Los abusos sexuales que habían sido cometidos a varias mujeres entre fines de marzo y abril de 2014 dieron lugar a una cacería en Mar del Plata que finalizó con la detención del depravado sexual, quien finalmente recibiría la máxima pena prevista: 50 años de prisión.
Se cumple una década de uno de los casos más estremecedores de la historia moderna de Mar del Plata, cuando entre fines de marzo y abril varias mujeres fueron atacadas por Claudio Valente, el violador serial que abordaba a sus víctimas en el centro, las secuestraba por unas horas, abusaba sexualmente de ellas y luego las robaba, para quedarse con alguna pertenencia como “trofeo”.
Estos abusos sexuales que ocurrieron en la zona céntrica de la ciudad, y que tuvieron como víctimas a mujeres jóvenes -de entre 18 y 25 años-, generaron una suerte de psicosis en la población y provocaron una suerte de cacería del violador de la que participaron dos fiscales y prácticamente toda la policía de Mar del Plata.
Además Valente fue protagonista de dos acontecimientos judiciales sin parangón: el primero un papelón de la fiscal María Isabel Sánchez -quien había estado al frente de la investigación por la muerte de Lucía Pérez- al intentar arreglar una condena de 35 años de prisión en un juicio abreviado, a pesar de que el máximo posible en esa instancia es de 15.
El siguiente acontecimiento sí fue el juicio, realizado en diciembre de 2017 en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1, cuando los jueces Aldo Carnevale, Facundo Gómez Urso y Juan Galarreta le impusieron la máxima pena posible al violador serial y lo condenaron a 50 años de prisión por haber secuestró a cinco mujeres para luego abusar de ellas, robarlas y finalmente liberarlas. Además, lo consideraron reincidente, por lo que no podrá ser beneficiado por alguna morigeración y deberá cumplir la totalidad de la pena.
Los hechos
El 5 de febrero de 2014 Valente había dejado la cárcel con el beneficio de la libertad asistida otorgada por el Juzgado Nacional de Ejecución Penal 1, por hallarse en el tramo final de una pena de 11 años y 8 meses de prisión que un tribunal porteño le había impuesto por los delitos de “privación ilegal de la libertad y robo”.
Cumplía esa condena en un instituto correccional de La Pampa y tras fijar domicilio en Lanús, donde vivía su padre, recibió la orden para volver a la calle. En febrero Valente violó a una joven en Buenos Aires y luego llegó a Mar del Plata donde permaneció dos meses, en los que se produjeron los ataques sexuales que estremecieron a la ciudad.
El primero de los hechos denunciados ocurrió a la 1.20 del 24 de marzo de 2014, en la vereda de la calle 20 de Septiembre al 2600 donde una joven que descendía de su vehículo marca Chevrolet modelo Celta fue interceptada por Valente. Mediante amenazas el violador la obligó a ingresar nuevamente al rodado y la condujo a la zona de Malvinas y 25 de Mayo, donde abusó sexualmente de la mujer tras suministrarle una pastilla de color blanca.
El siguiente episodio se produjo el jueves 17 de abril del año 2014 y en esa ocasión Valente interceptó a dos jóvenes de 22 y 24 años en Gascón entre Santa Fe y Santiago del Estero. Las dos mujeres iban a subir a su automóvil también marca Chevrolet, y él las llevó hasta la zona del Alfar.
Ya en las playas públicas del sur hizo caminar a ambas jóvenes y, al igual que en el caso anterior, las amenazó con una navaja y con un supuesto gas pimienta. También las obligó a tomar una pastilla tranquilizante, aunque una de las mujeres pudo escupirla.
Valente penetró en dos ocasiones a una de ellas y manoseó a la otra para excitarse. Antes de irse les robó el automóvil que luego abandonó en la zona céntrica.
El lunes 22 de abril de 2014 abordó a otras dos jóvenes estudiantes de la Universidad Fasta en Avellaneda y Jujuy. Repitiendo la mecánica de los hechos anteriores las amenazó con un cuchillo y tomó el volante del automóvil al que las mujeres estaban a punto de ingresar cuando las había interceptado.
Bajo amenazas las llevó hasta la zona costera cercana a la entrada del barrio San Patricio donde les robó las pertenencias y las obligó a subir nuevamente al automóvil. Luego ultrajó a ambas y mientras alternaba las amenazaba de muerte. Valente utilizó el automóvil Volkswagen Gol para darse a la fuga.
La captura
Valente fue detenido el mismo 22 de abril por la noche, cuando perpetró su último y aberrante hecho. En la zona de Corrientes y Brown policías de civil lo atraparon cuando intentó escapar tras ser identificado como el presunto autor cuya fisonomía ya circulaba entre la fuerzas de seguridad y las redes sociales.
Al ser detenido se le encontraron a Valente pastillas de clonazepam y las llaves del Volkswagen Gol. En un primer momento dijo llamarse Claudio Alberto Gómez e incluso firmó con esa identidad las distintas actas. Pero los fiscales Fernando Berlingeri y Mariano Moyano, que habían unificado sus causas, lograron desenmascararlo.
Las pruebas incriminatorias fueron decisivas, tanto las que se hallaron en el hostel en el que se alojaba -perfumes, bijouterie y otros objetos de las víctimas- como las que quedaron impregnadas en el cuerpo del delito: los ADN fueron todos positivos.
Por si fuera poco ello, Valente también fue reconocido en rueda de presos por algunas de la víctimas que soportaron esa traumática diligencia.
El plexo probatorio fue suficiente para elevar a juicio y en el mes de junio de 2014 se hizo la solicitud. Finalmente, en diciembre de 2017 comenzó el debate en el que Valente, el violador serial de la zona céntrica de la ciudad, recibió 50 años de pena, la máxima pena numérica posible aplicable según el Código Penal.