Expertos explicaron los pros y los contras de la "moda" de los padres modernos para mantener tranquilos a sus hijos.
Un nene de tres años no quiere quedarse quieto para que su mamá, un poco agotada, pueda ponerle las zapatillas para así finalmente poder llevarlo al jardín. La madre toma su celular, abre YouTube, pone el último video infantil de moda y se lo da al pequeño quien, como si estuviera hipnotizado, mira la pantalla y se olvida de las rabietas de hace unos minutos.
Esta es una práctica muy común -y cada vez más- entre los padres modernos, al punto de considerarlo una “moda”. Sin embargo, ahora expertos explicaron al medio El Liberal los pros y contras de estas prácticas evidenciando el desconocimiento de las mismas por parte de los mayores.
“Antes, la preocupación se limitaba a que los niños pasaban demasiadas horas frente a la televisión, mientras hoy hay un gran desasosiego de los padres por el contacto excesivo de los niños, incluso bebés, con los smartphone y tablets. El acceso de los niños a las nuevas tecnologías parece no tener freno. No hay dudas del efecto perjudicial de estas prácticas, y es ampliamente difundido el pedido de restringir su uso prolongado, sugiriendo la lectura y el juego grupal al aire libre. El principal problema pasa por el “control” por parte de los adultos del tiempo y los contenidos que consumen los niños en internet“, sostuvo el médico pediatra, Dr. Ángel Ernesto Muratore.
El especialista en salud infantil detalló los daños que pueden originarse en los niños por el uso del celular como estímulo para que cumplan con sus obligaciones. Haciendo especial hincapié en la importancia de los límites en su uso.
En este contexto, expresó: “Un cerebro que se desarrolla con el estímulo excesivo de la tecnología, puede acelerar su crecimiento y asociarse a déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y falta de auto control. Es por ello que los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con la tecnología. En relación con los niños mayores, los de 3 a 5 años solo deberían usar la tecnología una sola hora por día, y los mayores de 6 años y adolescentes no más de dos horas diarias, priorizando las actividades físicas y escolares”.
Respecto a los efectos contraproducentes, Muratore enumeró también las consecuencias a largo plazo de esta modalidad: “El sedentarismo (los niños tirados en sus camas con las tablets en sus manos) favorece la obesidad infantil, con problemas secundarios tales como la diabetes y la hipertensión arterial. Estudios revelan que la mayoría de estos niños, presentan dificultades para conciliar el sueño, lo que afectara negativamente su estado de ánimo y rendimiento escolar. El uso excesivo de tecnología, aumenta las tasas de depresión, ansiedad infantil, déficit de atención, trastorno bipolar y otros problemas de conducta infantil. Los contenidos violentos y agresivos, por imitación, inducen actos similares en los niños”.