Opinión

Armando Blumetti… nada más que decir

Por Nino Ramella.

No son muchas las personas que forman parte del ADN de una ciudad y que sin fisuras son destinatarios del cariño de todos. Podríamos considerar así a Armando Blumetti, de quien en las últimas horas supimos que no era inmortal.

Si como yo también creo la música es el arte mayor, acaso Armando merezca estar en el Parnaso de los músicos marplatenses, que complacidos compartirían sus amigos Astor Piazzolla y Manolo Rego.

Nací y crecí escuchando su nombre como si fuera sinónimo de la música. Diez años antes de yo nacer, más precisamente en agosto de 1943, cuando tenía apenas 18 años Armando tocó en el casamiento de mis padres… y luego en las fiesta de egresada de mi hermana, y en la mía… y en incontables reuniones, festejos y actos.

Piazzolla es Mar del Plata en el mundo. Blumetti es la música en Mar del Plata. Fueron amigos Astor y él. Iban juntos a las clases de Néstor Romano allí en la calle Catamarca casi Colón, donde luego se instaló la CGT local.  De la

mano de Astor Armando conoció a Pichuco. Integró la Orquesta Sinfónica Municipal y como su amigo Manolo Rego optó por quedarse en nuestra ciudad rechazando importantes invitaciones para quedare en el exterior.

Opus XV fue su creación y un orgullo para Mar del Plata. La nuestra es una ciudad que no suele ser agradecida con quienes han hecho su aporte para mejorarla. Pero Blumetti tuvo el monolítico cariño de sus conciudadanos y el reconocimiento oficial a través de los muchos premios que ganó.

El aire de Mar del Plata echa hoy de menos los sonidos de un piano que por muchas décadas le prestó ritmo y sentimiento. Y hoy nos quedamos sin bis. Tampoco hay una más.

Estoy seguro de que varias generaciones de marplatenses están evocando hoy sus propias vidas al enterarse de que Armando Blumetti no está más entre nosotros. O quizás esté de otro modo. Tal vez en la certeza de que un pedacito de nuestra historia lleva su nombre.

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