Un mensaje en una estación de servicio y una pintada más aumentaron el miedo en la familia del campeón del mundo.
Ángel Di María enfrentó nuevas amenazas en Rosario en medio de crecientes rumores sobre su posible regreso a Rosario Central, después de que apareciera en las redes sociales un mensaje en un papel y vandalizaran un mural en su honor.
La situación escaló dramáticamente esta semana cuando desconocidos vandalizaron un mural en su honor y balearon una estación de servicio, dejando un mensaje intimidante que rezaba: “Te estamos esperando”. Este preocupante incidente subraya la tensión alrededor del jugador y su familia, quienes ya habían sido objeto de amenazas en marzo.
El último episodio de esta escalada de violencia tuvo lugar en la estación Puma, ubicada en la calle Oroño al 5000, donde los atacantes dispararon contra el establecimiento antes de dejar una nota dirigida al futbolista.
Esta amenaza se suma a una serie de intimidaciones que Di María y su familia han recibido este año, vinculadas a la posibilidad de su retorno al club rosarino. El vandalismo del mural, ubicado en el club El Torito en el barrio donde Di María comenzó su carrera, y las palabras “¿Todavía vas a volver?” pintadas con aerosol, refuerzan el mensaje de hostilidad.
El 3 de marzo de este año también hubo un incidente en su contra, cuando un automóvil baleara la entrada del barrio privado en Funes, donde vive la familia de Di María. En esa ocasión, se dejó un mensaje dirigido al padre del jugador, advirtiendo sobre las consecuencias de un posible regreso a Rosario Central.
A pesar de las amenazas, Cristian “Kily” González, excompañero de Di María y actual director técnico de Unión, declaró recientemente que habló con el futbolista y que este “se muere por ponerse la camiseta de Central”. Sin embargo, González reconoció la complejidad de la situación debido a la violencia y el riesgo que implica, subrayando que la seguridad y bienestar de la familia de Di María son primordiales.
La situación de inseguridad en Rosario no es nueva, pero la notoriedad del caso Di María ha puesto un foco adicional sobre los problemas de violencia en la región. El jugador, cuyo talento y carrera internacional lo han convertido en un ícono deportivo, ahora se encuentra en una encrucijada donde sus decisiones deportivas están profundamente influenciadas por consideraciones de seguridad personal y familiar.