Jorge Mateo, vicepresidente de la Unión Internacional del Notariado, dijo que la suba del dólar hizo retroceder 7% en el último mes la capacidad adquisitiva de quienes reciben los préstamos. Y propuso alternativas para que una buena medida no termine en frustración.
En momentos en que reina el optimismo en el mercado inmobiliario y los gobiernos nacional y provincial hacen notar los beneficios de los nuevos créditos hipotecarios a 30 años, el escribano marplatense Jorge Mateo, vicepresidente de la Unión Internacional del Notariado, advierte que la suba del dólar hizo retroceder “7 por ciento” en el último mes el poder de compra de los préstamos.
La caída se produjo porque los bancos otorgan los créditos en pesos y las operaciones inmobiliarias se realizan en la moneda norteamericana. “En este momento vemos que, a quien calificaba para que le dieran un préstamo de 1.520.000 pesos hace un mes, le alcanzaba para comprar 100.000 dólares. Hoy le alcanza para comprar 93.400. Eso significa que perdió 6.600 dólares para la adquisición de una vivienda, cuya compra seguramente ya había comprometido con el vendedor”, ejemplificó.
Mateo reconoce que, desde un primer momento, los bancos les aclaran a los tomadores de créditos que el monto al que accederán es en pesos, y que si se comprometen en dólares con el vendedor lo hacen “bajo su cuenta y riesgo”. Esto quiere decir que, si no le alcanza con la plata del crédito, el tomador deberá recurrir a sus ahorros o préstamos de familiares o amigos.
Pero el escribano alerta que “el bolsillo de un asalariado que pide un crédito para la compra de vivienda depende exclusivamente del monto del crédito, no tiene ahorros en moneda extranjera”. Y acota: “Podrá recurrir al papá, al tío, a la mamá para una cantidad minúscula, pero no es gente inversora a la que le da lo mismo si bajó o subió el dólar”.
Mateo dice sentirse “en la obligación moral” de advertir sobre este retroceso del poder de compra, sobre todo en una ciudad con indisimulable déficit habitacional.
A mediados del mes pasado, el Banco Provincia informó que llevaba otorgados 187 créditos hipotecarios por 184 millones de pesos en el área del Centro Zonal Mar del Plata, que incluye los resultados de 26 sucursales ubicadas entre Dolores y Miramar.
El furor por los créditos es notable: en esa entidad bancaria ya están dando turnos para diciembre para presentar la documentación con la que se inician los trámites.
Los números generales corroboran la tendencia. En el primer trimestre, se registraron en el partido 399 hipotecas, lo que representó un incremento interanual de 122,91% y el mayor registro para el primer trimestre desde 2012, según el relevamiento del Observatorio de Desarrollo Regional de la Fundación Bolsa de Comercio sobre la base de datos del Colegio de Escribanos.
“El Estado nacional tuvo una excelente decisión a mediados del año pasado de reactivar el mercado inmobiliario mediante los créditos hipotecarios para la adquisición de vivienda única de ocupación permanente a asalariados que de ninguna otra manera podrían llegar a tener su primera vivienda”, celebra Mateo. “La decisión ha sido brillante y estuvo acompañada en ese momento por un dólar que no sólo no subió, sino que retrocedió”, acota.
Pero insiste en que “en los últimos 30 días se dio la ecuación inversa”.
Para Mateo, este inconveniente, aún incipiente, puede convertirse “en un conflicto”. “Si estas operaciones no se llevan a cabo porque el vendedor no acepta bajar el precio y el comprador no tiene ahorros guardados en un cajón o su madre o padre no le pueden prestar, esto termina a la corta o a la larga en un conflicto, en un litigio. Y un conflicto se dilucida en Tribunales. Ergo, el Estado nacional o provincial tendrían que poner en movimiento un aparato jurídico judicial que también tiene un costo”, explica. A su entender, si eso se puede impedir se evitarían “las angustias que hoy se advierten en el ciudadano común”.
“Sería triste que este plan, con miles y miles de personas a lo largo y a lo ancho del país que están adquiriendo inmuebles por primera vez, falle porque ha aumentado un 7 por ciento el dólar”, añade. Y sostiene que es preferible una corrección ahora “que no hubo un aumento de 50, sino del 7 por ciento”.
Posibles soluciones
Mateo propone dos posibles medidas para resolver el incipiente conflicto. “Una sería que los bancos resuelvan otorgar un 7 por ciento más de lo que iban a prestar. Es una situación compleja, difícil, porque si por ejemplo el banco otorgó a un tomador 1,5 millones de pesos, lo hizo porque los ingresos lo hacían calificar para esa cantidad”, admite. “Es una situación de una ingeniería financiera que debería resolver el banco”, acota, y sostiene que se justificaría “ante esta situación de emergencia”.
“No estamos hablando de alargar el plazo, sino de incrementar la cuota que va a tener. Porque ese 7 por ciento llevaría el mismo interés que tiene lo otro”, aclara el escribano.
La otra opción: que el Banco Central, “como lo ha venido haciendo, intervenga en el mercado libre de cambios y disponga una adquisición multitudinaria de dólares para que baje”.
Mateo cree que este posible conflicto con los créditos “no lo advierte nadie” porque “hay sectores que, por el contrario, están pretendiendo que el dólar suba”.