Cultura

10 preguntas a escritores: Daniel A. Fornes, autor de “El bohemia”

Daniel A. Fornes nació en el año 1971 en el partido de Lomas de Zamora. Cursó la Licenciatura en Letras en la universidad de dicha localidad. Publicó en el año 2021, por Bucanera ediciones, "Un puñado de ceniza". En el corriente año, con la misma editorial, "El bohemia".

1. ¿Cuándo y cómo empezó tu acercamiento a la escritura?

-Me acerqué a los libros a través de mi viejo, que siempre fue un lector obsesivo. Desde que tengo memoria, lo recuerdo en un sillón con un libro en la mano. Fue alrededor de los trece años que empecé a interesarme por los lomos que exhibía su biblioteca. De ahí saqué El padrino, de Puzo, que fue la primera novela que leí, después Moby Dick, y otras tantas. Pero no fue hasta un par de años después que realmente me enamoré de la literatura. Un amigo de la familia, un ser humano de lo más particular con el que me cruzaba en muy esporádicas ocasiones, al enterarse de mi entusiasmo por los libros, una tarde se apareció, para mi sorpresa, con un regalo. Eran dos cajas llenas de libros. ¡Y lo más loco es que eran todos sus libros! Entre ellos había volúmenes de Márquez, Arlt, Cortázar, Almafuerte, Benedetti, Sábato, Rulfo y un par de poemarios de Borges. A partir de ese gesto sellé definitivamente mi comunión con los libros. Y mi acercamiento a la escritura, creo que coincide con esa época, a los quince o dieciséis años sentí que la literatura podía ser el medio más adecuado para expresar lo intrínseco, lo que más me confrontaba, y que aún me confronta, con las complejidades de la existencia. Creo que por esa época intuí que, para enfrentarme a las tribulaciones más profundas, la literatura se me ofrecía como aliada. Sé que suena un tanto dramático lo que trato de explicar, pero creo que es una respuesta más o menos certera y honesta a la pregunta.

2. ¿A quiénes considerás como tus maestros?

-Sinceramente, a mis maestros los tengo por fuera de la literatura. Con respecto a los autores, te podría hablar de influencias más que de maestros. Nunca me interesaron demasiado la altura moral ni los compromisos sociales ni políticos de los escritores, nunca hurgué, a la hora de juzgar obras, en esos terrenos. Siempre escindí a los autores de su producción, siempre me circunscribí a ellas como lo que son: objetos estéticos. Y buceé en ellos, en esos objetos, para tratar de desentrañar la manera en que lograban conmoverme. Eso lo practiqué para algo tan complejo como tratar de hallar mi propia voz literaria. Sin duda, mis mayores influencias las encuentro en la literatura argentina. Autores como Sábato, Borges, Girondo, Sarmiento, Rivera, Tizón, Cortázar, Tuñón, Castillo, Piglia, Fogwill, Saer, etc. Después le siguen escritores latinoamericanos como Fuentes, Márquez, Onetti, Vallejos, Rulfo. Y por supuesto los grandes autores de todos los tiempos. A muchos de ellos siempre vuelvo, a Saramago y a Borges, por ejemplo, es algo así como volver a exprimir naranjas que se regeneran por siempre, pero con un nuevo sabor.

3. ¿Tenés alguna rutina para escribir?

-No tengo una rutina. Nunca conseguí preestablecer un horario de trabajo. Pero sí te puedo decir que mi preferencia es muy temprano por la mañana, creo que entre las seis y diez es cuando mejor rindo. De todas maneras, en lo posible busco imponerme de alguna forma una disciplina. Para las novelas me exijo un objetivo mínimo de no menos de catorce o quince horas por semana. Por supuesto que hay días de quince minutos, y otros de quince horas ininterrumpidas. Pero uno convive con la obra todo el santo día. La mente se fractura, y una parte se desprende para sumergirse exclusivamente a todo lo relacionado con la novela, y eso es una parte fundamental que no se cuantifica.

4. ¿Cómo presentarías tu libro a alguien que todavía no lo leyó?

