Nuevamente radicado en Mar del Plata, el músico repasará toda su trayectoria musical en un recital que realizará este sábado. Analiza la gestión de la música en Mar del Plata y anuncia: "Todavía tiene cuerda el rock, tiene poesía, musicalidad y yo me siento cómodo ahí".
“Difícil mirarse a sí mismo, pero está bien”, acepta. A sus 55, Fernando Blanco está de acuerdo con hacer una Retrospectiva de su obra musical e incluso de sus influencias, desde Beach Boys, Beatles, Elvis y otros eternos. Así tituló al show que ofrecerá este sábado en el escenario de San Luis 2849, a partir de las 21.
Movedizo, sabe que atesora una experiencia con la música que habilita a pensar en el tiempo pasado, un gesto que no suele realizar muy a menudo, confiesa en una charla con LA CAPITAL. “Siempre fui de no mirar para atrás, incluso la canción que abre el disco de Nube 9, que hicimos con temas propios el año pasado, se llama Para adelante”, recuerda. Pero el ex Super Ratón está ahora mismo atravesado por circunstancias musicales y extramusicales que lo invitan a dar vuelta la cabeza y a amigarse con ese gesto.
“Pareciera que el artista marplatense porque vive a la vuelta de tu casa no merecería tener el privilegio de vivir de algo tan lindo como la música”
“Estoy pensando en arrancar a grabar un nuevo disco. Y siempre es bueno ver dónde está uno parado. Además, el hecho de volver a vivir en Mar del Plata me hizo reencontrarme con mucha gente, con parte de mi historia, escribí un libro sobre la historia del rock de Mar del Plata y eso me hizo recapacitar un poquito, o al menos revisar mi propia historia y la de mis colegas”, sigue.
Sus comienzos son archiconocidos: empezó con Super Ratones, un grupo que a finales de los años ´80 consolidó el movimiento rockero local, llevó el rock playero marplatense hacia escenarios de Capital Federal primero y de todo el país después.
Más tarde vino una etapa solista que aún continúa, con ocho discos de estudio. En paralelo, ideó Nube 9, una banda que recrea el cancionero Beatle. Y también le dio forma a varios libros sobre música: escribió dos tomos sobre los Beatles junto al periodista Sergio Marchi y el año pasado lanzó “Parte del mar”, la historia del rock en Mar del Plata. Ese caudal de camino transitado también sonará este sábado, aunque él prefiere hablar de “pantallazo” por su propia historia.
“Nosotros grabamos el primer disco y dos de nosotros se tuvieron que volver porque no alcanzaba la plata para la comida”
“Ahora me agarraste en Capital, vengo a tocar a Buenos Aires pero en Mar del Plata tengo un trío con Chicho Romairone en batería y un joven talentoso que es Tomás Malvica, de tan solo 19 años que la rompe en el bajo. Yo como guitarrista y a veces se le suma algún guitarrista invitado”, cuenta sobre la formación que lo acompañará en este show. Y desliza que habrá algunos invitados especiales.
“Estoy dentro del rock y el rock siempre ha buscado nutrirse e influenciarse de otros estilos. Quiero decir con esto que no me voy a poner a hacer música urbana o cumbia o trap, puedo incorporar distintos elementos, nuevas variantes, pero en general siempre me mantengo y me siento dentro del rock, dentro de la búsqueda del rock, que me parece que todavía es muy amplia. Todavía tiene cuerda el rock, tiene poesía, musicalidad y yo me siento cómodo ahí”, expresa. Y asegura que sus búsquedas musicales siguen vinculándose con “un anclaje en las décadas clásicas y de la era de oro del rock, de los ’50, ’60 o ’70”.
Dice que empezó a sentirse artista en la última etapa de Super Ratones. “Sentí una cierta evolución cuando, a la mitad de la etapa de la carrera de Super Ratones, empezamos a evolucionar, empezamos a buscar nuevos sonidos, nuevas canciones. Luego empecé mi carrera solista, con mis discos solistas sentí que también había dado un gran paso, que tenía mi propia identidad, mi propio camino. Y justo también coincidió con la creación de Nube 9″.
Lejos de los oportunismos musicales, el artista prefiere moverse en el terreno en el que se siente “identificado”. “Ahí es donde lo que vos hacés es genuino. Fíjate que cuando nosotros surgimos con los Super Ratones hacíamos una música anacrónica, de hacía veintipico de años y sin embargo en algún momento esa música era parte del momento y tuvo un reconocimiento”.
