Lo hizo a través de un decreto refrendado por el secretario de Educación, Luis Distéfano, a pesar de haber sido denunciado por otro concesionario.
Antes de dejar el cargo, el intendente Carlos Arroyo autorizó a Playa Azul SA, concesionaria del estacionamiento de Playa Grande, a establecer un boliche en el lugar.
Así se desprende del decreto 3256, firmado ayer y refrendado por el secretario de Educación, Luis Distéfano. De esta forma, el intendente avanzó con el acta transaccional por el que concede esa habilitación a cambio de que la concesionaria ponga en marcha tres obras en otros puntos de la ciudad.
La decisión se tomó a pesar de que otro concesionario del complejo Playa Grande, Sergio Goransky, presentó una denuncia penal contra el jefe comunal por los posibles delitos de “abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público” que se desprenderían del acta transaccional que estableció ese acuerdo.
Arroyo argumentó que las tres obras (la realización de un Centro Municipal de Veterinaria y Zoonosis en Laguna de los Padres, la puesta en valor de un inmueble de propiedad municipal y la demolición de la Unidad Turística Fiscal N° 5 de La Perla) están oficialmente iniciadas, por lo que quedaba otorgarle a Playa Azul SA la admisión del “uso gastronómico y complementarios” prometida a cambio. Con todo, el decreto aclara que la habilitación comercial dependerá de Inspección General.
Playa Azul SA estaba a punto de perder la concesión del estacionamiento. El Ente de Turismo lo tenía en la mira por el incumplimiento del pliego de bases y condiciones (no había realizado las obras previstas en el pliego de concesión original). Sin embargo, para poner fin al conflicto, Arroyo eligió un controvertido acuerdo. Y en el último día de gestión lo refrendó.