arquitecto uruguayo presentó el edificio que se emplazará en Alem al 2900. El Unkanny se sumará a la extensa lista de obras de Ott que se distribuyen por el mundo.
El paisaje marplatense sumará una nueva obra arquitectónica de autor. Se trata del edificio Unkanny, diseñado por el reconocido arquitecto uruguayo Carlos Ott, cuyo proyecto y dirección estarán a cargo de los arquitectos Mariani-Pérez Maraviglia-Cañadas.
Con 19 pisos de altura, el inmueble se ubicará sobre la calle Alem al 2900, junto al tradicional chalet Ave María que durante años perteneció al músico Mariano Mores.
“Me alegra que al referirse a ella se diga que esta es mi primera obra en Mar del Plata, porque espero que no sea la última”, le dijo a LA CAPITAL Carlos Ott, quien estuvo en la ciudad para la presentación oficial del proyecto.
Nacido en Montevideo, residente en Toronto, Ott es un arquitecto global. Su obra puede ser encontrada en París, Shangai, Dubai, Buenos Aires o Nueva York. Y casi ninguna pasa desapercibida.
Considerado como uno de los arquitectos latinoamericanos más importantes, su firma se relaciona con construcciones icónicas como la Opera de la Bastilla (París), el hotel Burj Al Arab o el National Bank (Dubai), la Torre de las Telecomunicaciones (Montevideo), el aeropuerto Carlos Curbelo (Punta del Este) o el Hotel de Boca (Buenos Aires).
A esa extensa lista se sumará ahora el Unkanny, emplazado en uno de los puntos más altos y tradicionales de la ciudad.
– ¿Qué cosas le inspiró haber sido convocado para hacer una obra en Mar del Plata? -le preguntó LA CAPITAL.
– Alegría por poder trabajar en una ciudad tan conocida a la que conozco, pero en la que nunca me quedé demasiado tiempo. Mi obra más cercana fue la del edificio de la UADE en Pinamar. Siempre que he venido a Mar del Plata me he quedado impresionado. Como uruguayo uno siente la tentación de compararla con Punta del Este y esta es una ciudad de otra escala con una costa fabulosa.
– ¿Y como arquitecto qué le atrae de la ciudad?
– Para un arquitecto esta ciudad tiene dos hitos. Uno es la Casa del Puente de Willams y el otro el complejo del Casino y la Rambla de Bustillo. Otra cosa que siempre me impresionó es esa arquitectura muy bonita, con una muy buena construcción, con muros de piedra, madera…; una arquitectura muy lógica en su parte más tradicional.
– Y el proyecto que lo trajo ahora tuvo el desafío de conciliar ese componente tradicional con algo nuevo. ¿Cómo lo resolvió?
– Yo en ese aspecto tengo un punto de vista bastante racionalizado. Yo creo que habiendo un edificio histórico al lado, no se puede pretender hacer una mimetización. Yo creo que por el contrario hay que hacer una arquitectura de contraste. Un ejemplo es el de la pirámide del Louvre, en cuyo proyecto participé, impulsando una decisión que a mi siempre me pareció correcta, como fue la de construir una estructura de vidrio junto al edificio histórico. Y eso es lo que estamos tratando de hacer aquí. Si hubiéramos tratado de hacer una imitación creo que se estaría bastardeando la arquitectura del patrimonio. Cada arquitectura tiene sentido en su época. Así como Willams hizo una casa que fue contra todas las tradiciones de Mar del Plata, como la Casa del Puente, aquí queremos hacer una arquitectura morfológicamente diferente, con un lenguaje que pone en valor lo ya existente. La casa de Mariano Mores era para una Mar del Plata de una época con un estilo de vida, costumbres y realidades muy diferentes. El reto es el de hacer un testimonio de nuestra época, así como esta casa lo fue para la suya.
– ¿Conceptualmente cómo describe al nuevo edificio?
