El problema de las viviendas precarias afecta seriamente a la ciudad y va más allá de las villas y asentamientos, que suman más de cien en todo el partido de General Pueyrredon. Los hábitats precarios, aquellos que no cuentan con los accesos a los servicios básicos como luz, gas, agua y cloacas, se extienden en distintos barrios y abarcan a las "okupaciones". Además, en la mayoría de los casos, existe hacinamiento de los distintos miembros de una familia. Esa baja calidad de vida, de acuerdo a los especialistas, repercute en el día a día, como por ejemplo, en la escolaridad de los chicos o generando problemas aún mayores como casos policiales relacionados con la violencia familiar y hasta abuso infantil.
Por Natalia Prieto
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El incendio del conventillo de Chile entre Moreno y Bolívar, el martes pasado, dejó al descubierto una realidad de la ciudad: la falta de viviendas adecuadas para una determinada franja de la sociedad. De acuerdo a datos proporcionados por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), en el partido de General Pueyrredon existen “más de 12 mil viviendas precarias”, mientras que las villas y asentamientos suman más de cien, específicamente son “103 ubicados en 47 barrios con aproximadamente 8.330 viviendas”, de acuerdo al relevamiento del informe “Mar del Plata entre Todos”.
De acuerdo a los especialistas, se denominan viviendas precarias a aquellas que no cuentan con el acceso a los servicios básicos, como el gas (en algunos casos utilizan garrafas), la luz (algunos se suelen “colgar”), las cloacas y el agua, además de estar construidos con materiales de baja calidad como chapas, madera y nylon.
Si bien este tipo de problemática se extiende por todos los barrios de la ciudad, se agudiza en la periferia, aunque también se considera de esta condición a aquellas edificaciones abandonadas, o en desuso, y que fueron “tomadas” u “okupadas”.
Así es el caso de muchas ex fábricas de pescado, en la zona portuaria, o en el edificio ubicado en avenida de los Trabajadores y Giacobini, justo enfrente a la sede deportiva del club Aldosivi.
En lo alto
Otra construcción de este tipo, que se hizo conocida por ser sede de numerosos casos policiales, es la denominada “villa vertical”, ubicada en la avenida Libertad entre Francia y Don Bosco.
Ese edificio sin terminar, ya que no posee reboque en las paredes, por ejemplo, está compuesto por 24 departamentos diseminados en 7 pisos, los cuales están todos ocupados, y según uno de sus habitantes cuentan con todos los servicios.
“Yo vivo en el sexto piso y tengo agua, luz y gas con garrafa, hace 6 años que estoy acá. Me dijo un amigo que estaba vacío y como no tenía casa me instalé”, contó a LA CAPITAL un hombre que prefirió el anonimato pero informó que es portador de HIV.
Si bien reconoció que no paga alquiler, “porque nadie es dueño de esto”, aseguró que “acá nadie paga, el edificio no tiene escritura así que no hay dueño” y aseguró que “yo me voy, si me quieren sacar, pero que me den un lugar dónde vivir o un terreno para construirme algo”.
Otra zona donde se levantó una importante cantidad de viviendas precarias es en Vértiz a la altura del 7000, por ejemplo. Incluso, el sábado pasado una vivienda precaria ubicada en la avenida Luro entre Uruguay y Chile fue sede de un episodio policial con un herido de bala y varios detenidos.
Villas y asentamientos
De acuerdo a las definiciones técnicas, se considera villas a aquellas “urbanizaciones que producen tramas irregulares, organizadas en pasillos intrincados, y las viviendas están construidas con materiales precarios o desechos. Las mismas cuentan con alta densidad poblacional, tienen escaso o nulo espacio verde y la infraestructura es autoprovista”.
Por su parte, los asentamientos precarios están ubicados en “barrios informales en términos de dominio, cuyas características principales son que se encuentran organizados colectivamente, están ubicados en tierras degradadas, donde los ocupantes intentan ser legitimados como propietarios y las viviendas tienen cierta firmeza”.
Otras categorías incluyen situaciones tales como “villa-asentamiento (combinación de características de los dos anteriores), villa histórica consolidada (villas con elevado nivel de consolidación urbana en términos de materiales y servicios, pero con situaciones de irregularidad dominial), asentamiento histórico consolidado (los que pueden confundirse con barrios de origen formal pero que mantienen situaciones de irregularidad dominial), situaciones de informalidad dispersa (cuando la informalidad no afecta a todo el barrio sino a ciertas parcelas), entre otros”.
Las mismas suman 103, distribuidas en 47 barrios del partido de General Pueyrredon.
Problemas
“La problemática de las viviendas precarias, es decir aquellas que no tienen un acceso justo al hábitat, es muy grave en la ciudad. Hay inequidad urbana y eso es consecuencia directa de la pobreza”, explicó el maestro mayor de obras Mariano Zurita, que trabaja con la asociación civil “Hábitat y Vida”.
Una de las causas de la problemática, a su entender, es que en Mar del Plata “se dieron y se dan distintos procesos de migraciones internas, tanto desde la provincia de Buenos Aires como de otras. Incluso, en algún momento, hasta se habló de movimientos políticos trayendo gente del conurbano bonaerense, y otro caso son los trabajadores golondrina que vienen a “hacer la temporada y se quedan”.
A su entender, en el partido de General Pueyrredon “hay necesidad de vivienda y a la vez hay muchas casas ociosas y, por eso, muchas son `okupadas´. Por eso es necesario generar una ley para solucionar el tema”, sentenció.
Además, esa marginalidad habitacional genera otras complicaciones que afectan “tanto a la educación como a la salud. Desde el sistema educativo sostienen que la precariedad de las viviendas producen enfermedades y patologías en los niños y sus familias. Los operadores de salud hacen hincapié en la necesidad de tener una vivienda en condiciones, ya que se generan situaciones de violencia familiar o incluso hasta abuso infantil”, añadió.
Trabajo
Desde la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) coincidieron en calificar a la situación habitacional de la ciudad como “grave” aunque advirtieron que están trabajando junto al Estado en “el Plan Federal de Viviendas, que ahora se llama Techo Digno, y con el Plan Socio Comunitario, para 54 familias en la zona sur. La firma del convenio es inminente”, señaló uno de los integrantes de la mesa operativa, Martín García.
Asimismo, el dirigente social estimó que “en el partido de General Pueyrredon existen más de 12 mil viviendas precarias, en situación de emergencia habitacional, sobre todo en la periferia y en la zona sur”.
Si bien la situación pareció agravarse en los últimos años, no es una problemática nueva, ya que hace unos años la vivienda ubicada en España y 11 de Septiembre fue demolida (después de la intervención de la Justicia) por estar “okupada”, mostrar condiciones precarias y hasta ser “bunker” de venta de drogas.
Para muchos resultará increíble que, en el siglo XXI, existan familias que se calefaccionan con ayuda del carbón o la leña, que su “vivienda” no tenga piso o que el techo sea una lona. Pero es una realidad que existe a poca distancia de sus propias casas.