Ulises Segovia (26) murió por las dos lesiones sufridas cuando intentaba asaltar a un jubilado de 77 años, en una escena que no era nada nueva para él. Porque desde que era un adolescente su vida estuvo vinculada al delito y en los últimos tiempos se había orientado, casi de forma exclusiva, al asalto en viviendas de familia.

Se trata de uno de esos casos en el cual parecen están desperdiciados los recursos del Estado, porque no funcionó la prevención y no funcionó el castigo penitenciario.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso LA CAPITAL, Segovia contaba con frondosos antecedentes, con registros penales que incluso hacían referencia a hechos cometidos antes de los 18 años, cuando debía intervenir el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

Pero lo que más grafica esa inmersión permanente en el mundo del delito es que desde el año pasado contaba con dos pedidos de captura solicitados por el fiscal Mariano Moyano, por considerarlo partícipe de sendos hechos en casas particulares.

El primero de ellos data del año 2023 en jurisdicción de decimosexta cuando Segovia y un cómplice sorprendieron a una pareja, la metieron dentro de la casa y luego de robarle distintos objetos de valor se dieron a la fuga en una motocicleta. La investigación permitió identificarlo y el fiscal Moyano ordenó la intervención de la líneas telefónicas y hasta se allanó uno de los domicilios que frecuentaba, pero no se lo localizó.

En el segundo hecho, que se produjo en jurisdicción de la comisaría cuarta, Segovia ocupó el rol de “campana”, es decir que se quedó en el exterior de una casa, mientras tres cómplices entraban a cometer el asalto. Una vez más, la policía lo buscó con orden judicial sin éxito.

Desde ese momento, pesaban dos órdenes de captura de la Justicia de Mar del Plata, por lo que en la madrugada de este jueves, cuando encontró la muerte en otro asalto, estaba técnicamente prófugo.

Previo a eso, Segovia tuvo numerosas causas penales por delitos como amenazas, atentado contra la autoridad, averiguación de ilícito, encubrimiento, robo, robo agravado y resistencia a la autoridad. Además, en su tiempo de estadía en la cárcel, interpuso dos denuncias por vejaciones y apremios ilegales contra personal del Servicio Penitenciario.