Cultura

Alex Grijelmo: “En periodismo, la realidad y la ficción no deben tener una frontera dudosa”

El periodista español llegó al Congreso de la Lengua para desempeñar varias tareas y presentar su primera novela, "El cazador de estilemas".

por Julieta Grosso

El periodista español Alex Grijelmo es casi un vitalicio en el Congreso Internacional de la Lengua y así circula en la edición desarrollada en la ciudad de Córdoba, a la que que llegó con una novedad: la publicación de su primera novela, “El cazador de estilemas“, un thriller linguístico que aspira a ampliar el prestigio de una carrera en la que sobresalen hitos como la dirección de la agencia de noticia EFE o la redacción del manual de estilo del diario El País.

Apasionado de las tretas del lenguaje y autor de ensayos como “Defensa apasionada del idioma español“, “La seducción de las palabras” y “La gramática descomplicada“, Grijelmo llegó al Congreso para desempeñar varias labores, como la presentación de la ponencia que ofreció el “Luthier” Marcos Mundstcok o la moderación de la mesa “Corrección política y lengua”, actividades que matiza con el entusiasmo para hablar de su novela, protagonizada por un profesor de Literatura que se dedica a rastrear las marcas personales en la escritura, los estilemas.

En un alto de sus actividades, el periodista y escritor habló con Télam.

– ¿Por qué después de tanto tiempo trabajando en géneros vinculados a la verdad decidió dar el salto a la ficción?

– Al alpinista Mallory le preguntaron por qué tenía tanto interés en subir al Everest y él contestó: “Porque está ahí”. Y a mí me ha pasado lo mismo. Esa novela estaba ahí. Mallory se dejó la vida en el intento, pero yo he elegido un camino más fácil. Llevaba años caminando por la orilla del ensayo, y decidí cruzar el río hacia la orilla de la ficción. Pero lo hice por un lugar conocido: el puente del idioma y de las palabras. Espero que muchos lectores de mis ensayos crucen conmigo el río.

– La palabra estilema no aparece en el diccionario de la Real Academia ¿Es un gesto desafiante haber apelado a un vocablo que aún no ha sido legitimado?

– La palabra “estilema” no está en el Diccionario general pero sí en diccionarios de términos filológicos. No se ha extendido su uso, al menos hasta ahora. Sin embargo, está bien formada y es de buena familia. Tiene primos como “morfema”, “grafema”, “semantema”, “lexema” o “fonema”. Hay muchas palabras que no están en el Diccionario y que se pueden usar perfectamente si son útiles para comunicar una idea. Hace unos días verifiqué por ejemplo que el adjetivo “identitario” no ha sido recogido por las academias. Pero nadie puede decir que es incorrecto o que no se entiende. Y se usa muchísimo.

– ¿Su novela es un posicionamiento sobre el anonimato en las redes, sobre la impunidad que implica escudarse en una falsa identidad para agredir o provocar? ¿El odio se expande hoy en las redes de la mano del anonimato?

– Sí. Todo ejercicio de la libertad debe ir asociado a la asunción de la responsabilidad que implica. Las redes facilitan mucho la libertad, pero también amparan la irresponsabilidad. Y como todos tenemos estilemas, se puede llegar a descubrir la autoría de una difamación o de un acoso gracias a esos rasgos de estilo y de escritura que vamos dejando sin darnos cuenta.

– ¿Tiene en claro cuales son sus propios estilemas?

– Sí, y procuro no reiterarlos cuando escribo. Pero seguro que alguno se me escapa.

– ¿La frontera entre el periodismo y la literatura es acaso tan dudosa, borrosa como la que separa la realidad de la ficción?

– En periodismo, la realidad y la ficción no deben tener una frontera dudosa. Los límites deben quedar clarísimos. Y un medio responsable ha de distinguir muy bien la opinión y la ficción, por un lado, y la información por otro. Pero sí, el periodismo debe ser un género literario más. La literatura consiste en comunicar algo, a ser posible interesante, mediante un uso de la lengua que produzca placer al receptor. Y eso se puede conseguir también en los medios informativos.

– ¿Su acercamiento a la ficción está vinculado de alguna manera con la crisis de la verdad que está teniendo lugar en la escena contemporánea, principalmente a partir de las redes y el fenómeno de la “postverdad”?

– No, sentí el reto de escribir una novela y me puse a ello. No pensaba en la crisis del periodismo. Por otro lado, no creo que el periodismo esté en crisis. Están en dificultades los medios informativos, debido a muchos factores; algunos de los cuales son culpa de los propios medios. Sí está en crisis la comunicación leal masiva entre seres humanos. Las mentiras circulan cada vez con mayor soltura. Siempre hubo mentiras, por supuesto, pero ahora se han multiplicado su número y su alcance.

– Hoy se escribe con una frecuencia inusitada a raíz del intercambio que proponen las redes y los mensajes de whatsapp. Sin embargo, el lenguaje que circula en estos formatos sufre algunas restricciones o adaptaciones en función de la velocidad que requiere la respuesta ¿Qué impacto cree que puede llegar a tener este fenómeno a mediano plazo en la circulación del idioma?

– Antes, hace apenas unos veinte años, casi nadie escribía habitualmente, salvo que tuviera una relación profesional con la escritura. Si acaso una carta a un familiar, una instancia administrativa… Podían pasar meses sin que una persona se pusiera a redactar. Ahora, millones de seres humanos escriben algo cada día. Del mismo modo, antes solamente se leía a quienes escribían con cierta destreza. Y ahora leemos a diario auténticos disparates que con el tiempo pueden convertirse en referentes.

Iremos a peor si la gente deja de leer textos de calidad y únicamente se dedica a seguir a quienes escriben mal. Es posible que decrezcan en ese caso la capacidad de comunicación y de abstracción, de análisis; la capacidad de pensar y de argumentar… y con ello la calidad de nuestras democracias. Solamente una buena educación primaria y secundaria puede salvarnos.

– ¿Lo llamados géneros periféricos como la crónica o el reportaje son los únicos diferenciales que pueden salvar a los periódicos de papel?

– Sí. Yo creo que el diario impreso sobrevivirá si se especializa en la interpretación honrada de la realidad. Es decir, en los géneros descriptivos e interpretativos: la crónica, el análisis, el reportaje, la crítica… Y si no ofrece gratis en Internet lo que pretende cobrar en el papel. Las noticias nos llegarán por todas partes, pero de una forma desestructurada. En cambio, el diario impreso ordena, jerarquiza, interpreta, educa, distingue lo trivial de lo importante, cuida el idioma y la argumentación, ofrece riqueza de léxico y por tanto de ideas, ayuda a que cada cual se forme una opinión fundada que le permita tomar buenas decisiones en su vida personal o profesional y en sus negocios. Seguro que habrá mucha gente dispuesta a pagar unas monedas por ello.

Télam.

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