-Soy un pésimo publicista y el peor de todos cuando se trata de mis libros. La verdad es que me provoca mucho pudor referirme a ellos, y para colmo, soy excesivamente crítico conmigo, lo cual hace que la pregunta se me haga difícil de responder. Pero a pesar de eso, voy a intentar crear interés a posibles lectores, porque pienso que la novela merece un crédito. “El bohemia”, que es mi segundo libro publicado, y la historia gira en torno a Bruno, un joven de veintitantos que trabaja para un proxeneta de los suburbios. El personaje se ve envuelto en una trama de engaños y traiciones que se desarrolla a sus espaldas, mientras que la acción transcurre desde su punto de vista. Y no es hasta el final, hasta el clímax, donde se desnuda, tanto para Bruno como para el lector, una realidad que, a lo largo de toda la historia, atravesó al personaje en su total incertidumbre. Es una novela que crece junto a Bruno, y se derrumba con él cuando el desenlace le escupe a la cara su verdadera identidad dentro de ese universo marginal al que cree pertenecer. La novela exhibe los cuerpos. Las relaciones del protagonista con el crimen, el amor, el sexo, el desengaño, la amistad y la fragilidad del alma. Mis novelas básicamente intentan profundizar en los personajes. Intento crear personajes muy humanos y exponerlos a situaciones, que, aunque muchas veces se vean cotidianas, son capaces de empujarlos al máximo de su tolerancia. En lo posible eludo los estereotipos, me hago a la idea de que así, los personajes, calan más hondo en el lector y son capaces de comprometerlo emocionalmente. Para intentar cerrar voy a citar un pequeño fragmento de El bohemia: “El reflejo del sol es la imagen lejana de un incendio. Pienso que algo parecido a esto debió ser lo último que vieron los ojos de la mujer de Lot. La claridad avanza sobre el contorno inarticulado de la playa. Volteo, la indiferencia de la ciudad se revela despacio, como una fotografía. Un poste de tendido eléctrico, tímidamente, insinúa su primera sombra”.

5. ¿Cuál fue el origen del libro?

-En el fondo de todas mis historias hay un único origen: el abandono en un sentido bien amplio. Y te agregaría a eso, el poder que ejerce la mujer sobre el hombre. En mis novelas los personajes principales son hombres, pero todo es traccionado por las mujeres que los rodean. Con “El bohemia”, como con el resto, un acontecimiento personal es el disparador de la historia. Pero no es la historia de ese acontecimiento lo que narro, sino las consecuencias. Siempre parto de una experiencia que me dejó una marca, una impronta profunda. Entonces escarbo hasta llegar al núcleo emocional de esa experiencia, y a partir de ahí, pienso en un personaje y le construyo un universo particular para empujarlo a algo parecido. El objetivo es que al final del recorrido la historia a la que expongo al personaje deje en él una marca parecida a la que puede existir en mí.

6. ¿Podrías describir una zona del texto que sea tu favorita?

-Dentro de la novela le tengo mucho afecto a unos capítulos dedicados a un viaje que emprende Bruno, el protagonista, junto con Andrea, la mujer de la cual se enamora perdidamente. Es un viaje en auto hasta Miramar. Particularmente me conmueve esa escena, porque puedo ver a los personajes en su forma más pura, más despojada, o menos intervenida por el resto de los habitantes y de la trama. Y de alguna manera me enternece poder observarlos así, sacados de su contexto cotidiano e ignorantes de que ese viaje es lo más próximo que van a estar entre sí, y lo más próximo que van a estar de apartarse de lo inevitable.

7. Si tuvieras que elegir a un personaje literario con el cual te identifiques, ¿a quién elegirías y por qué?

-No sé si puedo afirmar que me identifique algún personaje literario, pero puedo decirte que empatizo con varios: El esposo de María, y María, de El Evangelio según Jesús Cristo de José Saramago, Gatsby me encanta. Me conmueve el Borges de El Aleph con su introducción melancólica. Ignatius Reilly me fascina. El general Paz, que reconstruye Andrés Rivera. Dahlamn, de El sur. Florentino Ariza, ¡quién no se conmueve con Florentino Ariza! El gringo viejo, Martín Santomé de La tregua, Kit, de El cielo protector. La mayoría de los personajes de Puig. No sé, hay muchísimos.

8. ¿Por qué escribís?

-Lapura verdad es que escribo porque es un buen láudano para combatir los embates de la existencia. Suena algo dramático, es cierto. Pero es la pura verdad. Escribir para mí es escapar de todas aquellas sombras que me persiguen, es exponerlas a la luz. Escribir es una tregua.

9. ¿Un libro para recomendar?

-Podría recomendar muchos que a mi modo de interpretar la literatura me parecen geniales, pero me voy a atrever a un acto condenable: recomiendo “El bohemia”, la novela que motivó esta entrevista.

10. ¿Estás trabajando en algún proyecto de escritura actualmente?

-Tengo concursando una novela que concluí el año pasado y recientemente acabo de terminar Las extremidades de la araña, protagonizada por un chico de catorce años. Por el momento me tomé un descanso, mientras debato con posibles ideas para la próxima historia, que espero, si consigo ajustarlas, empezar con el trabajo de escritura para octubre.

El autor

Daniel A. Fornes nació en el año 1971 en el partido de Lomas de Zamora. Cursó la Licenciatura en Letras en la universidad de dicha localidad. Publicó en el año 2021, por Bucanera ediciones, “Un puñado de ceniza”. En el corriente año, con la misma editorial, “El bohemia”.

Ficha técnica

“El bohemia”

Daniel A. Fornes

Buenos Aires

Editorial Bucanera

268 páginas

Disponible en @bucanera.ediciones (físico e ebook) y @dani.fornes (físico) en Instagram.

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