por Iván Cachanosky
Argentina ha tomado la decisión unilateral de dejar de participar en las negociaciones de los acuerdos comerciales en curso y de las futuras negociaciones externas del Mercosur.
De esta determinación quedan excluidas las ya concluidas con la Unión Europea (UE) y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por sus siglas en inglés).
Las tratativas de acuerdo de libre comercio que se verían afectadas son con Corea del Sur, Singapur, Canadá, la India, entre otros. Claramente, esta decisión se encuentra enmarcada en el contexto del Covid-19.
Básicamente, el gobierno envío dos mensajes con este comunicado.
En primer lugar, sostiene que Argentina no se encuentra en condiciones de abrirse.
Por otro lado, apunta a fortalecer el status quo y mantener las relaciones con las naciones del bloque regional. Esta decisión no implica más que profundizar el círculo vicioso en el que se encuentra Argentina.
¿Cuál es el círculo vicioso? Debido a que Argentina es un país con recurrentes crisis macroeconómicas que lo vuelven un país poco competitivo, nunca es el momento de abrirse.
Como nunca es el momento, entonces nunca se encaran las reformas estructurales que el país necesita para ganar la competitividad necesaria para poder integrarse de una manera exitosa al mundo.
El gobierno argumenta que la pandemia agarra a Argentina mal parada.
Esto es una verdad a medias, porque lo cierto es que Argentina se encuentra mal parada hace 60 años, con recurrentes déficits fiscales producto de un excesivo gasto público y problemas de competitividad en varios ejes que incluyen una elevada presión tributaria, costos logísticos, burocracia estatal y falta de transparencia, entre otros.
Obviamente, si se vive mal parado, cuando las crisis lleguen, golpearán fuerte si los gobiernos no han sido responsables con sus acciones.
La decisión tomada por Argentina, como señal, es negativa.
Se muestra así un tinte proteccionista que no contribuye a fortalecer la imagen de Argentina hacia el mundo. Es importante destacar un punto aquí.
Continuar con las tratativas de libre comercio no implica abrir la economía mañana. De hecho, el tratado de libre comercio Mercosur-UE fue negociado de tal forma que permite una apertura comercial gradual, otorgando hasta quince años de plazo desde la entrada en vigor del acuerdo para los sectores más sensibles.
Con este enfoque, se otorga margen para la integración y se ofrece tiempo para realizar las reformas estructurales necesarias para poder abrirse en un futuro con empresas más competitivas.
El planteo no debería ser dejar de participar en las negociaciones de acuerdos comerciales, sino continuarlas, pero tomando como ejemplo el caso de MERCOSUR-UE que brinda los tiempos necesarios para que Argentina pueda prepararse para competir a nivel global y dejar atrás de una buena vez la decadencia en la que ingresó hace 60 años.
¿Por qué integrarse al mundo puede ser beneficioso? Porque los países miembros del MERCOSUR poseen una población de 275 millones de habitantes con un PBI per cápita de USD12.000.
mientras que la UE nos duplica en población (508 millones) y nos triplica en PBI per cápita (USD36.500).
En otras palabras, el mercado potencial que se le abre a la Argentina para comerciar y desarrollarse es enorme.
Desde luego, esto requiere realizas las reformas estructurales (reforma del estado, reducción del gasto público, disminuir la presión tributaria, reforma laboral, entre otras).
Si se aprueba el tratado MERCOSUR-UE sería un paso importante porque marcaría agenda. Si nuestro país enfrenta esta situación con madurez y visión estratégica de largo plazo, avanzando en las reformas estructurales necesarias, el comercio podría convertirse en un importante motor para el desarrollo y la reducción de la pobreza, como lo ha demostrado en muchos otros países.
Además, cuando la crisis por la Pandemia pase, Argentina estará aún más debilitada que antes, por lo que es todavía más importante comenzar el proceso de fortalecer la economía y recuperar la competitividad perdida encarando las reformas estructurales mencionadas y, en este sentido, es también importante destacar que es beneficioso tener un acceso preferencial a los mercados internacionales como el que permiten los acuerdos comerciales en los que está avanzando el Mercosur.
(*) Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso. Especial para NA.