Hay cinco marplatenses, de los cuales tres competirán este sábado.
Acaso no por las razones habituales (las deportivas), el 52° Campeonato Sudamericano de atletismo, que se iniciará este sábado en Guayaquil, Ecuador, ha sido de los más promocionados de los últimos tiempos. Mucho se habló, escribió y publicó sobre cuestiones político-ideológicas, conflictos, acusaciones cruzadas y demás. Tal vez a partir de esta tarde, el certamen comience a ser noticia por las actuaciones de los atletas argentinos.
Luego del diferendo institucional que involucró al Enard, el Comité Olímpico Argentino (COA), la Secretaría de Deportes de la Nación y la Confederación Argentina de Atletismo (CADA), y después de que el torneo cambiara de sede (tras el desistimiento de Colombia se iba a realizar en el Cenard de Buenos Aires), finalmente la delegación “albiceleste” está integrada por 47 atletas.
Entre ellos, hay cinco marplatenses, de los cuales tres competirán este sábado: Mariana Borelli y Micaela Levaggi, en los 1.500 metros femeninos (desde las 19.30 de Argentina, 17.30 de Ecuador), y Diego Lacamoire, en los 1.500 metros masculinos (a las 19.45). Los otros dos atletas de esta ciudad que participan en el certamen continental son Florencia Borelli (en los 5.000 metros, mañana, a las 20.55) y Belén Casetta (en los 3.000 metros con obstáculos, mañana, a las 11.10).
Participan en el certamen deportistas representantes de 13 países, quienes competirán hasta el lunes 31, en el estadio “Alberto Spencer”, de Guayaquil.
Tres atletas argentinos no pudieron ser parte de la delegación: Julián Molina, campeón nacional de 5.000 y 10.000 metros que lo ubicaba con serias aspiraciones en ambas pruebas, y el saltador Brian López, ambos por un PCR positivo, y el fondista Bernardo Maldonado, por resentirse de una lesión. Tampoco viajaron los entrenadores Fernando Díaz Sánchez y Cristian Crobat, contagiados de coronavirus.
El lunes, tras la finalización del torneo, la delegación completa regresará a Buenos Aires en el vuelo chárter que llevó a un grupo mayoritario, el cual fue gestionado por el influencer Santiago Maratea, en el punto culminante del conflicto institucional, lo que definitivamente reflejó que todo este manoseo con los atletas podría haberse evitado.