El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional trabajó sobre el celular de la joven marplatense fallecida tras ingerir una pastilla de éxtasis contaminada en Palma de Mallorca. Buscan identificar a quien le vendió la droga.
La investigación policial para identificar a la persona que le vendió éxtasis contaminado con raticida a la marplatense Milagros Alanis Moyano (19), quien murió como consecuencia de la ingesta de dicha droga el 17 de julio pasado, avanza en España a través del peritaje del teléfono de la joven.
La última novedad del caso es que el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional reconstruye los últimos mensajes del celular de Moyano, con el objetivo de dar con quien le suministró la pastilla que le produjo la descompensación durante el festival de Son Fusteret, celebrado el domingo 14 de julio en Palma de Mallorca.
Los agentes, que sospechan que la joven marplatense borró algunos WhatsApp, tratan de reconstruirlos para esclarecer el caso. Según trascendió, cuentan con un programa específico para recuperar los chats eliminados, lo que podría arrojar resultados positivos en la investigación.
Cabe recordar que fue la propia familia de Moyano la que entregó a la policía el móvil en cuestión.
De acuerdo con los datos que se conocieron el mes pasado, Milagros Alanis Moyano consumió una de las dos pastillas el domingo 14 de julio, cuando estaba en el festival, y creen que otra media se la quedó un amigo. Esa otra mitad se encontró en su bolso y la familia la entregó a los peritos para que la pudieran analizar.
En el marco de la investigación del hecho cuatro sospechosos fueron detenidos. Además, El Diario de Mallorca detalló que previamente a que esas detenciones fueran efectuadas -dos de ellas se produjeron cuatro días antes del concierto, y las otras, en la misma jornada del recital-, se habían incautado en Palma “130 pastillas de éxtasis, 45 papelinas de ketamina, ocho de cristal, siete de speed y 18 de cocaína”.
La muerte de la marplatense se produjo el miércoles 17 de julio, después de agonizar un día en un hospital de Barcelona al que había sido trasladada desde Palma de Mallorca. La joven había dejado Mar del Plata meses antes junto a su hermana melliza y trabajaba como guardavidas en el balneario de s´Arenal.