"Isabella" es la película argentina que participa de la Competencia Internacional de este Festival de Cine.
“El punto de partida es Shakespeare”, dijo el director de cine Matías Piñeiro sobre su nueva película “Isabella”, que está inspirada en la comedia Medida por medida, del gran dramaturgo inglés.
Se trata de la quinta entrega de Las Shakesperiadas, conjunto de filmes que tienen a Shakespeare y sus obras como disparadores narrativos, en un intento por medir cómo se conectan esos textos con el presente, de acuerdo a lo que señaló Piñeiro en la presentación online de su película en esta edición online del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Narrada en tres tiempos, la película se construye mediante capas: una que bucea en lo que significa el arte de la actuación, otra que profundiza en el sentido del color púrpura, una tercera que también indaga en los rituales y una cuarta que hace eje en la belleza de los paisajes.
Así, “Isabella” se presenta como un filme experimental que bien trabaja como ejercicio interpretativo para quien mira. Es la historia de una actriz, frecuentemente rechazada en las audiciones en las que participa, que necesita hacerle un pedido a su hermano, con quien no tiene una buena relación. Para agilizar el acercamiento, traba contacto con la amante de su hermano, también actriz.
Sin un guión armado, con ideas en la cabeza y las ganas de filmar en un entorno natural como el de las sierras de Córdoba, la película empezó a rodarse durante las vacaciones de Piñeiro a Argentina, ya que el cineasta está radicado en Estados Unidos.
A lo largo de más de dos años, el equipo logró mantener la idea de “estado de rodaje” permanente en cada visita del director y continuar así una aventura cinematográfica que logró llevar adelante con sus amigas Agustina Muñoz y María Villar, ambas actrices centrales del filme.
El entorno natural y la presencia del púrpura son los elementos nuevos en la obra del director. Llegó a ellos motivado por sentir que eran recursos poco explorados en sus películas anteriores.
“Reparé en el color, empecé a ver como una especie de resonancia y de referencias que me hicieron pensar, encontré en el púrpura una idea de la ambigüedad, de la mixtura, de lo incierto, uno no dice púrpura, ese color tiene una marginalidad, es difícil definir qué es el púrpura, tiene muchos nombres y esa confusión es parte de la película”, observó.
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