La Asociación Frutihortícola de Productores alerta que se está reduciendo la producción por la pérdida de rentabilidad. El último año "se sembró un 20% menos" y eso hace que haya "menos producto para comercializar" y que suban más los precios. "Es una situación crítica y un perjuicio terrible", aseguran.
Productores marplatenses manifestaron su preocupación por la significativa reducción de la producción en el cordón frutihortícola de General Pueyrredon, fundamentalmente debido a la pérdida de rentabilidad.
De acuerdo con los datos recientes del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los consumidores pagaron en mayo $3,5 por cada $1 que recibieron los productores de agroalimentos.
Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación Frutihortícola de Productores y Afines de General Pueyrredon, dijo que la entidad a su cargo lleva más de cinco años haciendo esta estadística con CAME y que se observa que esos porcentajes “se mantienen permanentemente”.
“Hablamos de un 400% de diferencia entre productor y consumidor y en algunos productos incluso es mayor. Al no poner el precio el productor, por oferta y demanda se dan fluctuaciones permanentes y el consumidor termina pagando mucho más de lo que recibe el productor”, analizo.
Actualmente, en la temporada alta de producción, que es el verano, “encontramos que nos terminan pagando valores por debajo del costo de producción” y entonces “muchos comienzan a desertar de producir ante este panorama tan preocupante”, señaló el referente de los productores en declaraciones a Portal Universidad.
Respecto de la compleja situación que atraviesa el sector, Velimirovich explicó que en 2022 el cordón frutihortícola “sembró un 20% menos de producción” y eso hace que haya “menos producto para comercializar” y que suba más el precio también.
“Hay que tener en cuenta que dependemos del clima. Pasamos por una sequía muy dura y fue la primera vez en la historia que tuvimos que agregar tierra para poderla preparar”, señaló.
El vocero de los productores marcó además que la emergencia que se declaró frente a este panorama “fue insuficiente”, ya que “pusieron un abanico de fechas muy limitado para inscribirse y sólo 28 de los 1200 productores pudieron registrarse para acceder a los beneficios”.
Los productores están en la búsqueda de una línea de financiamiento, porque la sequía provocó que en la mayoría de los casos se compense la falta de agua de lluvia con riego excesivo. Ante esa situación, “los gastos eléctricos se dispararon” y hoy “no hay capital para sembrar”.
“Lamentablemente nos está costando muchísimo conseguir ayuda financiera para salir de esta situación y prevemos un año con menor producción”, alertó.
En el mismo sentido, detalló que “se está reduciendo el suelo productivo en un país que necesita alimentos y necesita generar más producción”, lo que tiene “una gravedad importante” porque “en un futuro cercano se va a notar, ya no solamente en un incremento de precios sino en la escasez de los alimentos”.
Actualmente, el 80% de los que se produce en el cordón marplatense abastece al resto del país. “Tal vez los marplatenses tardemos más en notarlo porque lo tenemos en cercanía, pero el impacto va a ser fuerte para quienes vienen a buscar el producto y lo trasladan a las provincias del norte”, remarcó.
Frente a la reducción de productores, Velimirovich subrayó: “Cada productor que perdemos es muy difícil de recuperar. Los productores son grupos familiares y observamos que muchos hijos de productores terminan trabajando en el transporte de mercaderías de otros o ponen comercios en la ciudad tratando de buscar una alternativa rentable para poder seguir adelante. Es complejo para nosotros sostener estas empresas familiares, porque nos resulta imposible explicarles si esto va a mejorar o no a lo largo del tiempo. Es una situación crítica y un perjuicio terrible para la producción”.
Por otro lado, Ricardo Velimirovich se refirió al otro gran problema que pone en jaque a la producción: la falta de semillas.
En ese sentido aclaró que “no se liberan los dólares para poder traer las semillas”, pero las semillas más importantes y los volúmenes más grandes “son importadas, vienen del extranjero”.
Si bien las empresas semilleras están en nuestro país, “tienen los laboratorios en el exterior y eso hace que tengan que traerlas de afuera”, entonces “hoy directamente no hay y se está vendiendo el stock que quedó del año pasado”.
Por último, explicó que desde el Ministerio de Economía “se generaron resoluciones que le quitaban impuestos a frutas y verduras importadas”.
“En vez de liberar la semilla, se liberó la traída de productos y eso tiene una gravedad importante. Pedimos por todos los medios que implementen las formas para que la semilla pueda entrar de forma urgente porque la necesitamos para poder planificar el verano. Muchos productores hacen malabares a lo largo del país para ver a quién le quedan semillas disponibles”, completó.