El Tribunal Oral N° 3 entendió no se puede condenar a Nicanor Pereyra y Julián Cóppola ya que existe "duda insuperable" con respecto a la participación de ambos.
El Tribunal Oral N° 3 absolvió a los dos acusados de haber matado a Jonathan Costadura en agosto de 2021 al entender que existe una “duda insuperable” con respecto a la participación de ambos en el crimen.
En un fallo unánime, los jueces Federico Wacker Schroder, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro absolvieron por el el delito de “homicidio agravado” a Nicanor Pereyra y de partícipe necesario a Julián Cóppola.
En las conclusiones de los jueces, destacaron que no hubo testigos directos del hecho más allá de la víctima sobreviviente, Jano Cejas, quien no aseguró que fueran ellos, ya que declaró que el ataque ocurrió de noche y no les vio la cara porque las tenían tapadas con cascos.
Además, los magistrados explicaron que los acusadores intentaron probar la participación de los acusados a través de una construcción basada en comentarios barriales, en la existencia de una moto Honda Titan, prendas de vestir y cascos.
En esta línea argumental, durante el juicio se hizo hincapié que Pereyra y Nicanor habían sido expulsados de una fiesta clandestina tras pelearse con otro grupo. Es algo que el barrio “sabía” y en ese vox pupuli del barrio Villa Primera, decían que ambos esa noche salieron a buscar venganza.
“A la mayoría de los testigos se les preguntó al respecto y nadie pudo identificar la fuente de esa información”, sostuvieron los jueces e indicaron que quien inició esa información fue un hombre que dijo haber sido presionado por la policía.
Con respecto a la moto Honda Titan que usaban los asesinos, los jueces destacaron que esa fue la moto más vendida en Argentina en 2019, por lo que el hecho de que se le haya secuestrado un vehículo del mismo modelo a Cóppola no es una prueba de un crimen, si no más bien un indicio.
Algo similar es la lógica aplicada a que hayan encontrado en la casa de los imputados cascos, ya que utilizaban motos, y zapatillas blancas, sin ningún detalle que las pudieran identificar.
“La prueba de cargo resulta insuficiente, con ella no se logra la identidad de quiénes actuaron detrás de esos cascos”, consideraron los jueces Sueyro, Wacker Schroder y Riquert.
De esta manera, los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 justificaron su veredicto absolutorio de Pereyra y Cóppola, por entender que existe un “estado de duda insuperable con respecto a su participación de acuerdo a la prueba producida en el debate”. Además, ordenaron la inmediata libertad de los acusados.
Cabe recordar que el fiscal Carlos Russo, en su alegato, había solicitado que se condenara a ambos a 20 años de prisión por el delito de “homicidio agravado por uso de arma de fuego y lesiones en concurso material entre sí”. La abogado de la familia de Costadura, Mariela Escudero, había acompañado ese pedido.
Por su parte, las defensas: Sandra Pérez por Pereyra y Romina Díaz y César Sivo por Cóppola, habían solicitado la absolución de ambos imputados, ya que sostuvieron que no existen pruebas contra ellos.
“Lamentamos la muerte del joven, lamentamos que no se haya investigado de manera responsable”, había expresado la abogada Pérez en su alegato, en el que planteó: “¿Es justicia acusar con el ánimo de calmar un dolor? La respuesta es no.
En su alegato, Pérez había explicado que “los testimonios recolectados durante la instrucción no eran prueba suficiente, las pruebas no son suficientes”. “La apariencia de responsabilidad no basta. Era una débil hipótesis fiscal basada en chismes barriales”, había concluido, prácticamente en la misma sintonía que entendieron los jueces.
El crimen
Jonatan Costadura tenía 26 años.
El crimen de Costadura se produjo después de que el sábado 7 de agosto de 2021 a la noche se llevaran a cabo dos encuentros de jóvenes en distintas casas del mismo sector de Mar del Plata. A los grupos los separaban pocos metros, y un desconocimiento mutuo.
En una de las viviendas, ubicada en las inmediaciones de Falkner al 6000, Pereyra y Cóppola participaban de una especie de fiesta, mientras que en otra cercana Costadura se reunía con algunos de sus amigos, entre los que estaba Jano Cejas (24).
Eran aproximadamente las 5 de la mañana del domingo cuando el repartidor, que había trabajado hasta pasada la medianoche, decidió irse a dormir. Cejas lo siguió y subió a la motocicleta como acompañante.
Casi en simultáneo, en la otra propiedad dos grupos de asistentes a la fiesta se peleaban y Pereyra, Coppola y sus allegados se enfrentaron a un joven apodado “El Chino”. Para el fiscal Leandro Arévalo, ahí estuvo la génesis del crimen y en eso se basó la investigación. Según reconstruyeron las fuentes del caso, Pereyra y Cóppola salieron decididos a atacar a “El Chino”, a buscar venganza, y para eso fueron a buscar la moto Honda Titan de uno de ellos y salieron a la calle.
Más allá de esta hipótesis, que los jueces del Tribunal Oral consideran que no fue probada. Lo concreto es que Costadura y Cejas fueron perseguidos por dos hombres en una moto que tenían los rostros tapados con cascos. Al alcanzarlos el ataque fue casi sin mediar palabra y abrieron fuego contra Costadura.
Cuatro tiros dieron en Costadura, mientras que un quinto hirió a Cejas en una pierna. El repartidor murió en el lugar, mientras que su acompañante fue trasladado luego al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA). Los asesinos, por su parte, escaparon del lugar.
Si bien en un principio no se descartó la hipótesis del asalto, con el correr de los días y ante la sumatoria de testimonios de vecinos, todo se centró en la idea de la venganza de Pereyra y Cóppola.