El Festival le dio la bienvenida a las delegaciones extranjeras que trajeron sus producciones con una amena cena en la suite principal del Gran Hotel Provincial. “Cumplimos en devolverle el Festival a Mar del Plata y a la gente” dijo el presidente del Incaa
En el marco del entusiasmo que genera el buen balance de los primeros días del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se concretó hoy un especial agasajo de bienvenida a delegaciones que participan de esta 39° edición.
Con la presencia de autoridades de la embajada, cineastas que han presentado sus películas, el presidente y la coordinadora artística del Festival Internacional de Cine de Málaga Juan Antonio Vigar y Anabelle Aramburu respectivamente, el presidente del Incaa Carlos Pirovano, los directores artísticos del Festival de Mar del Plata, Gabriel Lerman y Jorge Stamadianos, y el cónsul Honorario de Francia y la vicecónsul Honoraria de España, Claudia Álvarez Argüelles, la suite principal del cuarto piso del Gran Hotel Provincial se vistió de fiesta para celebrar el cine.
En ese marco, Pirovano confirmó a LA CAPITAL que en las próximas horas se concretará la firma de un convenio con el Festival de Málaga, para “hermanar” ambas actividades cinematográficas, que entusiasma a ambos referentes.
“Está marchando todo muy bien” indicó el funcionario del Incaa sobre esta edición destacando el cumplimiento de los dos objetivos estratégicos que la organización se había trazado: la calidad de las películas y “devolverle el festival a Mar del Plata y a la gente”.
Sobre el primer punto indicó que se logró con “una selección de películas no necesariamente para una minoría erudita, sino buen cine pero orientado al espectador medio, que ha tenido una respuesta muy cálida”.
En cuanto al segundo punto destacó que “no es un festival político, sino que que honra al cine nacional, al cine internacional y tiene la vocación de ser realmente un festival clásico, con una variedad de películas del mundo, muchas que van a concursar en premios internacionales, distintos segmentos, manteniendo el espíritu y la tradición del Festival de Mar del Plata, con películas que son de autor pero no son películas herméticas sino que el buen espectador puede disfrutar”.
Sobre la implicancia de “devolverle el Festival a la ciudad”, el funcionario destacó el convenio con la Municipalidad para que esté directamente involucrada en la organización y lo calificó como “un hecho histórico”. “No sé si alguna vez ha sido así, pero es lo que debe ser, los grandes festivales los hacen las ciudades. La ciudad no puede estar ajena al Festival de Mar del Plata, esto se va a profundizar”, añadió.
En ese sentido apuntó que a futuro se buscará revertir la desconexión entre la gente de la ciudad no interesada en el cine y el Festival. “Nosotros no podemos dar por sentado que la gente tiene que estar enterada. Eso tenemos que trabajarlo. Y no solo para los marplatenses, para que todo el país que quiera disfrutar de Mar del Plata y del espíritu del festival pueda hacerlo”.
Más adelante Pirovano destacó al Gran Hotel Provincial, como un “icono” del festival y, especialmente al empresario Florencio Aldrey, por su colaboración con este evento artístico. “Ha sido generosísimo, es el empresario más involucrado con el Festival, desde la ceremonia de las manos en la Vereda de las Estrellas, hasta ofrecernos la suite principal del Provincial para poder hacer esta clase de recepciones”.
Además de agradecer a España, el funcionario destacó el compromiso de varios países y delegaciones consulares con el Festival. “Por primera vez tuvimos un país de honor, Japón, pero también Israel participó mucho del festival, ha sido muy elogiada la película de competencia Internacional -Cabaret Total- y Francia también colaboró muchísimo. Ha aportado Emilia Pérez. También Armenia está presente a través de una jurado. Hemos hecho un gran festival internacional con un presupuesto modesto, austero, pero que creo que ha cumplido los objetivos”.
“Es más cine”
En cuanto a la realización, en paralelo, de un festival “Contracampo” de cine argentino, el presidente del Incaa consideró que “nos parece bien. Todo gran festival siempre tiene su contrafestival. Es algo bueno. Si no existió antes, que empiece a existir está bien porque es diálogo. Si no tiene una mirada, tiene otra y la puede expresar. Es más cine, no hay que enojarse, hay que ponerse muy contento”.
De todas formas, indicó que no le parece tan positivo que “lo tiñan de política”. En ese sentido consideró que “la mirada política es inevitable, la mirada partidaria, la mirada de confrontación no”.