-¿Por qué pegaron tanto los Super Ratones?
-Básicamente porque era auténtico y porque era original. La gente captaba eso, creo que fue una sumatoria de cosas, sino uno pudiera definir por qué pega una música imaginate… En el caso de Super Ratones hubo mucho trabajo bordeando con el sacrificio, te diría que hubo algo muy genuino, original, porque ahí hubo una decisión. A mí particularmente me gustaba toda la música de los ’60, pero teníamos una buena capacidad vocal en lo que hacíamos, cantábamos muy bien y lo que veíamos cuando veníamos a Buenos Aires de diferente era justamente eso, que teníamos buenas armonías vocales. Nadie cantaba cosas relacionadas con los Beach Boys y encima éramos de la la playa, de Mar del Plata, o sea que de alguna manera hubo ahí algo que llamó la atención a nivel nacional. Fue un buen punto de partida. Después fuimos desarrollando una carrera, teníamos que llamar la atención, pero sobre todo también hubo mucho cariño en lo que hacíamos. Eso la gente lo notó y y sobre todo en la primera época Mar del Plata respondió muy bien a eso creo.
-Vos hablabas de sacrificio, ¿a qué te referís?
-A pasar noches viajando, a dormir en Plaza Constitución en el piso, tendría que contarte mil anécdotas. Ahí es donde hay un sacrificio que no todo el mundo está capacitado para hacer. No te digo de pasar hambre, pero nosotros grabamos el primer disco y dos de nosotros se tuvieron que volver porque no alcanzaba la plata para la comida. Y nos quedamos dos mezclando. Viajábamos en tren, la música exige un cierto sacrificio: cargábamos equipos, tocamos en lugares raros, tocamos mucho, no teníamos cansancio. La pasión de tocar era lo más importante.
-Además en una época en la que no era tan habitual hacer música, hoy es más cercano el mundo de la música.
-Sí, no era tan común, es verdad, no estaba tan a la mano, pero yo no se si hoy todo el mundo es músico o es simplemente un hobby. La música es linda, pero otra cosa es ejercer el oficio de la música. Después está el tema de tener algo para decir o la posibilidad de hacer buenas canciones. No sé si todo el mundo tiene algo para decir, pero lo que sí te puedo decir es que el oficio de músico no es para cualquiera. La gente ve el lado lindo de la música. Vemos el lado el lado maravilloso, todos vemos a Fito en Vélez pero después está la tortura que sufre él, el proceso para convertirse en artista. Y no es para gente común.
-Ahora que vivís de nuevo en Mar del Plata, ¿qué ves del movimiento musical, cuál es tu mirada?
-A priori, desde lo externo después de estar casi 30 años afuera es que hay mucho talento por un lado, y por otro me parece que sigue habiendo un problema de un poquito de falta de identidad. Cuando uno escucha música de determinadas regiones del país o inclusive estilos diferentes de rock, uno puede decir “ah, esto suena más rosarino” pero en el caso de Mar del Plata todavía nos está costando tener una identidad. Hay cosas que han mejorado mucho y hay cosas que me asombra verlas igual o peor que antes.
-¿Por ejemplo, cuáles?
-No me gusta mucho ver que cuesta mucho cobrar una entrada, por ejemplo para un show. Hay lugares que vas y no te cobran entrada o hay que poner al sobre o a voluntad y me parece que eso no esta bien para el artista. Me parece que la gente tiene que arriesgarse y decir “yo compro un producto o apoyo al artista”, o como quieras verlo, es una transacción que beneficia a todos, de última va mejorando la calidad del artista. Pareciera que el artista marplatense porque vive a la vuelta de tu casa no merecería tener el privilegio de vivir de algo tan lindo como la música. Es algo por lo que yo luché mucho en su momento, creo que nosotros logramos algo al respecto, pero bueno, me gustaría que hubiera mejorado un poco más. Por ahí a la gente le cuesta ir a pagar una entrada para para ver una buena banda marplatense pero después si viene cualquier banda de Buenos Aires y gastan diez veces más.
-¿Cómo se resuelve?
-Entre todos, el músico no tendría que aceptar un arreglo así y la gente debería acostumbrarse a pagar una entrada. Y pensar que esa entrada va a mejorar al músico. Nosotros con los Super Ratones, cuando empezamos, armamos una cooperativa para comprar los equipos. Nos llamamos Ratones porque no teníamos nada.