Tiene 31 años y vive en la ciudad desde los 22, cuando decidió emigrar desde los Montes Urales en busca de "conocer otra gente", "entender otras culturas" y cumplir su sueño de vivir frente al océano. Es cantante lírica y pianista.
Por Bruno Verdenelli
verdenelli@lacapitalmdq.com.ar
Los habitantes nativos de Mar del Plata se quejaban por atravesar la “ciclogénesis”, término recientemente acuñado para describir el clima hostil de agosto, y Anastasia Romanova sonreía. Mientras se preparaba para contar su historia a LA CAPITAL, decidió entonces explicar el motivo: “En los Montes Urales, de dónde yo vengo, puede llegar a hacer hasta 30 grados bajo cero”. No hacían falta más datos sobre meteorología para comprender su reacción.
El sitio mencionado se ubica en Rusia y compone un cordón montañoso que separa Europa de Asia. De allí proviene esta artista, quien tiene 31 años y vive en la ciudad desde hace nueve. “Es una historia muy larga la de cómo llegué acá, pero la voy a hacer corta. Tenía 22 años, terminé mi primera carrera de Filosofía Lingüística allá en Montes Urales, y trabajé un poco en Moscú de traductora, en la Embajada de Venezuela un tiempo… Y después quise un poco viajar a vivir en algún lado, para conocer otra gente, para entender otras culturas”, dice.
Y agrega: “Como ya tenía la experiencia de estar afuera, porque estudié en Málaga, se me ocurrió la idea de vivir cerca del mar, porque es mi paisaje favorito. Pero en aquel momento, en 2015, ya empezamos a tener problemas entre Ucrania y Rusia, y entonces con mi pasaporte rojo, se me hizo complicado viajar a otros países por el tema de la visa. Y ahí apareció Argentina, con la educación pública, y me pareció que era algo increíble. Ahí terminó la búsqueda”.
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Además de la carrera universitaria mencionada antes, por la cual habla castellano casi a la perfección, Anastasia es cantante lírica y pianista profesional. También bailarina, aunque en ese sentido se define como aficionada. Por todo eso cuenta que eligió el Teatro Colón para la realización de la entrevista con este medio.
“Soy artista y mi primera actuación acá en Mar del Plata fue aquí en este teatro, en mayo de 2016, y de ahí los conciertos más destacados, más importantes para mí, siempre los tuve acá… Por eso es un lugar de mucho significado y mucho crecimiento personal”, revela.
La rusa se caracteriza por interpretar muchos estilos musicales. No obstante, aclara que actualmente está enfocada principalmente en el tango y el jazz. “Tengo formación lírica. Muchos, muchos años, desde muy chiquita, estudié lírico. Y acá también empecé como cantante lírica, pero ahora me pueden ver en muchos formatos”, indica.
Este domingo 15 de septiembre, sin ir más lejos, Anastasia se presentará en el Colón como invitada del espectáculo “Tango Furia Eterno”, que el verano pasado recibió el premio Estrella de Mar.
Maradona, el tango y Buenos Aires
La cantante rusa, que por adopción ya es una ciudadana más de “La Feliz”, reconoce que “no sabía básicamente nada de Argentina y de Mar del Plata”. “Vine con muchas ganas, mucha fe y corazón abierto. Tenía 22 años… Es una edad de tomar decisiones sin pensarlo dos veces”, reflexiona.
De todas maneras, admite que había escuchado sobre “Maradona, el tango y Buenos Aires”. “Conocí Argentina hablando con la gente porque ya tenía el idioma, caminando por las calles, y con mucha curiosidad. Así conocí de a poquito todo, y a mucha gente”, señala.
Al ser consultada respecto a qué le gusta más de vivir en Mar del Plata, responde sin dudarlo: “El mar”. “Siempre fue mi sueño, porque yo soy de la zona de las montañas, del bosque, por eso el mar lo encuentro como el mejor paisaje del mundo. Y también la gente y la ciudad en sí”, expresa.
Acto seguido, justifica su contestación: “Para mí tiene un balance perfecto entre la vida cultural, la dinámica, y la paz que te trae el mar. Y aparte yo desde un principio tuve un muy buen feeling con la gente: tengo muchos amigos y el idioma para mí nunca era un problema porque lo estudié en mi primera carrera, y acá fui ‘argentinizando’ mi idioma, con mis amigos, conociendo los modismos, el lunfardo y todo”.
Como contraparte, confiesa que de Rusia extraña a su familia, que se compone de sus padres, sus hermanos y abuelas. Sin embargo, asegura que su vida “está acá”. “Yo tengo mi propia familia en Mar del Plata: estoy casada con un argentino, que también es músico. Y todos mis vínculos, mi trabajo, mi arte están acá, entonces acá está mi hogar”, remarca Anastasia.
En esa línea, afirma que no piensa en regresar a su país natal para residir allí. Inclusive, fantasea con que “capaz estaría más feliz” si su familia se mudara a Mar del Plata. “En estos nueve años volví tres o cuatro veces a visitarlos… En 2018 fui al Mundial de Fútbol como embajadora turística de Mar del Plata, y ahora pensamos con mi pareja en viajar a Rusia para llevar el tango, nuestro proyecto de dúo, y de paso también presentarle a mi familia y que se conozcan. Pero a vivir ya no creo que vuelva”, sostiene, a modo de conclusión.