por Vito Amalfitano
El partido que ganó Aldosivi en la noche del miércoles por el Fútbol de Verano vale puntos para el Campeonato de Primera División, que sabe Dios cuando comenzará… Se cotiza en puntos, sí, porque tiene un plus. Ya el estado de ánimo de los jugadores de Aldosivi no es el mismo que antes de la noche del miércoles. No es que antes estuvieran caídos o frustrados, es que ahora se les “infla el pecho” por haber construido un triunfo de magnitud considerable en el Minella.
En fútbol los factores psicológicos juegan su partido. No son la esencia, lo que prevalece ante todo es el juego, pero la cabeza sirve para jugar mejor. Y estas victorias te ponen bien de la cabeza. La confianza clarifica ideas, te inyecta de seguridades que antes no tenías.
Aldosivi le ganó a River. Otra vez. River sigue sin ganarle a Aldosivi. Otra vez. Pero ahora fue en esta saludable participación del equipo de Mar del Plata en el Fútbol de Verano, que celebra el aficionado marplatense, que llena de orgullo al hincha de Aldosivi pero que también tiene que poner muy bien a los organizadores, quienes seguramente estarán pensando en quizá un rol más protagónico para el año que viene, quizá con la programación de algún otro partido. Es que Aldosivi garantizó la concurrencia que solo pueden aportar los bien grandes, Boca o River, al llenar su cabecera popular y poblar medianamente los sectores de plateas.
Aldosivi le ganó a River. Con este marco. Invitado a la fiesta de los grandes. Y dio vuelta un partido que empezó perdiendo. Por todo eso el valor agregado, la inyección de confianza. Por un momentos imaginemos el escenario contrario: El Aldosivi irregular de 2016, que está en los puestos de abajo y con necesidades de sumar para no sufrir con el descenso, sumando una nueva derrota en el verano (en los anteriores partidos de práctica, menos formales, no había convertido ni un gol) y contra un equipo bien suplente de River.
Aldosivi supo volcar ese escenario adverso y se quedó con la tradicional Copa Ciudad de Mar del Plata, con todo lo que ello significa. Para ello, para ganarle a River por 3 a 1, hizo méritos suficientes, que también le agregan valor agregado, porque eso significa que afloraron virtudes que hasta hace poco no mostraba. Por ejemplo, la posibilidad de canalizar su pressing en efectividad. Por ejemplo, el gran nivel de Nery Bandiera, la gran figura de la cancha. Por ejemplo, la capacidad de reacción y la actitud que tuvo todo el equipo desde el arranque del segundo tiempo.
Porsupuesto que también subsisten detalles que preocupan. Esa caprichosa y antinatural línea de tres. También que antes de esa ráfaga y ese vuelco en cinco minutos en el arranque del segundo tiempo, a Aldosivi le faltó caudal de juego. Y que cuando se puso 2 a 1 durante un rato le costó entender que estaba ganando y que había que meter un cambio y no seguir a la misma velocidad. De todos modos, siempre el pressing pudo más y Bandiera hizo el resto. Contribuyó River, con salidas fallidas para facilitar esa presión en tres cuartos del equipo de Mar del Plata.
A esta altura Aldosivi tiene un hijo declarado. Y célebre. River no le puede ganar nunca. Y esta vez el hijo le dio una mano para recuperar la fe.