Tras el fin del programa se divierte en Mar del Plata. "Me piden consejos para hacer el casting", aseguró a LA CAPITAL el participante del reality que batió records de audiencia, mientras define sus proyectos a futuro.
“Me encanta Mar del Plata, es mi segunda casa” aseguró Ariel Ansaldo, “Ariel, de Gran Hermano”, como se lo conoce en el ambiente televisivo desde su ingreso al programa que batió records de audiencia desde octubre de 2022 hasta hace poco más de una semana.
Tanto quiere a la ciudad el participante que, confió, en una charla con LA CAPITAL que, lo primero que hizo cuando cumplió con todos los compromisos derivados del ciclo televisivo con Telefé, fue venir a Mar del Plata a pasear, visitar amigos y disfrutar de las actividades de entretenimiento.
Conoce Mar del Plata como la palma de su mano. Sus trabajos aquí “siempre, económicamente, me ayudaron a hacer la diferencia” aseguró el comunicador social, que se ha desempeñado como productor, trabajador publicitario, coordinador de promociones. “Mis padres tienen un departamento desde que soy chico y siempre vinimos para esas vacaciones largas, de 3 meses, pero de más grande, año tras año he estado cinco meses acá trabajando y el resto del tiempo en Berazategui” contó. “Por eso, siempre mis saludos, mis recuerdos han estado primero con Berazategui y Mar del Plata y, después, con el resto del país”.
Ariel fue presentado en el reality como el “parrillero” que llegaba para disputar las hornallas de la casa de Gran Hermano con otro participante de alto perfil: “Alfa”.
Tras un fin de semana en el que disfrutó del teatro, la gastronomía y la noche marplatenses, Ariel continúa descansando y recibiendo en cariño de la gente que se lo cruza por las calles de la ciudad.
“Es impresionante el amor, el cariño, el afecto físico que estoy recibiendo” valoró el integrante que ingresó cuando ya el programa estaba avanzado, para incorporar “picante” a la edición y que siempre se caracterizó por destacar los aspectos positivos de la experiencia, de sus compañeros y compañeras.
“Gente de 5, 7, 8 años hasta gente de 85 vio este Gran Hermano y lo vivió con mucha pasión” sostuvo en la charla con este medio, en la que reconoció que -ante el anuncio de una nueva edición- “muchos me piden recomendaciones y tips para hacer el casting”.
Alegre, amable, muy analítico y dispuesto, Ariel les sugiere “que sean ellos mismos, que no quieran copiar a nadie. Que sean auténticos, que abran el alma, que cuenten lo que no le han contado a nadie. No hace falta ser parecido a alguien que ya estuvo. Es importante ser muy auténtico y tener mucha confianza en uno mismo para llegar”.
Ansaldo aseguró que recomendaría sin dudar vivir la experiencia que ofrece el reality. “Es todo un aprendizaje hasta que entras a la casa y, después, cuando salís, toda la experiencia de estar en televisión, en radio, en streaming, en twitch, en estudios de televisión sobre cómo moverte. En mi caso, con 45 años, fue como una capacitación acelerada para entender todo lo que es medios. Es hermoso por donde los veas. Incluso cuando me plantean si lo pasé mal porque estuve aislado, porque no me integraban. No, al contrario, fijate que nadie se quiere ir, hasta los familiares se querían quedar. Todo es hermoso”.
Ariel reconoció que al principio no entendía mucho la dinámica de la convivencia, pero si tuvo en claro que “mi presencia era vista como la de un competidor. Cuando vas tomando confianza y te vas dando cuenta que vas pasando las placas -yo pasé la placa con Coty, con ‘el Cone’- te vas envalentonando porque entendés que el público te apoya afuera. Y después, cuando salís es 10 veces más lindo”.
Sobre el contrapunto que se planteó con “Alfa”, otro de los integrantes del ciclo de convivencia, apuntó que “somos opuestos. A mí no me gusta el conflicto, como en la vida, no me gusta la discusión, no me gusta controlar, no me gusta ser obsesivo, no soy así y bueno… cuando vi que había cosas que no me gustaban las marcaba, se las decía, siempre desde el diálogo y desde el debate, sin enojarme. Muy pocas veces me enojé en la casa y nunca hablé mal de nadie” recordó.
En ese sentido, definió que el programa no solo es de convivencia con los compañeros, sino con el público.
“Gran Hermano es un programa que refleja cada uno de los aspectos de la sociedad y las personas, nuestros conflictos internos y externos. Por eso la gente se identifica con alguno de nosotros con lo bueno y lo malo que podemos tener. Por eso cada uno debe ser consciente de lo que hizo y ahora, afuera, cada uno cosecha su siembra. Yo me siento muy querido y muy valorizado por el público”.
Tras aclarar que por ahora no tiene pensado volver al mundo de la gastronomía porque tiene variados proyectos relacionados con el teatro, la televisión y el espectáculo, Ansaldo se definió como un “emprendedor”. “Siempre supe reinventarme, venderme y vender ideas” reconoció.
Por eso sabe que “para seguir en el medio lo importante es estar generando cosas todo el tiempo y, además divertirse y divertir al público”.
Por eso no tiene miedo de que, rápidamente, la gente se distraiga con otros temas y quedar en el olvido. “Lo tengo claro y me lo dice todo el mundo, por eso lo mío es planificar, tener reuniones y avanzar en proyectos para seguir en movimiento”. Y, mientras, también disfrutar.