– Es un edificio residencial exclusivamente, sobre todo para residentes permanentes de Mar del Plata, aunque por supuesto también para visitantes ocasionales. Creemos que este debe ser uno de los mejores lugares de Mar del Plata por su topografía y vista. Tiene una orientación norte que la hace excepcional, puesto que permitirá que haya sol todo el día, en una costa que está volcada mayoritariamente hacia el este. El hecho de tener la casa de Mores hacia atrás y otra magnífica casa hacia el mar ofrece como gran ventaja una vista de 360 grados.
– Esta zona está recibiendo otras obras de autor, como un edificio de Clorindo Testa o las torres de César Pelli. ¿Cómo dialogará su obra con ese entorno y que agregará a la una nueva silueta de la ciudad?
– Agradezco la comparación porque sin dudas César Pelli y Clorindo Testa son autores muy importantes. Yo creo que la silueta de la ciudad cambia y es interesante que esto ocurra. Creo que es lógico que esto suceda y me parece a mi que todos estamos tratando de considerar lo que está hecho, agregándole un plus. Nosotros pretendemos tomar esa posición de no repetir, sino de añadir cosas que sumen.
– ¿Comparte la idea de que su obra está caracterizada por el lujo?
– Sí, tiene razón. Desgraciadamente no me ha tocado hacer viviendas de clase popular. Hoy en Montevideo estoy trabajando con un grupo de argentinos en viviendas de acotado valor económico. Se trata de un proyecto del gobierno, que es muy rígido en relación a los metrajes o al costo. Son viviendas para un nivel medio y hacerlas es un ejercicio difícil. Hacer viviendas de lujo tal vez sea un poco más fácil. Pero cuando uno tiene que hacer mucho con poco es un desafío.
– ¿Y podría decirse que el edificio Unkanny será también un edificio de lujo?
– La pretensión aquí es la de hacer uno de los mejores proyectos de Mar del Plata. Lo es en principio por su ubicación, entorno, orientación y porque estamos en un lugar que generará el efecto de que seremos mucho más altos de lo que somos. Finalmente, como usted decía, va a ser un edificio relevante en la silueta de la ciudad
– ¿Será un edificio icónico?
– Lo dirá el tiempo. Yo creo que en la arquitectura los proyectos deben ser lógicos, sobre todo si hay que venderlos. La iconicidad vendrá como un agregado. Con Jerónimo Mariani queríamos hacer algo diferente. Era una gran responsabilidad hacerlo en este lugar, donde desde el principio descartamos hacer una torre cuadrada para no desmerecerlo.
– Su obra, además de incluir muchas curvas, también es muy diversa en cuanto a sus usos…
– He tenido mucha mala suerte en muchas cosas, pero en esta tuve suerte. Muchos arquitectos se especializan en hacer algo específico, pero a mi siempre me interesó variar. Al hacer un hospital uno tiene que pensar en una forma muy diferente que al hacer un aeropuerto o un hotel. Una sala de opera es muy diferente que una sala de concierto. Una sala de opera para un repertorio es muy diferente que para otro. A mí lo que me gusta de eso es que me obliga a partir de foja cero cada vez que arranco un proyecto. No es lo mismo hacer un edificio de departamentos en Nueva York que en Tokyo, Dubai o Mar del Plata.
– Y en el caso de Mar del Plata ¿cómo resultó la relación con los arquitectos locales?
– Para mí es esencial buscar un socio local. Yo no puedo llegar a un lugar del mundo y pretender conocer toda la tipología de su edificación, su tecnología, su mano de obra, su planificación. Por eso es esencial trabajar con alguien de ahí, que conozca la filosofía, la forma de vida y la idiosincrasia del lugar. En este caso la relación con Mariani me ha permitido hacer y corregir un montón de cosas. Sus advertencias sobre los vientos para los balcones, por ejemplo, han sido esenciales para que no tengamos que ir a buscar a la gente al faro.
– ¿Cuántos deseos tiene de tener una nueva oportunidad de concebir una obra para Mar del Plata?
– Muchísimos. Estaría encantadísimo. La ciudad es lindísima. Yo como uruguayo admiro a Argentina y trabajar en Mar del Plata es un honor muy especial.