Gustavo Álvarez estuvo cerca de convertirse en el DT con mayor permanencia en el cargo de Aldosivi durante el siglo XXI. Al entrenador saliente le faltaron apenas 58 días. Se terminó un ciclo que aportó un ascenso y que le pasó cerca a una clasificación a Copa Sudamericana.
por Sebastián Arana
Tras conseguir el ascenso en mayo de 2018 y consolidar al equipo en la Superliga 2018/2019 con una buena campaña, nada hacía presagiar un final abrupto de ciclo para Gustavo Álvarez en Aldosivi.
Promediando la Superliga anterior, el entrenador había renovado su vínculo hasta mediados de 2020 y la conformidad con su trabajo era total. Parecía encaminado a superar cómodamente los dos años al frente del equipo. De esa manera batiría un récord para el club en el siglo XXI: el de tiempo de permanencia de un técnico en el cargo.
Tenía que llegar hasta el 26 de noviembre para superar los dos años y cinco días que duró el segundo ciclo de Fernando “Teté” Quiroz al frente del plantel, en un proceso análogo que incluyó un ascenso y una temporada de consolidación en primera de la mano de las grandes actuaciones de Roger Martínez y José Sand.
Pero “el fútbol es dinámica de lo impensado”, como inmortalizó Dante Panzeri. Y en apenas dos meses, en sólo ocho fechas, esa estabilidad se esfumó y hoy Álvarez es uno más entre los entrenadores desocupados del país.
En este cambiante fútbol argentino, el del DT que llegó tras dirigir Temperley el 19 de noviembre de 2017, era el quinto ciclo más extenso de un entrenador de la Superliga.
Sólo lo superaban los cinco años y tres meses de Marcelo Gallardo al frente de River -una marca extraordinaria-, los dos años y nueve meses del “Sapito” Gustavo Coleoni en Central Córdoba de Santiago del Estero, los dos años y tres meses del “Ruso” Ricardo Zielinski en Atlético Tucumán y los dos años y dos meses de su verdugo de este viernes, Leonardo Madelón, en Unión de Santa Fe.
La marca de Álvarez al frente de Aldosivi terminó en 677 días, un poco más de un año y diez meses. Le quedaba un poco menos de dos meses para superar los 735 días del citado ciclo de “Teté”.
Con el ahora entrenador saliente al frente del equipo, entre noviembre de 2017 y anoche, Aldosivi jugó 55 partidos oficiales: 16 en Primera B Nacional, 2 por Copa Argentina, 33 por Superliga y 4 de Copa de la Superliga. El equipo ganó 20 encuentros, empató 14 y perdió 21 y obtuvo el 47,74% de los puntos en disputa, con 53 goles a favor y 58 en contra. Una marca aceptable si se tiene en cuenta que gran parte del proceso transcurrió en la máxima categoría del fútbol argentino.
Álvarez terminó jaqueado por la inestabilidad que rodea a los equipos menos poderosos económicamente, que prácticamente se tienen que reinventar año a año.
Aldosivi, básicamente, no pudo reemplazar los goles que se fueron con Cristian Chávez. Aunque también extrañó las gambetas de Matías Pisano, la solidez de Emiliano Amor y el equilibrio que aportaba Dardo Miloc, entre otros.
Y en la triste noche final ante Unión falló en todos los órdenes. No sólo fue liviano adelante, tampoco se le cayó una idea. Y, obligado a buscar, fue inofensivo teniendo en cancha seis atacantes: Franco Pérez, Federico Andrada, Facundo Tobares, Sebastián Rincón, Leonardo Verón y Nazareno Solís. Una prueba más que el número de atacantes no hace más ofensivo a un equipo.
“No creo que me recuerden por esta noche, sino por todo lo anterior. Creo darme cuenta de que el equipo necesita una renovación”, sostuvo Alvarez en la conferencia de prensa posterior a Unión. La renovación del plantel, en realidad, fue la que le impidió pasar a la historia como el DT que más tiempo estuvo al frente de Aldosivi desde el cambio de milenio.