El País

Argentina logró “avances significativos” contra el trabajo infantil en 2023, según un informe

Es uno de seis países que lograron la mejor categorización, sumado a Chile, Ecuador, México, Colombia y Moldavia, destacó el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.

Argentina volvió a figurar este año entre los países que registraron “avances significativos” en la lucha contra el trabajo infantil, según un informe global publicado por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.

El país, que ya había obtenido esa calificación el año pasado, es uno de seis países que lograron la mejor categorización, sumado a Chile, Ecuador, México, Colombia y Moldavia.

El informe, titulado ‘2024: Lista de bienes producidos por trabajo infantil o trabajo forzado‘ y ‘2023: Hallazgos de las peores formas de trabajo infantil‘, analizó la lucha contra el trabajo infantil en un total de 131 países.

En el caso de Argentina, la mayor novedad fue la decisión de revertir la inclusión desde 2009 de los arándanos argentinos de la lista de bienes producidos por trabajo infantil, algo que sucedió también con la sal de Camboya, los camarones de Tailandia y la fluorita de Mongolia.

El informe destacó “la colaboración entre el Gobierno de Argentina, grupos industriales, productores, trabajadores, miembros de la comunidad y socios de la sociedad civil” para la implementación de medidas que lograron reformar el sector de los arándanos, resultando en la reducción del trabajo infantil.

El Departamento de Trabajo estadounidense mantuvo, sin embargo, 10 productos argentinos en el listado de trabajo infantil, y un producto en los listados de trabajo forzado y de trabajo forzado infantil.

Entre los primeros se incluyen los ladrillos, el algodón, el ajo, los textiles, las uvas, las aceitunas, las fresas, el tabaco, el tomate y la yerba mate; mientras que los textiles son el único producto que además fue descrito como fruto de trabajo forzado y trabajo forzado infantil.

Según un informe de 2023 del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA), el trabajo infantil en el país alcanza en torno al 15 % de la población de entre 5 y 17 años, es decir entorno a 1,3 millones de menores de edad.

Esta estadística incluye a cerca de un 6 % de ese segmento poblacional que realiza actividades de trabajo doméstico intensivo, mientras que el 9 % restante realiza actividades económicas, principalmente trabajando con familiares o conocidos o trabajando por su cuenta o como empleados o aprendices.

El trabajo infantil está permitido en Argentina a partir de los 16 años para empleos que no superen las siete horas diarias, que no incluyan horario nocturno y que no sean considerados peligrosos o insalubres, entre otras condiciones.

El trabajo infantil por debajo de los 16 años representa un delito y está penado con hasta cuatro años de cárcel.

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