Por Vito Amalfitano
En del deporte se gana y se pierde. Verdad de Perogrullo. El resultado importa, y mucho. Es, obvio, lo más importante. Nadie juega para perder. Se juega para ganar. Estas obviedades parece mentira que haya que reafirmarlas a esta altura del partido. Pero es necesario en la medida en que se nos acuse de “resultadistas” a los que nos importa mucho el cómo pero, claro, preferimos ganar.
Hecha esta salvedad, obvia para los obvios, vale completar con que en el deporte se gana y se pierde pero siempre tienen que importar las formas. Mucho más a un periodista profesional.
Argentina perdió la serie con Italia en primera ronda de la Copa Davis 2017, después de cinco titánicos partidos de tenis. Pero Argentina seguirá siendo campeón de la Copa Davis 2016 por siempre. Para la historia y en el historial. Y un campeón con demasiada gloria, más que la mayoría de los campeones de toda la vida de la Davis. Y está caída en primera ronda también fue con todos los honores, más que cualquiera de los otros ocho campeones que en la historia después perdieron en primera ronda de la edición siguiente.
Argentina se quedó con la Davis de 2016 al ganar todas sus series de visitante. Y con un jugador como emblema que estaba prácticamente retirado de la actividad antes de su “resurrección” en Río 2016, Juan Martín Del Potro. Ganar la Davis 2016 no fue una proeza del tenis argentino. Fue una de las grandes gestas de la historia del deporte nacional. ¡Todas las series de visitante! Al Reino Unido en Glasgow contra Andy Murray (el jugador del momento), a Croacia en la final 2-1 abajo.
Argentina se quedó afuera del Grupo Mundial de la Copa Davis 2017 sin Del Potro, Delbonis, Zeballos y Schwartzman. El tandilense, por una pretemporada que necesitaba imperiosamente después del esfuerzo y reaparición increíble de 2016, con el plus que dio para Argentina y la Davis incluído. Los otros tres, lesionados. Guido Pella afrontó esta serie, por el contrario, sin pretemporada, y le peleó hasta el quinto set a uno de los jugadores más brillantes como irregulares del circuito, Fabio Fognini, quien al final del quinto punto sacó a relucir todo su repertorio de ángulos increíbles.
Así, disminuido físicamente, Pella, que está en el puesto 80 ATP, le jugó a Fognini, 45, pero más genial que ese número. El argentino se quedó con los dos primeros sets y no pudo sostener la victoria. Ahí aparecen las obviedades y ligerezas, desde las acusaciones vulgares del “pecho frío” hasta el “analista conciensudo” que dice que no tomó “buenas decisiones” en el final.
Unos y otros deberán recordar que sin Guido Pella Argentina no era campeón de la Davis. Sin su victoria en Glasgow ante Kyle Edmund no tenía valor el triunfo de Del Potro sobre el número uno del mundo, Andy Murray.
Se acaba de perder una serie. Con todo en contra y estuvo a tres games de ganarla incluso. Como dice en su cuenta @Amalfitenis , sólo hay 15 Federaciones que pueden decir que son campeones del mundo de tenis. Argentina está entre ellas.
Argentina e Italia jugaron cuatro series. Siempre ganó el visitante. Argentina en Roma y Pesaro (el año pasado, en el camino al título). Italia en Mar del Plata y Buenos Aires. Se gana y se pierde. Pero hay que ver cómo se gana y cómo se pierde. Este equipo es un orgullo del deporte argentino, porque todos se alternan y están cuando se los necesita. Desde Del Potro con la necesidad de bajar el ritmo después de Río y Nueva York, hasta Berlocq que también estaba para el retiro y siempre da un plus en la Davis. Desde el esfuerzo de Mayer en el dobles a todo lo que dio Pella, en Glasgow o en Parque Sarmiento. Desde un capitán como Daniel Orsanic que por fín pudo lo que no pudieron otros en la historia de Argentina en la Copa Davis, armar un equipo, sencillamente.
Argentina, campeón por siempre. Y no un campeón cualquiera. De los grandes campeones de la historia del deporte argentino. Aun en la derrota circunstancial.