Así lo reveló la autopsia al cadáver. Por el momento, no hay sospechosos identificados y los investigadores no descartan ninguna hipótesis.
Una bala perteneciente a un arma de fuego calibre 22 fue la que asesinó a Mario Alejandro Chavarría (52) este lunes a la noche mientras festejaba un cumpleaños en el barrio Los Pinares.
Así lo reveló la autopsia al cadáver de la víctima que realizaron en las últimas horas los médicos forenses. En ese marco, los especialistas descubrieron que el proyectil impactó al hombre en el tórax y desde una distancia corta, lo cual le provocó las lesiones mortales.
Las fuentes del caso consultadas por LA CAPITAL manifestaron que, por el momento, no existen sospechosos identificados y que la fiscal Andrea Gómez, quien instruye la investigación, no descarta ninguna hipótesis. Para definir su línea de trabajo, aguarda la recolección de más pruebas y testimonios del entorno cercano de Chavarría, y la recepción de más informes periciales.
Vale recordar que el crimen se registró el lunes a la noche en Strobel al 6400, donde un grupo de unas diez personas celebraba un cumpleaños con un asado en la vereda, bebidas alcohólicas y música a todo volumen.
Por comentarios testigos a la policía, cerca de las 21, Chavarría recibió un llamado telefónico, por lo que se alejó unos metros para poder hablar y, en ese contexto, una moto habría pasado por la cuadra, y desde la misma alguien le disparó una bala que le impactó en el pecho. Luego, huyó.
Si bien esta versión de cómo fue el ataque aún debe ser corroborada, ya que hay contradicciones con otras declaraciones testimoniales, lo cierto es que Chavarría resultó herido y entre su yerno y sobrino lo cargaron en un Volkswagen Gol para llevarlo directamente al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde ingresó a las 21.15 y falleció a las 21.25.
Mientras algunos allegados de la víctima seguían en el hospital, personal de la comisaría séptima y de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, junto a peritos de la Policía Científica, fueron hasta el lugar del crimen para hablar con testigos, corroborar si existen imágenes del hecho tomadas por cámaras de seguridad, u otros elementos de interés para la investigación.
Por otra parte, no se han registrado llamados al 911 por el ataque que sufrió Chavarría, ya que fue llevado al HIGA inmediatamente al recibir el balazo y el nosocomio solo se quedó su sobrino para acompañarlo, quien no quiso declarar ante la policía.
Por esta serie de contradicciones, las circunstancias del hecho aun son inciertas y la fiscal Gómez no descarta ninguna hipótesis.