"Tengo compañeros que hace varios meses tienen que pedir plata para poder ir a trabajar", cuenta. Y dice que, en lugar de criticar al gobierno anterior o al actual, hay que seguir trabajando.
José María Jáureguy salió el jueves, como todos los días, a hacer preventas de productos Sancor. Mientras esperaba que una comerciante lo atendiera, un vendedor de otra compañía le preguntó cómo estaba la situación de la cooperativa, inmersa en una profunda crisis. El le explicó que le adeudaban entre dos y tres meses de salarios a los trabajadores. Entonces irrumpió la dueña del local: “Tienen que echarlos a todos. Esto les pasa por robar durante años y ahora se quejan y pretenden que el Gobierno les dé un crédito, encima con los impuestos nuestros”.
Jáureguy tuvo ganas de decirle algo, pero prefirió no ir al choque. En cambio, llegó a su casa y se puso a escribir una carta para describir la angustia de los trabajadores de Sancor.
“Nosotros, los que nos levantamos todos los días para ir a trabajar temprano, los que no faltamos, los que no robamos nada, los que a pesar de no cobrar le ponemos el pecho y seguimos para adelante, los que también pagamos los impuestos, los que tienen hijos, los que alquilan, los que también tienen gente mayor a su cargo, los que tienen hijos discapacitados, los que tienen créditos que pagar, todos, como cualquier trabajador no sólo de este rubro, somos esclavos del manoseo”, puso en el comienzo.
“Nosotros no tenemos la culpa de cobrar mucho o poco, nosotros no cuestionamos a nadie de otro ámbito por cobrar mucha plata, ni tampoco a los empleadores que juegan con el hambre de la gente y les pagan una miseria. Nosotros sólo trabajamos”, agregó.
El trabajador apuntó: “Creo que ya es hora de que los argentinos tiremos todos juntos para adelante (los radicales, peronistas, socialistas, apolíticos, todos). Es la mejor manera, creo. Dejemos de culpar al gobierno anterior o al actual sino no logramos nada. Tenemos que seguir trabajando para demostrarles a nuestros hijos. Nos tienen que ver que nunca bajamos los brazos”.
Jáureguy contó que tiene compañeros de trabajo con hasta 30 años de antigüedad “que están muy tristes por esta situación y no se lo merecen por la dedicación”. “No puedo decir que no tengo para comer o demás, porque por suerte trabajo desde los 11 años y ya superé varias pruebas difíciles y siempre, honradamente, voy a hacer llegar algo de plata a casa. Pero no todos tuvieron las oportunidades que tuve yo y hay varios a los que la vida no le ha sido nada fácil”, agregó.
En otro párrafo mencionó que tiene compañeros “que hace varios meses tienen que pedir plata para poder ir a trabajar”. Y acotó: “Eso es indignante para un trabajador. Al menos a mí me pone muy mal. Me encantaría que alguien con peso pueda hacer algo realmente y piense en nosotros y en toda la gente que la está pasando mal, todos los que tienen trabajo y los que no. Ya sé y lo viví que peor es estar enfermo o tener gente enferma, y lo veo y la paso mal, pero eso no lo destinamos lamentablemente nosotros. Ojalá nadie enfermara o sufriera, pero esto, esto de Sancor, es evitable”.
Jáureguy dijo desconocer cómo resolver la crisis porque “no lo capacitaron para resolver estos problemas”. “Pero hay gente que sí está capacitada. A mí me capacitaron para trabajar”, agregó.
El preventista mencionó que en la misma situación que él están “los repositores, los ejecutivos de cuentas, los administrativos, los jefes e indirectamente todo lo que rodea al círculo Sancor”, entre ellos transportistas, armadores de pedidos y personal de vigilancia y limpieza.